Pulseras, stickers y devoción: Taylor Swift lanzó su nuevo disco y generó una fiesta de fanáticos en Montevideo

Pasan unos minutos de las cinco de la tarde y el calor del primer viernes de octubre se hace sentir. Falta una hora para que empiece la función de Release Party The Life of a Showgirl, la película que acompaña la salida del nuevo disco de Taylor Swift, pero el movimiento ya es intenso en el complejo Movie Punta Carretas.

Una veintena de personas rodean una mesa donde arman pulseras, acomodan calcomanías, charlan, se ríen y corean las canciones que suenan por los altoparlantes del lugar

El evento, pensado para fanáticos de la cantante y anunciado hace apenas dos semanas, es una mezcla de previa, ritual y comunidad. Hay varones y mujeres, niños, adolescentes y adultos, muchos vistiendo de color naranja, el color elegido para esta nueva era de Swift. Todos parecen conocerse, aunque no se hayan visto nunca.

Esta Release Party, como ya ocurrió con The Eras Tour, tiene funciones limitadísimas en salas (se estrenó el viernes, va hasta el domingo); Uruguay y México son los únicos mercados latinoamericanos en participar del evento. Se espera que gane la taquilla del fin de semana acá y en el mundo.

Foto: Estefanía Leal.

La revista Variety estima que recaudará entre 30 y 35 millones de dólares en todo el mundo, muy por encima de La máquina: The Smashing Machine, la película que protagoniza Dwayne Johnson y suena como protagonista hacia el Oscar. Todo lo que rodea a la cantante de 35 años nacida en Texas es gigante.

Por ejemplo, antes de que se cumplieran 12 horas de su lanzamiento, The Life of a Showgirl ya era el álbum más escuchado del año en Spotify, la plataforma en la que antes ya había sido el disco más preguardado de la historia, superando el récord que había conseguido la propia Swift con The Tortured Poets Department el año pasado.

En Uruguay, Release Party The Life of a Showgirl se ve en una treintena de cines de Montevideo y el interior. La empresa Movie informó que el viernes antes de la primera función ya llevaban vendidas más de 4.000 entradas.

Y no solo es cine: en el shopping Punta Carretas, la librería vecina al complejo de salas armó una pared dedicada a “los libros de una showgirl”, con títulos sobre vida y obra de Taylor Swift, y el color naranja ganó marquesinas y carteles de otras tienda.

Foto: Estefanía Leal.

Pero los números son apenas una parte de la historia.

Lo que mueve a Swift no es solo esa maquinaria del pop con letras pegadizas y estribillos imposibles de olvidar, sino una conexión emocional con sus fanáticos que roza lo generacional.

Su carrera —que empezó como una adolescente cantante country de pelo rubio enrulado, botas y guitarras de 12 cuerdas— evolucionó en una narrativa que ha tenido fuertes dosis de independencia, reinvención y control artístico. Cada disco, cada gira, incluso cada gesto y cada aparición pública parecen pensados para reforzar esa relación directa con su público, que la sigue como si fuera una amiga, una voz que transmite el sentir de millones y un espejo en el que reflejarse.

Por eso no sorprende que, incluso en Montevideo, una tarde cualquiera de primavera, miles de personas se reúnan para celebrar un estreno como si fuera una fecha patria. Porque Taylor Swift ya no es solo una artista: es una comunidad global en movimiento.

“¿Qué es esto?”, pregunta una señora que se acerca cargada con bolsas de compras, mirando la cantidad de gente reunida a esa hora en el cine. “No sé quién es, pero qué cantidad de admiradores. Toda gente joven, y todo el mundo está feliz. Eso es lindo de ver”, dice después de escuchar la respuesta. Y sigue su camino.

Mientras las prendas de color naranja comienzan a copar el Movie, el ambiente de fiesta y alegría continúa creciendo. Todo indica que no se trata de un código de vestimenta sino de un concepto: ser feliz, aceptarse, quererse y compartir el disfrute.

Foto: Estefanía Leal.

Josefina Mosle, Valentina Melendres, Lucrecia Amir, Pilar Núñez y Lucia Graña son las referentes del club de fans de Taylor Swift en Uruguay, y las encargadas de la organización del evento junto a Movie.

Hace 15 años crearon el club de fans y la madrugada del viernes, como en cada lanzamiento de un disco de Swift, se reunieron las cinco para escucharlo juntas. También están juntas para ver la película.

“Somos nosotras cinco que nos conocimos en Facebook y nos convertimos en amigas sin conocernos”, comenta Amir, cuyo celular no para de recibir notificaciones, mientras coloca más stickers y más implementos para hacer las distintivas pulseras que acompañan los shows de su admirada Swift.

Ellas se encargaron de financiar prácticamente todo lo usado. “Los stickers los hacemos nosotras”, agrega Amir, mientras saca más para colocar en la mesa.

El motivo es permitir que todos puedan vivir una experiencia que ellas no conocieron siendo adolescentes, cuando Taylor Swift no era tan popular y era difícil hasta conseguir un disco de ella en las tiendas.

“Somos de Uruguay, y hacemos esto porque cuando éramos chicas, con 15 o 16 años, queríamos que existieran estas instancias. Como no las tuvimos, las queremos crear para ellos”, dice Amir. “Ese el lugar desde donde nos paramos: crear posibilidades de encuentro, lugares y espacios seguros para la juventud que le gusta Taylor, porque nosotras no tuvimos nada”.

Foto: Estefanía Leal.

“Estoy muy eufórica, muy contenta”, agrega Mosle, “porque esto es vivir la experiencia”.

Las cinco también se encargan de la Taylor Party. “Es un trabajo, porque nos lleva muchos meses, que además tenemos que equilibrar con nuestra vida personal y demás, pero estoy muy contenta”, dice Mosle.

Todo sea por Taylor.

La “película” es una mezcla de la escucha del disco (cada canción precedida por una breve explicación de su significado e historia), el estreno del videoclip de “The Fate of Ophelia”, y un detrás de cámaras sobre cómo se hizo el vídeo que dirigió Swift y contó con la dirección de fotografía del mexicano Rodrigo Prieto.

Mientras se proyecta “Opalite”, el tercer track del disco y una de las canciones más bailables del álbum, las cabezas siguen el ritmo. También hay carcajadas ante la justificación de algunas canciones, y algunas quejas por lo bajo por haber suavizado la letra de temas como “Wood” y “Actually Romantic”.

Cuando termina la proyección, el entusiasmo están intacto. Algunos comentan sobre el video, otros sobre algunas canciones, y hay quienes se quedan para sacarse fotos, mientras se acondiciona el lugar para la próxima tanda de fanáticos. Afuera de la sala hubo todo ese tiempo otra fiesta.

Así, esta Release Party The Life of a Showgirl se convierte en una experiencia compartida, emocional y completa. Y con una estrella de virtual anfitriona.