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Hernán Casciari habla de la película de "La Uruguaya" y del gesto de Papelito Fernández

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Hernán Casciari. Foto: Gaspar Kunis.

ENTREVISTA

El autor argentino adelanta el proyecto colectivo para llevar la novela de Pedro Mairal al cine, y habla del generoso gesto del exjugador de Nacional

"Agárrense fuerte porque vamos a empezar a hacer cine”. Con esta frase escrita a comienzos de diciembre y publicada en el sitio web de Orsai, la revista cultural gestionada únicamente por sus lectores, el argentino Hernán Casciari anunció su nuevo proyecto colectivo. Y para su desembarco en la escena cinematográfica, el autor del cuento “A veces creo que soy uruguayo” —que describe a un joven Casciari que se encierra en su baño para intentar memorizar un mapa de Uruguay— seleccionó una novela que se ambienta en una de sus ciudades más queridas. Se trata de La uruguaya, de Pedro Mairal.

La novela, publicada en 2016 y que se volvió un best seller, se reparte entre Buenos Aires y Montevideo, y presenta a un escritor, Lucas Pereyra, que llega a la capital uruguaya para cobrar unos derechos de autor y así evitar las restricciones cambiarias que rigen en la vecina orilla. Sin embargo, el encuentro con una amiga lo obliga a un cambio de planes que lo lleva a afrontar una nueva realidad.

“Lo primero que me pasó como lector fue pensar: ‘Ojalá que hagan una película de esto’”, le comenta a El País Casciari. Y apenas se hizo amigo de Mairal, dio comienzo a una historia tan rica como la de La uruguaya. Le propuso comprarle los derechos de la historia y se animó a meterse en el mundo del cine. “Pedro podría haberla vendido por seis veces más de lo que nos la vendió a nosotros, pero él va a estar en el proceso creativo y en una forma nueva de hacer una película”, explica.

La novedad está en replicar el concepto de autogestión de la revista Orsai. Por eso, en enero lanzó 6000 bonos de 100 dólares que le permitan costear el proyecto de 600 mil dólares, que define como “una película chiquita”. En solo cuatro días vendió el 54% de los bonos. La primera ronda de inversiones cierra el 28 de febrero y ya tiene unos 1200 “productores asociados” que se comprometieron con el proyecto, participarán de cada una de las decisiones artísticas de la película y que, en promedio, compraron cuatro bonos. Se trata de una recaudación de 480 mil dólares.

Pero lo más llamativo de esta historia se conoció el fin de semana, cuando Casciari reveló un gesto que lo une todavía más con Uruguay, el país donde volvió a la vida tras sufrir un infarto en 2015. Como la cuenta bancaria de Orsai en Montevideo tardaba demasiado en abrirse, un productor asociado se ofreció a prestarle su cuenta. Cuando leyó el nombre de la persona se sorprendió: se trataba del futbolista Sebastián “Papelito” Fernández.

Sobre este proyecto que crece a pasos agigantados, Casciari habló con El País.

—¿Sentís que la adaptación cinematográfica de la novela de Mairal va a ayudar a que tu relación con Uruguay crezca?

—Montevideo es la ciudad que me salvó la vida, así que no creo que pueda mejorar la relación. En todo caso, sí consolidarse. ¿Viste cuando estás en pareja, que hacer cosas nuevas ayuda a que se mantenga la pasión?Bueno, yo creo que hacer una película en Montevideo es una forma de mantener viva esta pasión.

—¿Qué te interesó de La uruguaya como para proponerte la idea de llevarla al cine?

—Se juntaron muchas cosas. Mientras leía el libro tenía la certeza de que la versión cinematográfica iba a ser muy divertida. Otra de las razones fundamentales es la manera en que se da la historia:un 30% es en Buenos Aires y un 70% en Montevideo. Sabiendo que la podemos hacer cruzando el río, me resultó muy divertido. A eso sumale las exenciones impositivas que Uruguay le está poniendo al cine y a mi relación cercanísima con Montevideo. Y, por último, cuando leía la historia me parecía que el viaje de Lucas Pereyra era muy generacional sobre algo que pasó entre 2010 y 2020 en la clase media argentina, que es cruzar a Uruguay a buscar dólares. Ese caminito de la clase media que no quiere que se le devalúe la moneda va a servir dentro de 50 años para recordar cómo funcionaba nuestra economía.

—Dentro de unos años va a ser una fotografía de lo absurdo de la situación.

—Claro. Dentro de mucho tiempo esto que nos parece tan cotidiano va a ser visto por nuestros hijos o nietos y les va a parecer la pelotudez más grande del mundo. Está bueno contar esto y, de hecho, en la propia producción de la película nos está pasando lo mismo que al personaje principal. Los productores argentinos no pueden darnos pesos argentinos porque después se devalúan y en Montevideo es muy difícil abrir una cuenta. Es increíble.

—Y ahí es donde entra Papelito Fernández, que puso su cuenta para ayudarte a recaudar fondos en Uruguay. ¿Cómo lo tomaste?

—Podríamos habernos quedado entre Sebastián y yo esta noticia y mantenerla privada, pero creo que había que contarlo para que mejoren ciertas cuestiones y que otras personas sientan la necesidad de confiar en otro. Es un gran inicio de proyecto que nos ayudemos de esa manera y de una forma absolutamente riesgosa. En este momento hay más de 100 mil dólares en la cuenta de una persona a la que no conozco personalmente, y del mismo modo Sebastián puede contar que hay un tipo que tiene su contraseña de homebanking con todos sus ahorros. Es una locura muy divertida e interesante.

—Siempre usaste la tecnología como una herramienta para proponer proyectos colectivos. Pasó con la revista Orsai, con el streaming con delivery y ahora con este proyecto. Cada uno está atravesado por la idea de afrontar el riesgo colectivo. ¿Cómo surge?

—Vengo de pasar cuatro días en el campo con mi familia y si a la noche se ponen a jugar a la generala y no es por plata, yo no juego (se ríe). El riesgo es el por qué y si no está, no lo hago. Si me dicen: “Tomá 600 mil dólares, hacé la película”, entonces no me interesa tanto porque es el juego de la industria y de ser el empleado que cobra todos los meses. Eso me aburre totalmente. El riesgo siempre está adelante porque es la zanahoria del burro. Después es importante la construcción de una comunidad de usuarios, porque cuando tenés una comunidad atrás, las ideas nunca son trasnochadas. Recuerdo haber tenido un montón de ideas así en la época analógica, pero lo máximo que podía hacer era llamar a tres amigos para ver si se sumaban. Ahora se me ocurre una idea a las 4.00 y puede ser que a las 7.00 esté en movimiento porque hay gente con ganas de que ocurra. La comunidad y el riesgo como placer son mis dos motores.

"la uruguaya"

Una idea que reinventa la forma de hacer cine

“La tecnología es la herramienta ideal para eliminar intermediarios”, explica Hernán Casciari a El País. “En los últimos 15 años empezamos a descubrir que no es necesario tener tutores ni representantes que se llevan el 15% de las cosas. Podemos generar contenidos sin que esté un publicista en el medio y eso hace que el presupuesto no sea tan exorbitante. Queremos demostrar que no se necesitan 15 millones de dólares para hacer una película”, agrega.

Para eso, quienes hayan comprado bonos de la adaptación cinematográfica de La uruguaya podrán participar directamente en el proceso creativo de la película. “Hay mucha gente que quiere participar del casting de actores y estamos abriendo puertas para que todos los que quieran se sumen al proyecto. Vamos a sacar a los trabajadores de eso:pueden anotarse como extras, hacer aportes musicales y hasta van a elegir al elenco completo por voto directo. Si esto sale bien, va a ser un nuevo camino para hacer cine”.

El 1° de marzo, y en caso de que queden algunos bonos libres, se abrirá una segunda ronda de inversión. Los interesados pueden anotarse en una lista de espera disponible en la web de Orsai.

El 16 de marzo se dará a conocer el nombre de la directora de la película y del equipo autoral y técnico, y a partir del 22 se lanzará al App Orsai, que usarán los “productores asociados” para tomar las decisiones colectivas.

Más adelante, en abril, Pedro Mairal, Chiri Basilis y Casciari presentarán al equipo de guionistas y la dinámica de trabajo. Luego, en mayo, se realizará el casting de actores para consolidar el equipo de La uruguaya.

Finalmente, en julio comenzará el rodaje, que se repartirá entre Buenos Aires y Montevideo. En el caso de la capital uruguaya, hay varios espacios con presencia obligatoria:el puerto montevideano, la terminal de Tres Cruces y alguna avenida plagada de palmeras.

Para hacer de la adaptación de La uruguaya un proceso aún más divertido, Casciari ya fijó la fecha de estreno. Será el martes 28 de diciembre de 2021, a las 19.00, en el cine de la ciudad de Mercedes (Buenos Aires), la ciudad natal del autor argentino.

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