"Fue solo un accidente", la película que ganó en Cannes y aspira al Oscar con director condenado en Irán

El director iraní Jafar Panahi habló en charla exclusiva con El País sobre la película “Fue solo un accidente”, la ganadora en Cannes que suena fuerte para los Oscar y llega a los cines uruguayos.

Imagen de la película "Fue solo un accidente".
Imagen de la película "Fue solo un accidente".
Foto: Difusión.

Son días de mucha actividad para el director iraní Jafar Panahi, reciente ganador de la Palma de Oro gracias a su nuevo film, Fue solo un accidente, que estrena hoy en salas uruguayas. Luego de la victoria en Cannes y el anuncio de que la cinta competiría por los Oscar en representación de Francia y no de su país, el realizador se metió de lleno en una importante campaña de prensa para dar más visibilidad a la película entre los votantes y poder llevarse algún premio el 15 de marzo, fecha de los próximos premios de la Academia.

Sin embargo, como ya adelantaba en una conferencia de prensa previa a esta entrevista exclusiva para El País, las cosas no pintaban bien en su día a día: “Todo está hecho un desastre. Cuando me prohibieron salir del país, era mucho más cómodo. Porque podía sentarme y pensar en mi próxima película. Ahora estoy en el aire, en un avión o en una habitación como esta. Y con menos frecuencia tengo la oportunidad de pensar en mi próximo film”.

Las declaraciones fueron antes de conocerse la nueva condena de Panahi, a quien el Tribunal Revolucionario Islámico de Teherán acaba de sentenciar a un año de prisión “por actividades de propaganda contra el sistema”, y a dos años de prohibición de salir del país y afiliarse a grupos políticos o sociales. El director salió de Irán en mayo, tras 15 años sin poder viajar al exterior.

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Jafar Pahani con la Palma de Oro en Cannes por "Fue solo un accidente".
Foto: BERTRAND GUAY/AFP fotos

Seguramente él lo haya esperado: si bien Fue solo un accidente devuelve al director a un estilo más convencional (sus anteriores películas, como Taxi Teherán, Tres rostros y la reciente Los osos no existen eran documentales con toques de ficción, en donde él aparecía constantemente en pantalla, a fin de burlar la restricción impuesta por el régimen que le prohibía hacer cine), su espíritu de denuncia sigue intacto.

La historia sigue a un mecánico que, luego de advertir que, cuando camina, uno de sus clientes hace el mismo sonido que su torturador en la cárcel, decide vengarse, secuestrando al hombre y llevándolo a un desierto para enterrarlo vivo. Sin embargo, antes de realizar su plan comienza a dudar sobre su identidad, por lo que se embarca en un viaje a través de todo Irán para encontrar a alguien que pueda confirmar si es o no su maltratador.

Sobre ese cambio en el estilo, el director, en este mano a mano -traductora mediante-comentó: “Cuando me dieron esa extraña sentencia de prohibición de hacer películas y de salir del país durante 20 años, sufrí un shock psicológico. Todo lo que pensaba en aquel entonces giraba en torno a mí, y el cine era el centro. Así que cualquier idea que me venía a la mente, sentía que giraba en torno a mí y a mi historia”.

“Este era un estado mental psicológico. Y como soy un cineasta comprometido socialmente, me inspiran las situaciones que vivo. Eso fue hasta hace dos años, cuando me dijeron que ya había cumplido todas mis condenas, ya que ahí experimenté otro shock psicológico. Fue como si me hubieran quitado de adelante de la cámara y me hubieran vuelto a colocar detrás de ella. Y no fue nada más que esto”, dijo.

Sobre la universalidad de sus temas, el director señaló, con cierta amargura, que el film podía entenderse de maneras casi similares en cualquier lugar “He visto la película en muchas partes del mundo y he visto que el público la ha relacionado con su mundo. Y cuando me pregunté por qué, me di cuenta de que lo mismo ha sucedido en muchos países. Por ejemplo, en Brasil, todos decían que habían tenido el mismo período histórico. En Europa del Este, aún más. Y ha sucedido en todo el mundo. O bien la gente ya ha tenido esta experiencia en el pasado, o bien ahora ven señales de que podrían estar acercándose a la misma situación en el futuro. Todo esto indica que el público se identifica con la película”.

Imagen de la película "Fue solo un accidente".
Imagen de la película "Fue solo un accidente".
Foto: Difusión.

De Hitchcock al futuro.

En otro encuentro con periodistas, el director comentó que aprendió el ABC del cine gracias a Alfred Hitchcock, por lo que era imposible no preguntarle si esa inspiración podía observarse en las escenas de alta tensión de Fue solo un accidente, y si las influencias podían adaptarse a un universo personal.

“Es imposible que un director no se deje influenciar por sus predecesores. Pero lo importante, cuando te influyen, es qué tenés para aportar y cómo podés, como cineasta, influir en los demás. Claro que hubo muchas personas en el pasado de las que querés volver a ver sus obras y lo que hacen. Cuando estudiaba cine, veía todo tipo de películas de todos los géneros, y sí, aprendí el ABC de Hitchcock. Y ahora estoy muy contento de no tener faltas de ortografía en mis películas. Pero lo que realmente me influyó fue el neorrealismo italiano, y en especial la película El ladrón de bicicletas. La considero un libro sagrado para el cine socialmente comprometido”, respondió.

Imagen de la película "Fue solo un accidente".
Imagen de la película "Fue solo un accidente".
Foto: Difusión.

Finalmente, en la misma rueda de prensa, Panahi adelantó cuál podría ser su próximo film, aunque su actual situación legal vuelva a ponerlo en un panorama complejo.

“De 2006 a 2011 me esforcé mucho por hacer este proyecto y no se llevó a cabo. Es una película sobre la guerra. Y creo que puede ser una muy buena película. Pero requería muchos recursos. No podía hacerla con el mismo estilo que hice con mis anteriores películas. Llegué incluso a producirla, incluso conseguí un presupuesto dentro de Irán. Pero al final, las autoridades no me permitieron hacerla”, dijo. “Hoy en día, el mundo está en un estado en el que adondequiera que mires, huele a guerra. Creo que es una película que debe hacerse porque es una película humanista sobre la guerra. Creo que podría tener el potencial de hacerse fuera de Irán. Pero, por supuesto, es una gran producción y necesita muchos recursos, actores y por lo tanto, requiere trabajo.”

Martín Imer

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