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¿Cómo es "Free Guy", la comedia con Ryan Reynolds que se estrena solo en cines?

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Free Guy

Estreno

El actor de "Deadpool" interpreta a un hombre común que no sabe que el mundo tal como lo conoce es un videojuego; dirige Shawn Levy, el de "Una noche en el museo"

Capaz que esta es la clase de películas que se necesitan en tiempos así. Es decir, sin mucha exigencia, simpática, bien escrita y bien intencionada con su existencialismo light que pretende advertir de algunas preguntas acuciantes con la liviandad que acompaña el formato. Free Guy tiene todo eso.

Capaz que es la The Matrix de esta generación ya que repite el diagrama de un mundo que transcurre frente a nosotros y al que no percibimos distraidos en una realidad de la que no somos ni responsables, ni protagonistas.

Es, en definitiva, un poco como The Truman Show para la generación de los video juegos, Fortnite, Discord y miles de contraseñas generacionales que escapan a este cronista. Donde antes estaba Jim Carrey ahora está Ryan Reynolds, que, igual es muy gracioso.

Acá Reynolds es Guy, un personaje tan impersonal como su propio nombre. Su vida transcurre sin mayores complicaciones en un mundo en el que nada se sale de su lugar y eso incluye violencia cotidiana pero algo inofensiva. Es cajero en un banco, es amigo del guardia de seguridad y le encantan los helados de chicle. En la jerga del rubro se le llama NCP (por  non playable character, o sea un extra).

Un día se percata de que está viviendo en un juego, así que hace todo para ser el héroe para lo que ayudan los dos programadores de ese universo interpretados por Joe Keery y Jodie Comer. Detrás de ese mundo está el villano ANtwan (el ganador del Oscar, Taika Waititi) que necesita hacerlo desaparecer porque está lanzando la secuela del juego y va a discontinuar a su personaje. Waititi intepreta el papel con una maldad divertida y en el elenco también están Lil Rel Howery y Utkarsh Ambudkar.

Así, con esa ayuda y unos lentes reveladores (una referencia a Sobreviven de John Carpenter, que se tomaba el tema más seriamente) lidera una revolución para conseguir el libre albedrío. Su inevitable triunfo es relativo y, para nihilistas de ocasión, un tanto fugaz, pero alcanza para un previsible final feliz.

Todo eso lo dirige Shawn Levy, quien, como director, ha demostrado gusto por las realidades paralelas y fantásticas (Una noche en el museo) y como productor está detrás de asuntos tan innovadores como La llegada de Dennis Villeneuve o la serie de Netflix, Stranger Things.

Free Guy es un proyecto en el que Levy trabajó durante cinco años y que quedó pronto en 2019 producido por Fox por lo que se convirtió en parte del botín que se llevó Disney cuando compró el estudio.

Tuvo tres intentos de estrenos, hasta que el fin de semana llegó a los cines estadounidenses (donde fue la película más vista) y hoy se estrena en salas uruguayas. A diferencia de ejemplos recientes, va solo en cines y no está anunciada en ninguna plataforma.

“Queríamos hacer una comedia de acción que llevara este concepto de videojuego a un área más accesible de cómo vivimos y tratamos el empoderamiento como individuos, el anhelo que realmente creemos que cada persona tiene de salir de su papel secundario y tener un impacto en el mundo”, le dijo Levy a Indiewire.

Todo ese subtexto está contado en una narrativa que apela más al espectáculo y que reconoce como una referencia el mundo de la virtualidad. Los chistes funcionan.

La película está llena de apariciones especiales -se les dice cameos- de, entre otros, Channing Tatum, Dwayne Johnson, Hugh Jackman, Chris Evans y John Krasinski. Algunos aparecen con papeles más notorios (Tatum, muy divertido), otros son mínimos (Evans ante una referencia a Capitán America) o aportan la voz de algunos personajes.

“Esta película trata sobre la amistad. Y la amistad es en su forma más simple, se hace notar apareciendo”, posteó Reynolds en redes sociales.

Esa idea de compromiso de que las cosas pueden salir está hablando de algunas cosas que podemos sentir en estos días. Estamos hiperconectados pero eso no significa nada, dice la película.

Los facilismos del final consiguen apaciguar una de las mejores escenas de la película: Guy descubriendo la falsedad de su mundo y gritando a un mar de pixeles: “¡Todo es mentira!”. Ese plano general y ese grito parecen de otra película pero es una de las tantas buenas ideas que maneja Free Guy.

Pero todo es en un tono muy simpático y juguetón, que es el que va a esta clase de cosas. Y con eso, y los 26 millones de su primer fin de semana en la taquilla estadounidense, Disney ya anunció que va a haber una secuela. Se lo merece.

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