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Emma Thompson cuenta por qué se desnudó a los 63 años para "Buena suerte Leo Grande"

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Emma Thompson

ENTREVISTA

Se estrenó en Uruguay la comedia sexual en la que interpreta a una reciente viuda que quiere tener su primer orgasmo y que tiene una audaz escena de la dos veces ganadora del Oscar

Emma Thompson
Emma Thompson

Lo primero que llama la atención deEmma Thompson es su pelo blanco, un tono mucho más elegante que el que se atrevería a elegir una persona cualquiera de 63 años, pero que tampoco niega su edad. A la cabellera la acompaña esa sonrisa amplia y esa mirada astuta que sugieren tanto un ingenio irónico como la voluntad de bromear. No obstante, Thompson comienza la videollamada improvisando una maniobra estilo MacGyver para cubrir el monitor de su computadora con un trozo de papel y cinta adhesiva para no verse en la pantalla. “Lo único que no soporto de Zoom es tener que ver mi cara”, dijo. “Así que me voy a tapar”.

Estábamos frente a un par de pantallas de computadora para hablar del que quizá sea su papel más revelador hasta la fecha. En la nueva película Buena suerte Leo Grande, dirigida por Sophie Hyde, Thompson está emocionalmente ansiosa y físicamente desnuda, y no de una forma sexy con iluminación tenue. Thompson interpreta a Nancy, una exmaestra de escuela religiosa que acaba de enviudar y que nunca ha tenido un orgasmo. Nancy, que alguna vez fue una esposa devota y una madre responsable, alberga un gran arrepentimiento por lo que no vivió y por los hijos sosos y dependientes que crio, y contrata a un trabajador sexual —un hombre mucho más joven interpretado por el relativamente novato Daryl McCormack (Peaky Blinders)— para que le proporcione el placer que tanto ansía. El público acompaña a esta mujer con la que es tan fácil identificarse quien, en palabras de Thompson, “ha cruzado todos los límites que ha tenido en su vida”, mientras se enfrenta a este monumental acto de rebeldía.

“Sí, ha tomado la decisión más extraordinaria, la de hacer algo muy inusual, valiente y revolucionario”, señaló Thompson desde su oficina en el norte de Londres. “Luego toma al menos dos o tres decisiones para no concretarlo, pero tiene suerte porque ha elegido a alguien que resulta ser bastante sabio e instintivo, con un nivel inusual de comprensión de la condición humana, y que la entiende, comprende lo que está pasando, y es capaz de sugerir con sutileza que podría haber una razón detrás de todo esto”.

Thompson afrontó el desafío con lo que ella llama “un terror sano”. Conocía a este personaje a nivel celular: tenía la misma edad, los mismos antecedentes, el mismo impulso por hacer lo correcto. “Solo un pequeño trozo de papel y el azar me separa de ella”, bromeó.

No obstante, el papel le exigía revelar un nivel de vulnerabilidad emocional y física al que no estaba acostumbrada (para prepararse para esta película íntima y sexualmente positiva que se desarrolla casi toda en una habitación de hotel, Thompson, McCormack y Hyde comentaron que pasaron uno de sus días de ensayo trabajando desnudos). A pesar de tener una carrera de cuatro décadas que ha sido elogiada tanto por su calidad como por su irreverencia y que le ha valido dos premios de la Academia, uno por interpretación (La mansión Howard) y otro por autoría (Sensatez y sentimientos), Thompson solo ha aparecido desnuda ante la cámara una vez: en la comedia de 1990 Cuestión de tamaño, junto a Jeff Goldblum.

Para Buena suerte Leo Grande, la decisión de desnudarse fue suya y, aunque lo hizo con temor, Thompson dijo que cree que “sin eso, la película no habría sido lo mismo”. Aun así, el momento en que tuvo que quedarse desnuda por completo frente a un espejo con una mirada serena y de aceptación, como pedía la escena, fue lo más difícil que ha hecho. “Para ser sincera, nunca estaré contenta con mi cuerpo. Nunca será así”, dijo. “Me lavaron el cerebro demasiado pronto. No puedo deshacer esas vías neuronales”.

No obstante, lo que sí puede es hablar de sexo. Tanto del absurdo como de las complejidades del placer femenino. “No puedo tener un orgasmo así nada más. Necesito tiempo. Necesito cariño. No puedes ir corriendo al clítoris y darle golpecitos y esperar que eso sea suficiente para lograr el objetivo. Eso no va a funcionar, chicos. Ellos piensan: ‘si toco este botoncito, la mujer va a estallar como una explosión de fuegos artificiales y será maravilloso’”.

Hay un momento en la película en el que Nancy y Leo se ponen a bailar en la habitación del hotel al ritmo de “Always Alright” de Alabama Shakes. Se están viendo por segunda vez, un encuentro que viene acompañado de una lista de actos sexuales en los que Nancy quiere sumergirse. Se supone que el baile aliviará todo su estrés de profesora organizada y cumplida que amenaza con echar a perder la sesión. Leo la rodea por el cuello con los brazos y se balancea con los ojos cerrados cuando una mirada, de gratitud y nostalgia, cruza el rostro de Nancy, junto con una pizca de preocupación.

Para la guionista, Katy Brand, quien actuó junto a Thompson en El regreso de la nana mágica, la segunda película del personaje Nanny McPhee, y quien imaginó a Thompson como Nancy mientras escribía el primer borrador, esa mirada es el objetivo de toda la película. “Lo es todo”, aseveró Brand. “Ella siente que su juventud está perdida y se da cuenta del tipo de desarrollo sexual orgánico y natural que podría haber tenido, de no haber conocido a su esposo. También hay una sensación de cosquilleo no solo por lo que podría haber sido, sino por lo que podría ser a partir de ahora”.

Brand no es la primera mujer joven que escribe un guion específicamente para Thompson. Mindy Kaling lo hizo también en Ellas mandan, haciendo gala del amor que siente por Thompson desde que tenía 11 años. La escritora Jemima Khan le dijo a Thompson que siempre había querido que la actriz fuera su madre, así que le escribió un papel en What’s Love Got to Do With It?.

“Creo que lo que Emma le da a todo el mundo y lo que te provoca en persona, y también a través de la pantalla, es que siempre, de alguna manera, te hace sentir que está de tu lado -comentó Brand- Y creo que en realidad la gente responde a eso. Ella se encontrará contigo a un nivel muy humano”.

En la crítica de Good Luck to You, Leo Grande para The New York Times, Lisa Kennedy calificó a Thompson de “sumamente ágil con las ocurrencias y revelaciones del guion”, mientras que Harper’s Bazaar dijo que Thompson era “un tesoro atemporal cuya nominación al Oscar está ya muy pendiente”. La trayectoria obvia de una película como esta debería ser un recorrido por el circuito de premios que probablemente le daría a Thompson su quinta nominación al Oscar, pero la película, que se estrenó en salas uruguayas no se proyectará en los cines de Estados Unidos. A Thompson no le importa. “Es una película pequeña en la que no hay armas, así que no sé cuánta gente en Estados Unidos querría venir a verla en realidad”, concluyó con un guiño.

Puede que sea cierto. Pero lo más relevante es que, debido a un cambio en las normas de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, que ha reinstalado el requisito prepandémico de un estreno en salas de cine de siete días, Buena suerte Leo Grande no puede optar a los Oscar, una realidad con la que la directora Sophie Hyde no está para nada contenta.

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