CARLOS REYES
Los cantantes líricos uruguayos siguen triunfando por el mundo, y el caso de Marcelo Guzzo es un muy buen ejemplo. El joven artista, que recientemente compartió escenario con Andrea Bocelli, transita por un pico alto de su promisoria carrera.
"Tiempo atrás, cuando Andrea Bocelli lanzó su primer CD y sacudió al mundo con la canción Con te partiro, recuerdo que yo estaba todavía en Uruguay. La primera vez que escuché esa canción fue a través de la radio del auto, y fue tanta la emoción que sentí que tuve que parar de conducir y estacionar el auto. Así me quedé por un rato intentando entender qué había pasado. Quién hubiera pensado que años después estaríamos compartiendo el mismo escenario. Tal vez aquella emoción fuera un vaticino de lo que me esperaría en el futuro".
En esos términos explica Guzzo su sentimiento de haber compartido el importante escenario de la Casa de Ópera, de San Antonio (Texas) con Bocelli, con quien dio dos actuaciones, el 25 y 26 de noviembre, de Cavalleria rusticana, con localidades totalmente agotadas.
La circunstancia era especial por varios motivos. Para Guzzo, significaba su debut en el rol de Alfio y su primer mano a mano con Bocelli, con quien ya se están planificando nuevas actuaciones conjuntas, incluso en América del Sur. Y para los organizadores y el propio público, era un espectáculo de gran relevancia, puesto que era la primera actuación de Bocelli en Texas. De ahí que las funciones congregaron a espectadores de todas partes de los Estados Unidos y México.
"Fueron más de diez mil personas: un gran número de ellas nunca habían escuchado ópera antes, por lo tanto el desafío era de suma importancia, especialmente para mi", sintetiza Guzzo, quien bajo las órdenes del maestro Eugene Kohn actuó junto a un elenco de primera, en el que también estaba la soprano chilena Verónica Villaroel.
Las exigencias del papel de Guzzo aportaron un elemento más a esta prueba de fuego: "Cavalleria rusticana es una ópera del repertorio verista y como tal demanda una expresión dramática y vigorosa en la voz, sumado a un necesario manejo técnico para no perder la belleza y la línea de canto. Es verdaderamente un rol complejo vocalmente, en el que además se necesita gran presencia y convicción escénica".
ELOGIOS. Y las elogiosas críticas dieron cuenta del éxito: entre ellas, el San Antonio Express News afirmó que "el Alfio de Guzzo mostró a la vez bravura y elegancia, con una voz que supo respaldar al personaje".
Por contrapartida, tampoco escatima elogios Guzzo al referirse al público norteamericano: "El público de hoy, especialmente en algunas pequeñas partes de Europa, se viene acostumbrando a escuchar más con los ojos, yo encuentro que aquí en los Estados Unidos, el público está más propenso a percibir el mensaje de la voz y dejar el corazón más abierto. Porque en última instancia, para mí lo que tiene la mayor relevancia en el canto es el poder entregar un mensaje que llegue, transforme y conmueva".
Claro que este hito en la carrera de Guzzo tiene antecedentes que se remontan en el tiempo: "Cuando decidí partir hacia Estados Unidos, haciendo efectiva una beca del Music College of Charleston, significaba muchos cambios: cambiar de maestro de canto, cambiar de trabajo, aprender nuevos idiomas, nuevo repertorio, vivir en una nueva casa, dejando la familia y los afectos. Siendo un cantante medianamente reconocido en el medio uruguayo, pase a ser un estudiante más en la universidad y a cantar en un coro de la Iglesia en Charleston los domingos para poder pagar el alquiler. Así fueron los primeros años".
"Me costó darme cuenta que todo tenía un motivo. Hoy lo cuento con orgullo, ya que el pelear con tantos cambios y entender que son un eslabón hacia el destino, me ha dado una increíble valoración de la decisión que tome".
"Sin duda que el trayecto realizado al momento no ha sido para nada fácil, pero la devolución es muy alta. Es una bendición el poder desarrollar el talento y eso genera un gran responsabilidad. Han sido muchos los desafíos personales, pero como se suele decir `esto recién empieza`", asegura.
El teatro: el mayor maestro
"Uruguay está muy bien visto a nivel mundial, y hay muchos uruguayos que están en la primera línea, como Erwin Schrott. Los que partieron de Uruguay más o menos al mismo tiempo, como María José Siri y Darío Solari, están haciendo una carrera exitosa, y también Luz del Alba Rubio y Carlos Ventre, por quienes podemos estar todos muy orgullosos", afirma Marcelo Guzzo.
En la Gran Manzana, Guzzo ha trabajado con grandes cantantes y maestros del Metropolitan Opera House, como Sherril Milnes, Diana Soviero, Gabriel Baquier, Juan Pons, Ana Moffo, Regina Resnik.
"El paso que me ha costado más quizá haya sido el cambio de estudiante profesional a cantante profesional. Hay un enorme vacío en donde la cultura del escenario no llega hasta que uno no lo pisa. Actualmente se ha perdido, en general, el `estudiante de banqueta` como decía Kraus, que era el que estaba sentado al costado del escenario todo el tiempo y se formaba en el teatro, con los cantantes. Hoy llenar ese vacío es lo más difícil, porque al principio por más que uno sea natural o intuitivo, se necesita ese indivisible aprendizaje que pasa en el teatro, que es el último maestro".
Buscando un terreno más personal, Guzzo tiene en sus planes encarar el repertorio popular desde lo operístico.