Abandonar Europa para encontrar los orígenes

| El film fue dirigido por Tony Gatlif, premiado por su labor en el Festival de Cannes

La búsqueda del origen como remedio para el desarraigo es uno de los temas centrales de El viaje inolvidable, película francesa que se estrena mañana.

El film fue dirigido por Tony Gatlif, cineasta y músico (también es el co-compositor de la banda sonora, junto a Delphine Mantoulet) parisino nacido en Argelia. Gatlif cuenta con una trayectoria de considerable extensión en el cine de su país, con quince títulos filmados y más de un premio otorgado por academias y festivales. Gatlif ha sido distinguido con varios César —equivalente francés al Oscar—, por sus bandas sonoras, obtuvo el premio "Un Certain Regard" por Latcho drom (película de 1993) y el estreno de mañana estuvo nominada, en el 2004, para la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Aunque El viaje inolvidable no alcanzó la prestigiosa palma, Gatlif sí fue galardonado como mejor director en esa ocasión. En Uruguay la única película de Gatlif que fue estrenada en cines fue Gitano, hace seis años.

La película arranca en la capital francesa, entre los barrios habitados mayoritariamente por inmigrantes y sus hijos. Zano (Romaní Duris) le propone a su novia (Lubna Azabal) retornar al país de sus padres, Argelia, viajando por Francia y España. No es sólo un viaje de paseo. Zano quiere radicarse en la ex-colonia francesa. A contrapelo de las corrientes migratorias que van de sur a norte, los novios emprenden un viaje hacia el sur. En su camino, se encuentran con varios argelinos dirigiéndose en la dirección opuesta, tentados por el bienestar y las fuentes de trabajo en la Unión Europea.

El retorno hacia Argelia es emprendido sin mayores comodidades. Los novios hacen dedo y se financian con trabajos zafrales, lo que hace de la película una ‘road movie’ que transcurre por las rutas europeas. "Para rodar esta película, quería acercarme lo más posible al tema central, que es el humano, en todos sus sentidos", dijo Gatlif, quien por supuesto reconoce el carácter personal y autobiográfico de este proyecto. Pero el retorno al lugar de la infancia siempre se encuentra con el mismo obstáculo: nunca se regresa al mismo lugar. En el caso de Gatlif, además, ese lugar ya no existía: "Me enteré del terremoto en Argelia mientras rodaba la película. Mi barrio, mi escuela, todos los lugares de mi infancia fueron borrados por la mano del destino. Fue el caos".

Gatlif le otorga a la música un importante papel en el film: "Cuando Zano emprende el viaje desde París, lo que escucha es música urbana y electrónica a todo volumen. Cuando llegan a Almería, el flamenco es casi un personaje más", explica el director. Pero, en el fondo, lo que importa es el amor entre los protagonistas, que no solo descubrirán aspectos de la cultura de sus padres sino también a sí mismos. El film fue elogiado por críticos en Francia y otros países europeos por su exuberancia visual y por su contagiosa narración.

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