FABIAN MURO
Empezó como actor en telenovelas como Pelito y La banda del Golden Rocket, pero se hizo realmente famoso como conductor de algunos de los más populares programas de la televisión argentina, como Sorpresa y media y Expedición Robinson, entre muchos otros. Con Un hijo genial, película que se estrena el próximo viernes, Julián Weich debuta en el cine.
En ella interpreta a Mariano, padre de Tommy, personaje encarnado por el joven actor Sebastián Franccini. Junto a éste, Weich estuvo en Montevideo para promocionar la película.
—¿Cómo describiría el personaje de Mariano?
—Lo que tiene esta película es que no es una en la que haya un trabajo de composición de personaje muy elaborado. No me junté con Sebastián previamente para conocerlo a fondo y componer la relación a partir de ahí. Es una historia, diría, bastante cotidiana hoy en día: un padre divorciado que por exceso de trabajo y estrés tiene una relación complicada con su hijo. Son roles asignados que hay que cumplir y ahí está el fuerte del film, en cuán bien el elenco lleva a cabo esa labor.
—¿A qué le atribuye el hecho de que su debut en el cine se produzca ahora?
—Nunca antes me habían ofrecido un papel protagónico y todo me atrajo de este proyecto: que la produjera Telefé, que la dirigiera José Luis Massa y también la integración del elenco. Todo "me cerraba" para aceptar la propuesta y probar hacer una película.
—¿Nada más que eso?
—Sí, nada más. ¿Qué más querés? (risas). Yo nunca dejé de ser actor, eso no es algo que se olvida. En todo lo que hice actué, por eso no veo esto como un "regreso" a la actuación: nunca me fui. Siempre estuvo presente en mí la intención de actuar, pero nunca lo pensaba como "voy a volver a hacerlo". También influyó el hecho de que varios de los programas que conduje requerían muchas horas de dedicación, tanto adelante como atrás de cámara y eso no me permitía hacer otras cosas. Ahora, con la conducción de Trato hecho, tengo más tiempo.
—¿Cómo fue la relación con Franccini durante el rodaje?
—Nos pusimos a laburar y ya. No nació una profunda amistad, no es que ahora comemos asado juntos. Con Sebastián tuvimos desde el comienzo una fluida relación profesional. Es cierto que es mi primera película, pero yo he hecho innumerables avisos publicitarios y tengo experiencia de rodajes, sé cómo manejar los tiempos muertos, tener la paciencia suficiente y lidiar con el hecho de estar rodeado de mucha gente constantemente.
Franccini, quien también actuó en Papá es un ídolo y Chiquititas, coincide con Weich: "Fue un rodaje placentero y fluido. Julián tiene una afinidad especial con el público infantil y juvenil. Creo que parte de la explicación de que la película sea hoy un éxito de taquilla tiene que ver con esa capacidad de él para conectar con los chicos y también con un público familiar. Trabajar con él no fue para nada difícil".
—En esta película, tuvieron que actuar con animales, una de las pesadillas de los actores.
—Esto lo dice todo: son animales! (risas). Hubo que armarse de paciencia, eso no lo voy a negar. Uno insiste en pensar y tratar a los bichos como si fueran seres humanos. Pero por más que estén amaestrados, no son humanos. Igual, ya está. Fue un desafío y se cumplió, estamos contentos.
—En Buenos Aires, la película tuvo una importante repercusión comercial, con más de 100.000 espectadores. ¿Comienza una nueva carrera dentro del cine para Julián Weich?
—Sí, ya tuve una importante oferta. Me ofrecieron no hacer más cine. Te doy la primicia: cuando no me vean más en el cine, recuerden que lo dije primero aquí (risas). Por suerte, a la película le está yendo muy bien y sigue en cartel. Aún es muy temprano para decir si volveré a hacer cine, pero si todo cuadra como cuando me ofrecieron este proyecto ¿por qué no?. Creo que las razones para el éxito de la película están en que es una historia cotidiana, es fácil de identificarse con ella. Y lo más importante de todo: no tiene contraindicaciones, ja.
—Por ahora sigue, entonces, en "Trato hecho".
—Sí, voy a estar un tiempo más como conductor de ese programa, que tiene importantes niveles de rating en Argentina. Luego no sé, puede que haga una pausa porque en Telefé estarían planificando la segunda parte de Operación Triunfo, pero después seguiría.
—Ud. parece muy cómodo en la televisión. ¿Lo han criticado por conducir programas masivos y populares y ocupar un gran espacio?
—Sí, por supuesto. Y no me molesta. Estoy abierto a todo tipo de críticas, es parte del trabajo. Más allá de que lo que yo hago es algo que se consume desde casa con el control remoto en la mano, sigue siendo arte y me expongo a la luz pública. Sería tonto de mi parte pretender que lo que hago le va a gustar a todo el mundo. Me la banco.
—¿Se ve a sí mismo siguiendo los pasos de otras figuras muy populares de la televisión argentina como Tinelli, Pergolini y Suar, que emprendieron proyectos como productores?
—No, para nada. Estoy en la vereda opuesta de todo eso. No me interesa tener productora propia, como no me interesa tener gente a cargo mía. Más allá de que puede ser interesante generar proyectos, me parece que hay una fascinación por el poder que te otorga el hecho de ser un empresario importante, ¿no? Poder decidir, mandar, hacer y deshacer Y a mí no me seduce en absoluto el poder. Lo que me interesa es divertirme y pasarla bien en mi trabajo. Poder trabajar con mis pares y a la par de ellos, no encima, en una posición de superioridad. Estoy muy bien como estoy.
Una historia para toda la familia
Desde la página web oficial de Un hijo genial se ofrece "una entretenida película que divertirá a los niños, a sus padres y a todas las mascotas que logren entrar a los cines".
En el centro de todo se encuentran Mariano (Weich) y Tommy (Franccini). El primero nunca tiene tiempo de ver al segundo ya que ocupa un importante puesto en una compañía de seguros y es un obsesivo del trabajo. Al hijo, por su parte, lo acompañan dos mascotas: un perro y un papagayo. El robo de una valiosa obra de arte pone en aprietos a Mariano, ya que la obra estaba asegurada por la compañía en la que trabaja.
Sin embargo, el hurto es visto, desde la ventana de la casa, por el papagayo de Tommy, quien se aprende los nombres de los ladrones de memoria y se convierte en una figura clave para la solución del robo. De acuerdo a los datos proporcionados por la propia producción de la película, Un hijo genial superó los 100.000 espectadores apenas a cinco días de su estreno, lo que convierte al film en uno de los títulos más fuertes de este año. A juzgar por las reacciones del público que se tomó el trabajo de enviar sus comentarios al sitio web oficial del film, la historia gustó mucho, en particular la participación de Franccini, quien ya va por su tercer "blockbuster" argentino.
Junto a los nombres de Weich y Franccini, figuran también en el elenco Diana Lamas, Gonzalo Urtizberea, Sergio Boris, Santiago Ríos y Claudio DaPassano. La película fue producida por Carlos Mentasti, uno de los más exitosos en el rubro y con una larga trayectoria que incluye títulos como El manosanta está cargado, La furia, Un día en el paraíso y Cleopatra entre otros.
La película fue dirigida por José Luis Massa, quien había dirigido Chiquititas, Rincón de luz, hace tres años, también un éxito de taquilla.