"Valientes": la telenovela que cambió la fórmula y apeló a tres galanes que administraron su ego

Redacción El País.
Valientes fue una de las telenovelas más exitosas y recordadas de la televisión argentina en la década de 2000. Emitida por El Trece en 2009 y producida por Pol-ka, esta historia atrapó al público desde su primer capítulo, combinando drama familiar, romance, venganza y humor, en un relato cargado de emoción y giros argumentales. Con un elenco protagónico compuesto por Luciano Castro, Mariano Martínez, Gonzalo Heredia, Julieta Díaz, Marcela Kloosterboer y Eleonora Wexler, la telenovela logró consolidarse como un fenómeno de audiencia también en Uruguay, donde fue emitida por Canal 12.

La trama gira en torno a los hermanos Sosa -Leonardo, Segundo y Enzo-, tres hombres criados por diferentes familias, pero unidos por un pasado común: la injusticia que sufrieron cuando su padre, un peón humilde, fue asesinado por Laureano Gómez Acuña, un poderoso estanciero interpretado magistralmente por Arnaldo André. Años después, los hermanos se reencuentran y deciden unirse para vengarse del asesino de su padre y recuperar lo que les fue arrebatado. En el proceso, el amor, la lealtad y los secretos del pasado jugarán un rol central.

Uno de los mayores aciertos de Valientes fue su capacidad para entrelazar distintos géneros sin perder cohesión narrativa. El relato mezcla el melodrama clásico con elementos de thriller, comedia costumbrista y hasta toques de western rural. Esta combinación permitió que el público se mantuviera enganchado noche tras noche, generando conversaciones en redes sociales, reuniones familiares frente al televisor y hasta merchandising con frases y escenas emblemáticas.

Foto: Archivo.

Las historias de amor fueron otro de los pilares de la novela. Cada uno de los hermanos se enamora de una de las hijas de Laureano, generando una tensión dramática constante entre el deseo y el deber, el pasado y el presente. Estas relaciones, cargadas de obstáculos y traiciones, lograron conectar emocionalmente con la audiencia, en parte gracias a la química entre los actores y la dirección sensible de los momentos románticos. Mención especial merece Eleonora Wexler, cuya interpretación de Isabel, una mujer atrapada entre el amor y la obediencia filial, fue ampliamente elogiada por la crítica.

En cuanto a las actuaciones, Valientes brilló por la solidez de su elenco. Luciano Castro impuso su presencia como el hermano mayor y líder del grupo, mientras que Mariano Martínez aportó carisma y humor, y Gonzalo Heredia se lució en un papel más emocional y vulnerable. Arnaldo André, en su regreso triunfal a la televisión, construyó a uno de los villanos más memorables de la ficción argentina reciente: un hombre temido, manipulador y despiadado, cuya sola presencia en pantalla imponía respeto.

La dirección de actores, la ambientación rural, el uso efectivo de locaciones y una banda sonora emotiva contribuyeron a crear una estética propia que distinguió a Valientes de otras telenovelas contemporáneas. Además, el guion supo dosificar la información de forma efectiva, manteniendo el suspenso sin caer en recursos fáciles o giros inverosímiles.

El impacto de Valientes fue tal que no solo lideró el rating durante todo su año de emisión, sino que también tuvo una gira teatral, fue adaptada en otros países y dejó una marca imborrable en la memoria colectiva. Su final, seguido por millones de personas, cerró con coherencia la historia de venganza y redención, dejando un mensaje sobre la fuerza de los lazos familiares y la importancia de la justicia.

Valientes reunió a un elenco de galanes jóvenes, como Luciano Castro, Mariano Martínez y Gonzalo Heredia. El terceto destacó por su química frente a cámara. Según confesaría Heredia, el secreto del éxito radicó en la adminitración del ego de los tres.

“Para mí fue que cada uno sabía donde poner su ego, cada uno sabía el rol que ocupaba en ese triángulo que se había formado. Tuvimos una primera charla el primer día de grabación en el camarín y fue ‘bueno muchachos, esto es así, vos acá, el otro allá’ cada uno supo dónde ponerse y ninguno intento escalar o meter un codazo al otro”, aseguró el actor.

Hasta la actualidad, los tres mantienen buen vínculo y suelen recordar las jornadas de rodaje de la tira.