Un "rumbo" postergado

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Tres décadas después de su presentación inaugural en el Teatro Astral, Rumbo había decido volver a los escenarios montevideanos sin que hubiera que conmemorar una fecha especial como fueron los festejos por el Bicentenario.

La chance de volver a verlos juntos era en el Teatro de Verano el próximo 18 de noviembre. Ese retorno no será posible, al menos por ahora, debido a cuestiones de reloj: la producción no llegó a tiempo para cumplir con lo que prometía ser un gran show.

Los fanáticos deberán esperar hasta nuevo aviso, cuando se fije otra fecha para escuchar al sexteto original (Laura Canoura, Miguel López, Mauricio Ubal, Carlos Vicente, Gustavo Ripa y Gonzalo Moreira).

El grupo atravesó importantes momentos a nivel artístico, marcó época en la música popular y la canción nacional. Hizo grandes ciclos en el Teatro Circular, recitales multitudinarios como el de Atenas en 1983, así como importantes "cantopopus" en el Palacio Peñarol. Cerraron un ciclo en 1986. Cada uno tomó caminos distintos y se dedicó a su carrera como solista.

Esta instancia de reencuentro en el Teatro de Verano los volvería a juntar después de tantos años y el sexteto coincidía en que los llenaba de alegría, ansiedad e incluso temor, según Laura Canoura. Era la chance de "comprobar que la música nos une", en palabras de Gustavo Ripa.

Ni siquiera ellos saben de memoria la cantidad de recitales que compartieron pero este volver a cruzarse en un escenario sería totalmente distinto a la etapa anterior. La años de experiencia quizá, la trayectoria, el extrañarse, el conocerse bien, quién sabe. Pero Gonzalo Moreira lo sentía como una "reconexión con la música". Al tiempo que Miguel López lo definía como un regalo que le había dado la vida.

"Los llamé uno por uno en la tarde del 24 de diciembre de 2010, y les dije: `tenemos que juntarnos y volver a tocar juntos`. Ninguno me dijo que no. Después me enteré que pensaron que estaba medio mamado por la fecha (era de tarde ¡no había tomado nada!). Nos empezamos a juntar, la propuesta del Bicentenario aceleró los tiempos, y pudimos por fin mostrar una forma, una estética, una propuesta que nos parece que está vigente, por eso lo valoro como una manera de volver a decir: `acá estamos , escuchen…`", manifestó Miguel López.