Tiene 31 años, 11 de carrera en la música y canciones con más de 500 millones de reproducciones en Youtube. El colombiano Kevin Roldán estuvo en Uruguay, realizó un concierto en Montevideo y otro en Punta del Este, como parte de una gira que lo ha llevado a distintos países de Sudamérica. Comenta que los uruguayos somos un público especial, “es gente buena, que te trata con respeto, pero eufóricos”, dice.
Y si bien tiene más de 10 años de carrera, dice sentirse como un recién llegado. Sobre su carrera, la presión de crear éxitos y por qué le gusta colaborar con artistas emergentes, esta charla.
—Empezaste con 13 años en la música, ¿nunca tuviste dudas sobre tomar este camino?
—No, siempre estuve seguro, haciendo música y trabajando. Siempre estuve dándole duro y aquí estamos, llenando todos los teatros.
—¿Y tu familia cómo se tomó que empezaras tan chico en esa industria?
—Al comienzo no estaban muy seguros pero estaban felices. Me hicieron tomar la decisión porque estaba entre el fútbol y la música. A los 12 años me sentaron un día, lo recuerdo muy claro, y me dijeron: “necesitamos que tomes una decisión, o es el fútbol o es la música”; y no tardé mucho en tomar la decisión correcta, porque me gusta mucho la música.
—En 2013 firmaste contrato y de inmediato apareció Daddy Yankee y surgieron más colaboraciones. ¿Cómo ves, en retrospectiva tus inicios, lo pudiste disfrutar?
—Sí, te podría decir que lo disfruté demasiado. Estoy contento porque era muy joven y conoces a muchos que apenas ahora comienzan a ver los frutos, de lograr ese reconocimiento. Creo que son cosas de Dios, y siempre lo disfruté. Disfruto cada momento, trabajar con los grandes como con las nuevas generaciones. Disfruto cada momento que hacemos música porque mi pasión es esa.
—Tenés canciones con 500 millones de reproducciones...
—Y en una sola plataforma, hay otras que suman 600 y 700 millones gracias a Dios. Creo que es muy bonito y gratificante que hagas música, porque lo haces desde el corazón. Lo de gratificante es porque compongo mis temas, y saber que lo que cree desde mi corazón, lo canté y a la gente le gustó, es una cosa de locos, es algo que no tiene precio.
—¿No te genera presión el tener que lanzar canciones y que acumulen millones de visualizaciones?
—Obvio que la siguiente canción tiene que ser exitosa, pero lo que más me importa es que sea buena. Hay canciones que pensé que podían llegar a los 400 millones y de repente solo alcanzan los 40 millones. Antes pensaba que podía estar fracasando, pero cuando voy a otros países y veo que la gente canta esa canción con el corazón que por ahí no es la que tiene más visualizaciones aunque a un artista nuevo puede ser una locura; ahí es donde agradezco, porque la música, el arte no tiene tiempo.
—Hay canciones que se convierten en tendencia mucho después de haber sido lanzadas. ¿Te pasó?
—Sí, mi canción con más reproducciones en Youtube, cuando la lancé fue prácticamente un fracaso. Pensé que iba a pegar y cuando salió obtuvo 30 millones de visitas. Para el tiempo que le dedicamos, el esfuerzo, el video, hicimos muchas cosas bacanas por esa canción y no vimos el resultado. Pero no me desmotivé, seguí sacando canciones y a los tres años se convirtió en el hit número 1 global en Tik Tok. Por eso digo que a veces los números confunden mucho a los artistas, porque son momentáneos. Y he visto artistas que no han querido colaborar con otros porque no tiene números, y a los tres meses la pegó y ya él es el que no quiere colaborar. Eso es una cosa de locos, por eso nunca estoy pendiente de los números sino de la música, el contenido y la canción.
—Y si estás pendiente de los números y de las redes sociales, podés sentirte demotivado.
—Exacto. Estoy pendiente de las redes porque me gusta leer a mi gente. También hay mucha crítica constructiva, leo y aprendo de esa gente. Es bueno cuando te hacen críticas porque de ahí sacas tips para mejorar en ciertas cosas, y es bueno que los nuevos artistas sepan que las críticas son necesarias, porque sino entras en una zona de confort. Obvio que hay críticas que son de envidiosos, y cuando sé que es algo que están inventando, una mentira, ya no me importa. Igual doy gracias porque significa que estoy haciendo bien el trabajo, porque estamos generando esta pasión. Pero las críticas constructivas son importantes y sé que hay artistas a los que no les gusta que alguien le diga: “tal vez puedes cambiar esta parte de aquí“; porque hay gente que realmente ve el potencial que uno a veces no ve, y esa gente que te dice: “tal vez si pruebas esto” y se ponen enojados porque piensan que son los mejores. Yo estoy dispuesto a escuchar.
—Tenés un hijo de cuatro años, ¿qué pensás que va a pensar de tus canciones cuando sea grande?
—Es que todo depende de la crianza. Si él va a pensar: “wow, esto que escucho en los temas lo tengo que aplicar”, fallé como padre. Él tiene que tener sus propios valores y ser autóctono, por eso estamos haciendo el trabajo de criarlo bien, de estar pendientes de él para que eso no suceda. Porque no es solo con las canciones, lo de menos son los temas. Las redes sociales y lo que contienen, no hablemos de la pornografía, pero sí de la violencia, ¿cuánto contenido de violencia hay disponible?, ¿cuántos niños ya tienen acceso a ese contenido? Entonces, el hecho de que vea eso no significa que lo tenga que repetir.
—Producís tus propias canciones y también la de artistas emergentes, ¿hubo alguien que te dio una mano como para que ahora lo retribuyas o es por convicción con los nuevos músicos?
—Es porque nadie me dio una mano. Y eso pasa, hay gente que uno espera que te de la mano y no se avispan. Creo que para que la gente te ame tienes que sobresalir. Hay muchos artistas y hay que saber destacarse; en mi caso hasta que no me hice notar no grabé con los grandes. Pero como me pasó eso, sentí que hubo mucha gente en el camino que vi que eran buenos pero que no tenían las oportunidades, la visión, o alguien que los encausara. Por eso apoyo a los nuevos talentos, a algunos los saco literalmente de las calles. Sacamos gente de los buses y las llevamos al estrellato.