Por: M. Bardesio y A. Filosi
Ahora que llega el invierno, hay una especie del reino televisivo que lo sufre especialmente. Son los noteros de los programas matinales, periodistas cuyo único estudio es la calle y que salen todas las mañanas, micrófono en mano, a enfrentar el frío, el calor o la lluvia con el objetivo de descubrir y mostrar "qué pasa afuera del Canal".
¿Cuál es el secreto de un buen móvil?, ¿Qué hacen cuando llegan y la nota no es lo que esperaban? ¿Cómo se llevan entre ellos? Reunidos por Sábado Show, los noteros Federica Cash (Buen día, Uruguay), Leonardo Nahum (Buenas y santas) y Rafael "Bebe" Morosini (Bien despiertos) responden a estas y otras cuestiones sobre una de las tareas más difíciles de la TV: las notas de exteriores.
Primero, el éxito de todo móvil matinal depende de cómo se levante el movilero ese día y que conste que estos seres televisivos empiezan el día cuando aún es noche. "El ánimo influye. Muchas veces, el estar en exteriores tiene su grado de culpa si el móvil no sale bien. Me refiero al frío, si llueve. Pero si uno está de ánimo para hacerlo, sale bien. Claro, también depende de la nota, que sea interesante para el público", comienza Federica Cash, 27 años y licenciada en Comunicación.
Bebe Morosini, a su lado, complementa: "No hay secretos para un buen móvil. Lo primero es la actitud que le pone uno. Si uno no disfruta con lo que está haciendo, difícilmente lo haga el televidente", asegura el movilero de Bien despiertos, que va por su cuarta temporada en el ciclo matinal.
Para el más joven de todos, Leonardo Nahum (24 años), la clave de un móvil radica en "conocer bien el tema y la utilidad que tenga para la gente". Nahum no es el único notero de Buenas y santas (Canal 10), sino que comparte funciones con Lorena Nachajón. Y otra particularidad: este ciclo no hace salidas en vivo, sino notas grabadas. En cambio, en Bien despiertos y Buen día Uruguay, Cash y Morosini salen al menos cuatro veces por mañana, en directo desde algún rincón del país.
Con todo, muchas veces los tres movileros coinciden en algún evento matinal. ¿Celos? ¿Puja por ser el primero en tener "la" nota? Los tres se miran y Nahum responde primero: "Muchas veces hacemos la misma nota, pero separados por metros. Hay espacio para todos", dice.
Cash cita su experiencia en Buenos Aires, adonde ha ido a cubrir galas de Operación triunfo o grabaciones de Los exitosos Pells. "Ahí trabajas codo a codo con muchos colegas. Pero no hay rivalidad. Al contrario, se da cierta empatía porque todos, mal o bien, nos divertimos y sufrimos lo mismo".
Y Bebe coincide: "Fui a Buenos Aires también y trabajé con muchos medios al mismo tiempo. Y nunca tuve un percance. No sé por qué, pero el de los noteros es un gremio muy solidario".
Nahum afirma con la cabeza, pero también tuvo sus cruces. "Me tocó ir a los 100 años del Maipo y allí estaban Susana Giménez, Mirtha Legrand, Antonio Gasalla... y había cerca de 40 noteros trabajando. Ahí no había amistad, era una lucha".
EMOCIÓN Y FURCIOS. ¿Cuál fue el móvil más difícil? Cada uno, empieza a buscar en la memoria y van saliendo los ejemplos.
Bebe Morosini: "Uno en que me quebré, fue muy emotivo y casi no termino de mandar el móvil a piso. En la Biblioteca Nacional se hizo una muestra de las fotos los hijos de los desaparecidos y yo le hice leer a uno de esos hijos, una carta que le había escrito el padre".
Federica Cash: "Tengo varios, pero uno de los últimos fue en la Aguada, después de la muerte de los dos Rodrigos, Nuñez y Barrios. El barrio estaba muy, pero muy triste".
De su lado, Nahum elige un incómoda situación que tuvo que "remar". Era la fiesta de los 50 años de Canal 10 y él estaba saliendo en vivo desde la puerta. Debía entrevistar a las personalidades que iban llegando, pero como él no conoce a todos, un productor le señalaba con un cártel quiénes iban entrando. Cuestión que este "guía" se sintió mal y Nahum quedó solo, sin conocer los rostros. "Puglia (desde estudios) me preguntaba: `Leo, ¿quién está en la puerta?` y yo le decía y repetía: `Sergio, estamos pasando muy bien, muy bien`. No sabía quiénes estaban ahí".
Errores como este son el principal peligro de las notas en vivo. Suele pasar que al llegar al lugar, la situación es muy distinta de la imaginada y hay que empezar a crear.
Federica Cash recuerda el móvil más accidentado que tuvo: "En el Mercado del Puerto tomé un poco y quedé mareada. Entonces empecé a hablar, a hablar y no paraba".
Pero el Bebe Morosini quizás tenga el récord de móvil más inesperado. Era feriado de Carnaval, no había nadie en Montevideo y el notero fue a la Plaza de los Bomberos con una pregunta: "¿Qué se puede hacer en un día cómo hoy, feriado, que no hay nadie en la capital? Así se lo planteó a las ocho de la mañana a un señor que caminaba por la plaza. Y el hombre, con toda naturalidad, respondió: "¿Y? Yo me hago una pa..." "¡Hay que salir de esa!", remata Bebe.
Pero no todo es furcio o emoción en el reino de los noteros matinales. También están esos móviles que salen perfectos, que disfrutaron al máximo.
Leonardo Nahum acota: "Mis móviles tienen una consigna: Buenas y santas noticias o Ni tan buenas ni santas. Entonces, me doy cuenta después de cuál es el mejor móvil. Por ejemplo, si vamos a un merendero carenciado y luego consigue lo que necesitaba o cuando la Asociación de Parkinson estaba pidiendo un local desde 2002 y lo consiguió después de que hicimos un móvil".
Federica Cash disfruta especialmente cuando sorprende a alguien. "En un Día de los enamorados, por ejemplo, fuimos a una fábrica en Camino Maldonado. Una chica estaba haciendo sábanas y el marido quería caerle con mariachis. Llegó el móvil con la excusa de mostrar el trabajo en la fábrica, pero de repente cae el marido con flores y con mariachis. ¡No saben lo que lloraba esa mujer!".
Y el Bebe recuerda una de las suyas como la nota que más disfrutó: "Fue un móvil en la casa de China Zorrilla; había un equipo enorme de gente. El tema derivó en que China es fanática de Serrat. Alguien dijo después que yo tocaba la guitarra, entonces le toqué un pedacito de Mediterráneo. Me acuerdo que estábamos en tanda y la cortaron para ponerme al aire".
Cantar, actuar, preguntar... siempre manda la improvisación desde exteriores. Y así, a la intemperie, vive la raza de los noteros.