PABLO CAYAFA | FOTOS: INÉS GUIMARAENS
Sara Perrone es la animadora de mayor trayectoria en la mañana de la televisión tras celebrar diez años en la conducción de Buen Día Uruguay. En un encuentro con Sábado Show, la estrella de Monte Carlo recuerda su ingreso a la televisión, se refiere a las exigencias del medio, y a cómo ve a la producción nacional este año: "Los canales se están animando a invertir más y mejor", afirma.
Una década atrás, una rubia dedicada al diseño y confección irrumpía en un universo que le era ajeno. Se imponía a los cánones instalados y a los prejuicios al establecerse en un medio que no estaba acostumbrado a ver chicas como ella luciéndose exitosamente. Se enfrentó al estereotipo impuesto de "rubia tonta" para ser tomada en serio por la sociedad. El papel lo interpretó Reese Witherspoon en Legalmente Rubia, que en el marco de una comedia blanca considerada de las más graciosas del cine, significó para muchos una que colaboró con el impulso de la reivindicación del género femenino a comienzos de la década del 2000. Mientras tanto, en este rincón del mundo, otra rubia del arte de la costura se atrevía a pisar fuerte como conductora de televisión, en un contexto en el que había un número muy reducido de mujeres que emplearan ese rol. Aquel fue el paso más importante de tantos que dio Sara Perrone, que iniciaron un camino que hoy festeja con una década ininterrumpida siendo una de las caras visibles del ya histórico magazine de Monta Carlo Tv.
"El estereotipo existe", afirma Sara refiriéndose al planteado en la película, y añade: "Pagamos derecho de piso por ser mujer, y por ese estereotipo previo. Eso hace que mucha gente te mire como diciendo `vos no vas a poder`". Pero pudo. Después de Muy Buenos Días, donde contaba con un segmento de manualidades, continuó en Buen Día Uruguay con un espacio sobre diseño, y finalmente en octubre del 2002 tuvo la gran oportunidad: Verónica Peinado se hizo a un lado del ciclo y el canal buscó a través de un casting a alguien con el carisma suficiente para suplirla. Sara, que le había tomado el gusto a la televisión, sabía que era la indicada para ocupar aquel lugar vacante. "No me lo ofrecieron, yo les dije que tenía que ser yo. Y dijeron `bueno dale`", recuerda.
Estaba convencida de que su camino estaba en los medios. De no haber sido elegida como conductora para el matutino, dice, ya tenía armado otro proyecto que la tenía como protagonista. "Ya habíamos trabajado sobre la venta y teníamos los pilotos hechos. Incluso ya estaba aceptado en el canal, pero surgió lo de Buen Día Uruguay con gente con mucha experiencia que yo ya conocía, y entré ahí", memora, y evalúa: "Estoy segura de que fue la decisión más acertada".
Una vez establecida en las mañanas televisivas, aquel estereotipo no le pesó. Considera que a esos cuestionamientos les hizo frente con trabajo, y subraya que nunca le interesó demostrar lo que era capaz de hacer porque siempre fue muy segura de sí misma. "No me afecta. Si me querés comprar como tonta no me molesta porque no me siento para nada así". Incluso, lo toma con humor y hasta se anima a bromear al aire con esa imagen: "Muchas veces hacemos chistes y decimos `eso hasta Marina (Aguirre) y yo lo podemos entender`".
Sara no se adaptó al estilo de conducción que se solía ver en la televisión de la mañana diez años atrás, sino que innovó con una impronta mucho más descontracturada, que hizo que el ciclo fuese mutando a través de los años hasta parecerse cada vez a un programa de entretenimientos, y menos a un magazine tradicional. "La mujer tenía ese peso de estar demostrando que sabía y podía estar ahí. Yo creo que entré con esa onda de que uno no tiene que estar demostrando todo el tiempo lo que es y sabe, sino asumir quién es con defectos, virtudes, aciertos y errores", asiente.
Con diez años en la conducción, demostró estar preparada para saber recibir las caricias y cachetadas de la exigente industria televisiva. Al plantearse el mejor de los beneficios que recibió al incurrir en esta actividad, destaca que lo que más la enriqueció como persona y profesional fue "el contacto con todos los estratos de la sociedad": "Conocí un montón de gente con cabeza totalmente distinta. Eso te da la posibilidad de comprender por qué hay gente que piensa de una forma determinada, o a ver cómo fue que la vida los llevó a comportarse de una forma u otra".
Enfatiza por el contrario que lo más tedioso de su trabajo es la exigente y estructurada rutina horaria: "No hay un día en el año que uno pueda llegar un poco más tarde porque le pasó tal cosa al hijo o lo que sea. No existe eso. Es lo más difícil de todo". Pero está más que acostumbrada. El reloj suena a diario a las 6.30 y se despide a las siete de su casa sin excepción desde hace una década; y aunque lamenta lo estricto del horario, reconoce que no se imagina la vida sin esa rutina. De hecho, cuando tuvo la posibilidad de mudarse de emisora tras recibir ofertas de Canal 10 y 12, este factor pesó: "Sentí que esa exigencia diaria, y estar todos los días sonriente, contenta, bien arreglada, ya es una parte de mi vida. No sé cómo podría sustituir lo que me demanda Buen Día Uruguay. Lo extrañaría muchísimo", sostiene.
La exposición pública que le llegó con su presencia en televisión por más de 12 horas semanales, nunca la padeció: "Lo tomo como parte de nuestro trabajo. El comunicador se mete en la casa y en la vida de los televidentes, y es justo que te pidan una foto, te busquen en facebook o te hagan una crítica. Es totalmente válido". Su entorno también lo tiene tan asumido como ella. Días atrás, asistió a la caminata por la lucha contra el cáncer junto a una amiga, y ésta le tuvo que tomar varias fotografías con personas que se acercaban para saludarla. "Para ella era súper natural tener que sacarme fotos con la gente", indica. Lo problemático de su actividad pública, recuerda, fue con la entrada de sus hijos a la adolescencia. "La familia recibe un poco las consecuencias de nuestro trabajo. A mis hijos les decían `tu madre tal cosa, por qué no hizo, por qué no dijo`. A veces se cansan un poco pero ya lo tienen completamente asumido", afirma.
"Ya estoy pegada a ese formato", establece, pero repara: "lo que no quita que algún día pueda salir". No le inquieta quedar encasillada, y está convencida de que se puede permitir escaparse del rol de la conductora de magazine si se lo propone, como cuando realiza otras conducciones para el canal. Si bien agrega que se imagina conduciendo Buen Día Uruguay varios años más, también le gustaría participar de otro formato, siempre que le posibilite ser la Sara Perrone auténtica que ya conocen los televidentes. Por el momento no tiene otro proyecto en carpeta, sino que está abocada a su trabajo en el ahora bautizado BDU.
Sara Tv. La conductora se confiesa obsesiva de las planillas de rating. No descansa de analizar los registros de audiencia de Buen Día Uruguay, y tampoco de estar al tanto de las repercusiones; incluso suele ver la repetición del programa para observar aciertos y errores. "Soy re obsesiva", admite. En contrapartida, no deja de poner en duda la credibilidad de estos números. "Hay que tomarlo con pinzas porque no sé qué tan creíbles son. Las dos medidoras dan números que no tienen nada que ver", acusa. Por este motivo, se guía también por el "boca a boca" de la calle: "Con el tiempo me di cuenta de que así podés captar mucho sobre lo que pasa en el programa".
Está pendiente de la competencia, pero no tanto como en otros tiempos, cuando "la miraba mucho más". Hoy su vínculo con la televisión fuera de la actividad laboral se limita a distraerse con Yo y Tres Más (le encanta el juego Salven el Millón), Sonríe, Bendita Tv, En Foco y también Algo Contigo "para estar al tanto de los chismes que van a tener que repetir al otro día". En ese sentido, se refiere al cambio de formato que sufrió Buen Día Uruguay el año pasado, cuando entre numerosas modificaciones, giró para darle una mayor importancia a cuestiones vinculadas al espectáculo "rioplatense". Al respecto, Sara se limita a indicar: "La renovación en un programa diario debe ser constante y siempre es necesaria".
Distingue que le gusta formar parte de un horario en el que compiten tres productos nacionales, e insiste en lo positivo que sería que esa experiencia se imitara en otras franjas horarias. "Ojalá estuviésemos más acostumbrados a vernos a nosotros, a producir mejor televisión para competir", sentencia. Al evaluar la producción nacional, analiza: "Lo bueno sería que nos identificara más, y nos sacásemos ese sello que tenemos de que nos identifica la televisión argentina. Nosotros miramos producción argentina como si fuese nuestra, y eso es lo malo", dispara. De todos modos, concluye que percibe una mayor intención de apostar por la industria nacional, y advierte que ésta evolucionó de forma contundente desde que ella está en televisión. "Lentamente se está produciendo más y cada día mejor. Los canales se están animando a invertir, el uruguayo se está acostumbrando a ver sus productos, y eso es lo importante", concluye.
¿Diez años más conduciendo Buen Día Uruguay? Sara no se negaría: "Veremos. Estoy muy contenta, y lo seguiría haciendo encantada, pero no sé qué voy a pensar en diez años".
"Miramos televisión argentina como si fuese nuestra",señala Sara
¡BUEN DÍA SARA!
Después de que Sara asumiera la conducción de Buen Día Uruguay, el ciclo fue líder en audiencia durante años al enfrentarse a Bien Despiertos (Canal 12) y a los distintos programas de Sergio Puglia en Canal 10. Además del magazine, estuvo al frente de Atentti! (2006), Tenemos que Hablar (2007), y en varias transmisiones especiales del canal así como los de Aldeas Infantiles y la última edición de los Premios Iris.
Vestuario: Margara Shaw
Maquillaje: Marisa Furno
Peinado: Heber Vera