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Pochin Mirkin, el joven artista que naturaliza la diversidad a través de la música

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Pochin Mirkin. Foto: Difusión

ENTREVISTA

El joven cantautor charla sobre sus inicios en la música, sus videos musicales y también la diversidad

Pochin Mirkin. Foto: Difusión
Pochin Mirkin. Foto: Difusión

A fines del año pasado Pochin Mirkin hizo su debut en la música con el lanzamiento del videoclip “Tus juegos”, canción que rápidamente encontró seguidores gracias a su discurso de naturalización de la sexualidad y la diversidad. Desde entonces, este joven artista que compone desde los 13 años y decidió iniciar su carrera tras vender su casa no ha parado de lanzar videos y canciones que se vuelven éxitos. Le siguieron “Marikien” y “Cha Chamuyero” y recientemente estrenó “El hijo del rok”, cuyas letras cuentan historias reales que, por más excéntricas, le ha tocado vivir a este jóven músico. Sobre su ascendente carrera, su discurso de naturalizar la diversidad sexual y el origen de alguna de sus canciones habló Pochin Mirkin con Sábado Show.

—¿Empezaste en la música después de vender tu casa?

—Hago canciones desde hace mucho tiempo, desde los 13 años, pero con los procesos de maduración de todo. Venía con un conjunto de canciones que me gustaban y me parecía que tenían la libertad de decir las cosas y se dio que vendí mi casa que era un sueño que tenía e incluso la señora que me compró la casa me preguntó qué iba a hacer con el dinero.

Pochin Mirkin. Foto: Difusión
Pochin Mirkin. Foto: Difusión

—¿Qué le dijiste?

—Que iba a apostar por mis sueños y ella me dijo: “seguramente lo que hiciera iba a estar bueno”. Entonces cuando salió el primer video le mandé el link y me dijo que se ponía contenta porque ella también había tenido que ver con la concreción de este sueño. Eso fue espectacular.

—Desde tu primera canción, “Tus juegos”, mostraste un diferencial. En esa canción la letra dice una cosa, pero el video cuenta otra historia. Y encima ambas historias son reales.

—El video lo hicimos en la Quinta de Berro, que fue el local que tenía antes la Embajada de Argentina en el Prado.

—¿Cómo surge la historia de la letra de esa canción?

—Había un chico que me gustaba y me tiraba señales encontradas y no podía identificar si le gustaba o no. A él le gustaba mucho una marca de whisky entonces compré una botella para que cuando viniera a charlar, iba a tomar fuerzas para poder decirle las cosas como son y se trata un poco del relato de intentar ir para adelante y las dudas que te generan.

—¿La historia del video también es real?

—Es una historia superada también. Lo que pasó fue que alguien se atrevió a explorar un poco más de lo que se tenía permitido pero no pudo avanzar y eligió la opción segura para lo que es su realidad y hay que entender que fue su proceso, como el de todos. Cada uno con su realidad. Lo importante es que las cosas pasan y uno tiene que aprender. Por eso cuando el video termina y yo termino en una cárcel aparece un cartel que dice: “aprendiste”, porque cuando terminó esa situación quedé muy desorientado y era como pasar a entender las cosas en vez de pensar qué pensar gané o perdí. Fue pensar qué puedo aprender de esta experiencia. Es un poco lo que quería transmitir con el video.

Pochin Mirkin. Foto: Difusión
Pochin Mirkin. Foto: Difusión

—Fue un video interesante con una buena estética. ¿Cómo fue hacer el video?

—Más allá de la historia, la realización del guion y el apoyo de la productora, porque sabía qué quería transmitir. Fue un guion muy demandante porque la historia era más grande y las dos partes tuvimos que comprometernos a ser fiel a la idea que queríamos hacer y además hacerlo viable. Hubo un enorme esfuerzo de la productora y la gente que participó del video. Hubo amigos y también muchos extras que se convirtieron en amigos. Al final del segundo día éramos 90 guerreros que salíamos a dar batalla para dar lo mejor. Todo el mundo dio más de lo que tenía para dar y para mí fue mágico.

—La semana pasada lanzaste una nueva canción, “El hijo del rock”, tu nuevo sencillo.

—Tengo ya hecho un disco hecho que se llama “Opera 100% Grasa y Trans”, son 11 canciones con nombres muy descabellados. Ya salió también “Marikien”, hay otra que se llama “No te hablo sin mi abogado”, son historias que me pasaron, hecha canción. Sobre “El hijo del Rock”, la historia surge de un vecino, un bajista bastante conocido en los noventa de la casa que terminé vendiendo. Estaba un poco limado y se ponía la música al mango un cuatro de agosto a las tres y media de la mañana, lo que hacía vivir, imposible. Al principio intenté conversar y esa noche se transformó en una demencia. Me terminó tirando un leño en la cabeza y ahí empecé a golpearle la puerta para hablar. Y al día siguiente intenté hablar de nuevo con él y se colgó a la reja para amenazarme y pensé: “tengo que convivir con esta persona”. Ahora me parece divertido porque logré hacer que razone, pero en el momento fue bastante heavy. Y respuesta automática fue escribir esta letra que fue mi descargo. Me ponía al lado de la pared vecina y se la cantaba, pero el pibe era una bestia. Esa es una de las pocas canciones que no trata nada de diversidad sexual. La mayoría de las canciones intenta abordar la diversidad sexualidad desde una perspectiva positiva.

—Ese ha sido tu diferencial, naturalizar la diversidad. ¿Has recibido comentarios sobre este discurso de aceptación?

—Para mí es importante remarcar que realmente se ha avanzado un montón en la naturalización de la diversidad y es un buen momento para dar más mensajes sobre música. Esa es la posibilidad que tengo de transmitir esto. Estoy en una primera etapa, estoy dando mis primeros pasos y recibo mensajes de personas de otros países y otras realidades quienes no pueden compartir su libertad de expresión con respecto a esto. Por eso intento acompañar desde mi lugar con mensajes positivos, pero en Uruguay tenemos mucha libertad para ser. Eso es algo que tenemos que tratar de explotar positivamente.

—Además, tu propuesta es buena, divertida y suena bien. ¿Ya hay planes para lanzar un nuevo sencillo?

—Para setiembre voy a sacar otra canción: “Mañanero” que está compuesto por cuatro parejas reales menos yo que estoy soltero y estamos en un mismo espacio compartiendo lo lindo y sano que es poder vivir y disfrutar de la sexualidad. Va a estar participando Fede Puñales, un chico trans activista quien con su novia participa del video. Incluso el actor que participa conmigo se llama Esteban Recagno, quien demostró un gran compromiso con el proyecto. Y más allá de todos los cuidados que se están tomando con el coronavirus, me siento muy satisfecho porque hacemos magia con un presupuesto limitado. Pero hay un compromiso por la productora Pardelion, me siento un agradecido de poder estar haciendo esto. Estoy muy contento con la forma que estoy invirtiendo el dinero de la venta de la casa.

—Das un mensaje de aceptación, de “podés salir del closet que va a estar todo bien”, un mensaje que cuesta encontrar en la música actual.

—Sí, pero también me parece que es un “viví tus procesos y llegá hasta donde puedas”, para que sea tolerante para vos también. Porque tenés que convivir con tus decisiones y tu realidad. Al mismo tiempo tenés que saber que si tenés que avanzar, no estás solo en ese proceso. Acompañar ese mensaje con música me parece muy interesante porque no está explotado, y generar ese canal a través del video o la canción, está bueno. En la canción “Marikien”, en el fraseo final trato de alejarme del mensaje binario de que algo está bien o mal, sino darle profundidad. Pero al final termino cayendo en el mensaje binario para decir: si al final querés usar la palabra maricón pensá ¿quién es maricón, el que enfrenta una situación o el que encaja en un modelo pero causa sufrimiento? Ese sufrimiento puede ser para los demás, pero también hacia uno mismo. Poder ir tranquilo y libre por la vida sabiendo que no tiene nada de malo ser lo que uno es, poder hablar, comunicarlo, y también reírse, hace que te saques un peso de encima.

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