Picando surcos

Más puchero. La característica más notoria de la banda argentina Arbol recae en la frescura de sus canciones. Lejos de asociarse a estilos de rock que predominan en la vecina orilla (barrial, rollinga), este quinteto presenta una mixtura de géneros musicales que a esta altura ya está completamente incrustada dentro de su propia identidad. Así lo confirma "Guau!" (Universal), cuarto disco de una banda que viene en continuo ascenso gracias al refinamiento y la solvencia en un estilo que podría definirse como puchero musical. Dentro de este enorme plato, y al igual que lo planteaba el anterior "Chapusongs", los ingredientes van desde una cumbia-hardcore ("Chikanoréxika"), un chamamé ("Soylazoila") o una extravagante balada pop ("Pequeños sueños"). El acierto está directamente relacionado a un tratamiento ajustado de tanta variedad de géneros, cada canción contiene arreglos de guitarra, violín o acordeón que se transforman en pequeñas muestras retorcidas pero sumamente atractivas. Esa forma diferente de dialogar a través de los instrumentos también se mantiene desde las letras, donde la banda comprime casi todo en tono burlón pero sin dejar de evidenciar las inquietudes de una generación. La joyita del disco es la versión coral de "JiJiJi", himno de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, que fue uno de los pilares más importantes dentro de las presentaciones en vivo de Arbol y que resume a la perfección las ambiciones de una banda diferente.

En vivo y con todo. Eros Ramazzotti es un ícono muy fuerte dentro de la cultura italiana que desde su debut en el Festival de San Remo en 1981 no ha parado de crecer. Como tal, el músico tiene la capacidad de llenar estadios y así lo hizo el 7 de julio de 2004 en el Olímpico de Roma, de donde sale la mayor parte del material de "Eros Roma Live" (Sony-BMG). El primer disco de este DVD propone 23 de los temas que el artista cantó aquella noche y los entrega en formato de pura emoción. La filmación es tremendamente ágil y elocuente, sin perder detalle de los pasos de Ramazzotti ni de la emoción de sus fans. El listado incluye sus éxitos más importantes como "Se bastase una canzone", "Piu’ bella cosa" o "L’Aurora". El segundo disco contiene algunos extractos del Children’s Concert llevado a cabo en Milán ese mismo año frente a 10 mil niños, y un atractivo "detrás de cámaras" con escenas de backstage del tour europeo y sudamericano que emprendió el italiano en marzo y abril de 2004. Aunque el formato del DVD no presenta mayores novedades, es más que útil a la hora de mostrar de cerca la vivencia de un artista en su momento de mayor plenitud.

Vivir en los 70. Nathan (batería), Caleb (voz y guitarra) y Pared (bajo) son hijos de Leon Followill, un predicador que recorría las iglesias de Memphis y Oklahoma. Con el objetivo de no aburrirse los muchachos se unieron a su primo Matthew (guitarra) y salieron de gira varias veces junto a su padre bajo el nombre de Kings of Leon. Eso es historia reciente, el hoy marca que gracias a una clara identidad retro, ligada directamente al rock de los 70, la banda acompaña fielmente la tendencia de grupos como The Strokes a revivir aquellos años. Luego de vender 500 mil copias de su primer disco en el Reino Unido no les quedó otra opción que editar "Aha Shake Heartbreak" (Sony-BMG), un disco de rock en estado casi puro. Dejando a un lado los efectos de post-producción, Kings of Leon se la juega por un disco emocionante, directo y golpeador. Las guitarras bien al frente le otorgan un vuelo melódico oscuro y atrapante, a lo que debe sumarse la pasión extrema que pone Caleb en su voz ("Milk"). La banda sigue mirando hacía atrás pero no se encarga de repetir fórmulas, sino de crear su propia identidad y eso es más que suficiente para poner Play.

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