"Mi lengua va directo al grano y sin anestesia"

Si hay un personaje temido en la pantalla ese sin duda es Marcelo Polino, que a la hora de hablar no se anda con chiquitas ni medias tintas, cada tarde en la que sale integrando el grupo de "Intrusos en el espectáculo". Nacido en el interior de la Argentina, el periodista probó suerte viajando a la gran ciudad con sólo 17 años y descubrió que la fama y los divos no estaban tan lejos como él imaginaba. SABADO SHOW lo entrevistó al final de uno de sus programas y en la entrevista salieron chispas.

—Mucha gente cree que sos venenoso, malo. ¿Qué le decís a esa gente?

—Nada, que crea y piense lo que mejor le parezca. Si yo tengo que bajarle línea a alguien, mi lengua va directo al grano y sin anestesia.

—¿Pero lo hacés desde un personaje o Polino es realmente así?

—Es el personaje que vendo y que la gente y mis empleadores compraron. En realidad, yo soy una persona tímida, ermitaña y de poco diálogo.

—¿Periodista, showman o qué?

—Soy una mezcla rara de showman, estrella y periodista. Si me das a elegir, estoy más cerca del showman. Soy la versión masculina de Moria, que me encanta, como también la frescura de Sofía Gala. De las modelos que están saliendo me gusta mucho Karina Jelinek.

—¿Tenés hermanos?

—No, soy hijo único y de padres separados. Nací en Tres Arroyos y tuve una infancia normal, me crié sin la figura paterna. Mi papá en realidad fue mi abuelo Alfredo, que era el gerente del banco del pueblo y con mi mamá no tengo la mejor relación. Al terminar el secundario, a los 17 años, me fui a Buenos Aires porque yo quería ser famoso. No sabía cuál era el precio, pero quería ser famoso, salir en los diarios y aparecer en la tele.

—¿Te costó llegar?

—No fue fácil, pero soy perseverante. Probé en España, me fui cuando me puse de novio con la hija de Pipo Pescador, pero no duré mucho allá y me vine para empezar en gráfica, después fui periodista de Radio Mitre y cuando se estaba yendo Rial del programa de Lucho Avilés, me llamaron para hacer cámara y ahí quedé estrechamente vinculado al espectáculo que era lo que a mí me atraía.

—Cuando conociste la fama, las divas, el detrás de escena, ¿qué te pasó?

—Me llevé una gran desilusión. De pronto un día me dije "¿y esto era la fama?", las divas son de carne y hueso como yo. Ahí me di cuenta de la hipocresía que reina en el medio, de las mentiras, de las vanidades. Me hice de valor y empecé a decir lo que realmente pensaba de las cosas.

—¿Te significó muchos enemigos?

—Yo siempre digo que los famosos no tienen corazón ni sentimientos, los enemigos de hoy serán los amigos de mañana, por conveniencia. Me tiene sin cuidado.

—¿Sos tan amigo de Alejandra Pradón, de Carmen Barbieri y de Florencia de la Ve como se cree?

—No, para mi gusto no tengo amigos. Porque soy una persona que se enfrasca en sus cosas, con poca comunicación hacia el afuera. A Pradón la quiero porque empezamos juntos, nos hablamos pero es como una prima lejana. Nos debemos ver tres veces por año. Con Carmen aprendí mucho, nos llevamos bien pero igual. Ella quizás me hizo descubrir al showman cuando hicimos "Movete", ahí me atreví a subir a un escenario y con Florcita compartimos show. Vos me conocés, Luis, termina "Intrusos" y yo me voy a mi casa. No tengo vida social, no hago relaciones públicas. Me llevo de diez con Tauro, con Rial con todos los chicos.

—Marcela Tauro bromea mucho con que saliste con muchas famosas, ¿es así?

—Ya te dije, la hija de Pipo Pescador, Cristina Alberó, Alejandra Rubio, la hija de Cacho. Hoy estoy solo, no tengo pareja.

—¿Hiciste plata en la tele?

—Sí, bastante. Pero cuando surgió el "corralito" me dejaron pegados con los dólares que ahorré durante 10 años. Perdí varios miles.

—¿Tenés otra actividad?

—Sí y que me genera buenos ingresos. Armo shows para todo tipo de mujeres, las mujeres me quieren, me aman. Y también compro departamentos destruídos, muy baratos y los dejó diez puntos para venderlos y sacar mi ganancia. Me va bien y le encontré la vuelta al negocio. Menos robar, yo hago de todo.

Fotos: Carlos Ventura