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Martín Liberman: "A quienes me dicen mufa, les deseo mi suerte"

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Martín Liberman. Foto: Gabriel Parra.
GABRIEL PARRA

El periodista argentino viene desde hace 30 veranos a Punta del Este y habló con Sábado Show de su carrera, sus polémicos comentarios hacia Lionel Messi y otros jugadores de la selección. También revive los comentarios que hizo sobre Luis Suárez, en ocasión del Mundial 2014. "Sostengo todo lo que dije"

PABLO CAYAFA

El periodista argentino da rienda suelta a sus duras opiniones sobre fútbol y medios, tanto en Fox Sports como en esta entrevista para Sábado Show. Fiel a su estilo, no se guarda ninguna bala. Liberman (41 años) dispara contra Lionel Messi, Marcelo Tinelli y contra quienes lo tildan de mufa: les dedica su carrera de logros.

Con Debate final, su programa en Fox, el periodista dice estar en su mejor momento profesional. En lo personal, se separó y vive su primer verano soltero. Se refiere a su relación con Uruguay, una vez que criticó en el Mundial 2014 la mordida de Luis Suárez. “Sostengo lo que dije”.

—¿Cómo te reciben los uruguayos en Punta del Este?

—Me tratan muy bien, me saco fotos todo el día y tengo muestras de cariño. Me siento muy cómodo en Uruguay y creo que es un país muy educado, gentil y amable. Es mi segunda casa. No siento que haya tenido diferencias con los uruguayos, aunque el Mundial 2014 fue un punto de inflexión. La gente muchas veces me dice cosas equivocadas. Me dicen: "Yo te vi cuando hablaste de (Luis) Suárez", pero les pregunto qué dije y nadie me contesta. Sostengo lo que dije en 2014, que está mal morder a un rival. Y que no es la primera vez que lo hacía. Yo amo Uruguay, pero morder está pésimo.

—El año pasado tuviste un episodio de violencia en la playa cuando te trataron de mufa pero terminaron en buenos términos comiendo un asado...

—Sí. Yo aquel día estaba con mi hijo (Blas) de la mano, me pareció que lo que me dijeron no estuvo bueno y reaccioné de una manera de la que me arrepiento. A cualquiera le puede pasar. Lo inteligente de los dos fue superar esa situación y juntarnos a comer 10 días después. Estaba bueno que mi hijo viera que uno se puede pelear y también se puede amigar.

—¿Has tenido otro episodio como ese?

—Alguna otra cosa pero no pasa nada. La gente es muy rara, está loca. Las más bravas son las mujeres. Me dicen: "¿Qué hacés veraneando acá si no te gusta Uruguay?" ¿Yo cuando dije eso? Les contesto a todos.

—Parecería que disfrutás un poco de ese tipo de cruces.

—Si es un intercambio educado, no pasa nada porque siempre termino bien con todos. Si algún desubicado me grita de un auto le digo "vení". Yo siempre supe que todo esto es parte de mi trabajo. Están las muestras de cariño y las de reprobación. Uno no le puede gustar a todo el mundo. Pero de todos modos yo no trabajo para gustarle a la gente. Trabajo de esto porque es la profesión que elegí y lo sé hacer.

—¿Y en las redes cómo te manejás?, ¿bloquéas a los usuarios que te agreden?

—Me encanta bloquear, me da satisfacción. Lo hago todo el tiempo. Es un acto hermoso de potestad para decidir quién te lee y quién no. El intercambio de pareceres es bienvenido pero la falta de respeto se bloquea.

—¿A qué atribuís que te hayan empezado a señalar como mufa?

—Creo que es una moda lamentable de los últimos años. Yo soy pelirrojo desde que nací y nunca me había sucedido. Hay gente que se empeña en dañar pero no le quiero dar entidad. La envidia es un pecado enfermizo. Yo no envidio a nadie, soy feliz con lo que tengo. Hay mucha debilidad emocional en las personas y les molesta cuando a alguien le va bien.

—¿En dónde hay envidia?, ¿La sociedad, en el periodismo deportivo..?

—El periodismo deportivo es un asco terrible. Hay competencia mal concebida, mal gestada. Hay lugar para todos. No debiera molestar que a otro le vaya bien.

—¿Estas situaciones te afectaron?

—Por suerte nunca me faltó el trabajo por mi religión o color de pelo. Y yo estoy lejos estoy de dar mala suerte. Cuando alguien me dice mufa yo le digo: "Te deseo a tu vida un cuarto de lo que me pasó en la mía; si es así, vas a ser muy feliz y te va a ir muy bien". Y si soy mufa, bienvenida la mufa porque no he parado de tener cosas que busqué. Tengo amigos, familia, trabajo y vivo de lo que amo.

—¿Te han agredido por ser judío?

—Sí, no puedo creer que en el 2017 todavía haya gente que intente herir hablando de religión. Es de una gran ignorancia.

Martín Liberman. Foto: Gabriel Parra.
Martín Liberman. Foto: Gabriel Parra.

—¿Cuál es el balance que hacés del primer año de Debate Final, tu programa en Fox Sports?

—Estoy muy feliz, hacía tiempo que un programa no me ponía tan feliz. Es muy fuerte lo que pasa con Debate final, es un comentario permanente. El otro día en el supermercado de acá, de Punta del Este, todos me lo comentaban. Nos fue muy bien y estoy ansioso por empezar la segunda temporada. Siempre somos trending topic y tenemos muy buen rating, uno de los más altos en deporte. Creo que supe tener una buena lectura de lo que la gente estaba necesitando.

—¿Qué necesitaba la gente?

—Creo que la gente estaba cansada de la palabra del protagonista. El otro día lo discutía con un futbolista profesional que está veraneando en Punta. Él me daba a entender que sin ellos, los periodistas no existimos. Y yo le decía que lo último que a mí me interesa en el programa es una nota con ellos. Aburren, se ponen el casette y bajan el rating. Lo tengo comprobado. Cada vez que digo: "Vamos al móvil desde la cancha" y habla el capitán de Boca o de River baja el rating. La gente no quiere más eso. Quiere los goles, que le cuentes la polémica y escuchar la opinión. La gente quiere que se debata de fútbol, como pasa en los asados. Lo que dicen los futbolistas es un plomo total. Ellos dicen que sin ellos nosotros no existimos pero es al revés. Si el jugador no sale más en la tapa del diario o el periodista no lo nombra más, quiero ver quién es el que no existe más.

—El programa se caracteriza por tus vehementes editoriales…

—Amo editorializar y dar mi opinión. Lo más importante que tiene una persona es su sentimiento y expresión. Y creo que lo hago bien porque todo el mundo me habla de mis editoriales. Se prende la luz y me brota.

—¿Alguna opinión derivó en alguna enemistad irreconciliable?

—Sí, yo con (Lionel) Messi no me hablo, por ejemplo. Él no me habla porque yo digo que Maradona es mejor que él. Esto me costó que no me dirija la palabra del 2006 para acá y me importa un pito. Mi programa cada vez tiene más rating y a mí cada vez me va mejor. Puedo vivir sin Messi. Eso es lo que tiene que aprender el periodista. Puede construir una carrera sin la palabra del protagonista. Es lo que le digo a los pibes que están estudiando: no le chupen las medias a los jugadores, hagan valer su profesión. Después la historia se da vuelta. Muchos de los jugadores que alguna vez no me quisieron dar una nota, hoy se retiraron y me llaman para formar parte del programa. Ellos mismos reconocen que estaban equivocados. Es que los futbolistas tienen un tema cronológico que es muy duro. En nuestra profesión siempre le vas a estar llegando a alguien, pero en la de ellos cuando terminan de jugar se terminó. Mientras juegan se creen invencibles, intocables, únicos, millonarios, venerados, amados, poderosos. Y un día todo eso se termina.

—La hermana de Messi te dedicó el triunfo de Argentina contra Colombia en las Eliminatorias, ¿qué te provocó?

—Fue muy desubicada. Fue un mensaje inoportuno, fuera de lugar, pero lo entiendo porque es la hermana y lo defiende. Cuando lo vi pensé: "Qué importante que soy para que dentro de la familia Messi hablan de mí". Debo ser tema de conversación en esa mesa para que la hermana ni bien termine un partido, que era un partido inexistente como ganarle a Colombia en la Eliminatoria, me diga "para vos, Liberman". Yo quiero que la hermana de Messi me dedique algo cuando Messi gane la final del mundo. Por otro lado, me hace pensar en la poca capacidad de autocrítica que tienen. Messi debe ser el tipo más elogiado del planeta y no se puede bancar que haya uno que lo critique.

—¿Quién es el mejor jugador del mundo hoy?

—Está entre Messi y Cristiano (Ronaldo). Los dos tienen más condiciones que Luis (Suárez). Él es un delantero completísimo y va camino a estar entre los diez mejores nueve de la historia, pero Messi y Cristiano son más jugadores que él.

—¿Argentina puede quedar afuera del Mundial?

—No creo. Le quedan unos cuántos puntos por delante. El técnico (Edgardo Bauza) es capaz pero llegó y se casó con Messi. Armó "La banda de Lionel y sus amigos" en lugar del equipo que tiene que armar.

—¿Cómo definirías al plantel de la selección argentina?

—Tiene que ser recordado como un plantel que estuvo cerca de la gloria con individualidades que no sé si volveremos a tener, pero no pudo dar el salto de ser campeón. Le queda alguna posibilidad a esta generación. No muchas. Yo pienso que hay que hacer un cambio de nombres. Hay jugadores que no tienen actitud o ya cumplieron un ciclo y no pueden estar más. El Kun Agüero, por ejemplo. La gente me manda: "Mirá el gol que hizo en el (Manchester) City". Sí, en el City. ¿Qué me importa? Cuando veo eso en Twitter me dan ganas de bloquearlos por tontos. Kun Agüero en Europa es divino, pero en la Selección no le hace un gol a nadie.

—¿Vos sos hincha de la selección argentina?

—Para mí el periodista no puede ser hincha, no puede andar poniendo: "Vamos Argentina". Después puertas adentro no soy hincha pero quiero que gane Argentina. Soy argentino y mi hijo se pone feliz cuando gana Argentina. Tengo una lucha por Messi porque mi hijo se viste de Messi todo el día. Yo le regalo la de Cristiano y él se pone la de Messi. No hay caso…

—Cuando no juega Argentina, ¿te simpatiza otra selección?

—Uruguay, sobre todo por la intensidad con la que viven los partidos. Tienen la actitud que le falta a Argentina. No puedo creer que con los pocos que son ganen lo que ganen y tengan los jugadores que tienen. Es para estudiar.

Martín Liberman. Foto: Gabriel Parra.
Martín Liberman. Foto: Gabriel Parra.

—¿Qué te dejó el paso por Bailando por un sueño este último año, al que renunciaste?

—Amargura. Yo no quería ir porque ya había tenido la experiencia pero surgió la posibilidad de hacerlo con Marcela (Greco), que era mi esposa, y ella lo quiso hacer. Fue absolutamente inservible ir ahí. El programa está intoxicado, solamente se busca porquería. Por algo renuncié cuando todos se mueren por estar. Hay gente que pusieron en ese programa solamente para hacer daño y buscar porquería. No me gustó nada participar.

—¿Lo decís por Ángel De Brito, con quien tuviste cruces?

—De Brito es un sujeto despreciable, pero también entiendo que lo pusieron para eso. No tiene categoría que lo sustente como parte del jurado. Si se lo compara con las otras personas que están, él es apenas un sujeto a sueldo que funciona como servil ejecutor de las cosas que le pide la producción. No me quiero quedar en él que es una figura minúscula. El concepto general del programa es porquería, porquería y porquería. Nosotros fuimos con un sueño interesante al que nunca le prestaron atención. Cuando me di cuenta de que nuestra presencia en el programa no tenía más sentido, renuncié.

—¿Lo hablaste con Tinelli?

—Sí. Soy el único que le dice en la cara todo lo que piensa. Con Marcelo hemos tenido idas y vueltas en nuestra relación varias veces. Hoy no estamos en nuestro mejor momento. Hubo muchas cosas que pasaron en el programa que no me gustaron. Y creo que él es absolutamente responsable.

—¿El paso por el programa afectó a tu pareja?

—De ese programa nadie sale indemne. De ninguna manera una pareja deja de estar o se construye por el programa, pero no la pasábamos bien. Recibíamos muchas agresiones y terminábamos con discusiones internas.

—¿Por qué se separaron?

—No sé qué nos pasaba, era un momento de poca paciencia, desgaste, y los dos sentimos que lo mejor era tomar distancia porque ya no disfrutábamos como antes la compañía del otro. Pero hablamos todos los días y tenemos muy buena relación. Marcela es la persona que más amé en mi vida hasta que nació mi hijo. Fueron 16 años de amor puro.

—¿Cómo es tu vida de soltero en Punta del Este?

—Trato de pasarla bien respetando lo que recién me acaba de pasar. He ido a algún evento pero estuve más tranquilo que otros años. Voy con mi hijo a la playa y de noche salgo poco. Hay ofertas pero trato de ser muy medido, hay momentos para todo. No se termina la vida en este mes en Punta del Este. También me estoy cuidando porque capaz que justo alguien se acerca a hablar y encajan una foto, no quiero que nadie diga algo que no es.

—¿Recibís muchas ofertas?

—Sí, obvio. Pero no porque yo sea Brad Pitt, sino porque siempre hay un roto para un descosido. Todos tenemos alguna persona que se pueda fijar en uno. Pero es tiempo de ser prudente.

¿Futuro en la política?

Martín Liberman no descarta en un futuro dedicarse a la política, aunque por ahora prefiere no involucrarse. Valora el primer año de gestión de Mauricio Macri. "Si bien ha tenido errores, entiendo que es un año más que aceptable por la coyuntura y por lo que se recibió", asegura.

Tres décadas en Punta.

La familia de Martín Liberman (41 años) inició la tradición y desde que tiene 11 años no ha faltado ningún verano a Punta del Este. "Me siento muy cómodo en Uruguay. Es un país muy educado, gentil y amable", dice desde su apartamento en la parada 5 de Playa Mansa.

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Martín Liberman. Foto: Gabriel Parra

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