Por: Mariángel Solomita
Virginia Martínez decidió en su última realización audiovisual excavar junto a un grupo de arqueólogos. Las cámaras que dirigió acompañaron el trabajo que en 2005 iniciaron arqueólogos de la Universidad de la República en los terrenos donde supuestamente hallarían algunos de los cuerpos de algunos de los detenidos desaparecidos.
Recién al cabo de cien días de búsqueda aparecen los restos de Ubagesner Chávez Sosa. Pocos días después recuperan otro cuerpo, el de Fernando Miranda. Pasan los días. Sigue la espera. El cuerpo de María Claudia García de Gelman jamás apareció ¿La información brindada era falsa? ¿Los arqueólogos incompetentes?
La realizadora dice que Las manos en la tierra puede considerarse un thriller documental. La idea y el concepto original surgió junto al documentalista Gonzalo Arijón, con quien trabajó anteriormente en Por esos ojos, y como directora de producción de la premiada La sociedad de la nieve.
La cinta se acerca a varias voces para recuperar un relato inconcluso aún. Y plantea otros puntos: la responsabilidad ética que este trabajo implicó para los arqueólogos a cargo, y la exigencia de nuevas herramientas para enfrentar el trabajo.
Además atiende a la carga emocional de estos profesionales. Fuera de la academia, aquí se encuentran bajo la mirada permanente de los familiares de los desaparecidos, del poder político, de los medios de comunicación. Cada día que termina sin una buena noticia es día frustrado. La presión crece.
El documental llega hasta una nueva etapa en la búsqueda. Si no encuentran los cuerpos, se propusieron develar por qué no están ahí. Demostrar la existencia o no de la Operación Zanahoria, que habría consistido en exhumar los cuerpos para cubrir las huellas del crimen. Buscan evidencias en una tierra que parece no querer hablar. Pero persisten tras las pruebas, una tela, una fibra, "los restos de los restos".
La realización de Martínez, -que además de haberse encargado de la dirección de Tevé Ciudad y actualmente dirigir Televisión Nacional, ya había demostrado su talento como cineasta en Por esos ojos, Ácratas y Memorias de mujeres- se transforma en un testimonio esencial, en una documentación de esta búsqueda "de una identidad".
El documental se exhibió en toda Latinoamérica e integra la serie de documentales de DocTV Iberoamérica, el primer programa de fomento a la producción y teledifusión del documental iberoamericano.
Se proyectó el año pasado en la sala Zavala Muniz, en el marco del encuentro de Doc Montevideo, luego se emitió en Tevé Ciudad y en Televisión Nacional. Hasta el 11 de mayo se podrá ver en una sala de cine.