Lo que se puede encontrar en Yonkers

Perdidos en Yonkers es la nueva obra que dirige Roberto Jones. Se presenta en el Teatro Alianza. El elenco contrasta la experiencia de actores como Ana Rosa, Noelia Campo y Alejandro Martínez con el debut de Franco Balestrino y Gabriel Villanueva.

 20120427 408x600

XIMENA ALEMÁN

Fotos: María Fernández Russomagno

Dos jóvenes intentan paliar la muerte de su madre y la ausencia de su padre, un vendedor itinerante acosado por un prestamista, en la casa de una abuela autoritaria y rígida que no quiere su compañía. Durante su estadía nos hacen partícipes de los matices de una familia corroída por las muertes y la supervivencia. Esos sucede sobre las tablas. Debajo del escenario los mismos jóvenes, con otra vida, descubren el teatro.

Para Arty y para Jay esa casa impecable que hace años que no visitan, esa familia integrada por una abuela alemana "fría como el acero", una tía que se comporta como una niña y un tío mafioso que escapa de matones son un territorio desconocido. Para Gabriel Villanueva y para Franco Balestrino, los actores que interpretan a esos niños de 13 y 16 años respectivamente, y con quienes comparten edad, el territorio desconocido es la experiencia de la actuación en vivo.

Debut. "Me avisaron para hacer el casting y yo fui muy entusiasmado y por suerte quedé", cuenta Gabriel. "Yo teatro en sí nunca estudié. El año pasado estuve en un taller de teatro en el liceo Sagrada Familia. Y ahora me empezó a gustar el teatro, porque antes me gustaba la televisión y el cine".

Para él el debut es el teatro y no la actuación porque a su joven edad ya integró el elenco de la película Reus, estrenada el año pasado, también tuvo un papel en Adicciones y ahora actúa en la ficción de canal 10 Bienes gananciales en al rol de Milton. Para Franco el cambio fue más radical.

"Llegó un punto en que las cosas ya no me sorprenden mucho por que ya es increíble que me esté pasando esto", explica. "Hacer un casting y quedar, que no siempre sucede, que la obra la dirija Roberto, que tenga el elenco que tiene con actores con esa trayectoria y talento, que sea la obra que es con la fama que tiene y con lo exigente que es para cada uno de los actores y que tenga el éxito que está teniendo cuando recién va un fin de semana de su estreno es increíble. En el momento no me doy cuenta, pero después de haber terminado la función me pongo a pensar y me parece todo muy raro".

Iniciar a ambos en la actuación fue uno de los desafíos que aceptó Roberto Jones cuando se propuso poner en escena esta obra escrita en 1991 por el prestigioso dramaturgo norteamericano Neil Simon y estrenada en nuestro país por primera vez en 1992 también en el Teatro Alianza y bajo la dirección de su famoso compatriota, el director David Hammond.

"El primer desafío consistía en levantar una obra sumamente difícil. El segundo en tener que preparar y dirigir a dos adolescentes debutantes. El tercero era encontrar un elenco talentoso respetando las edades de los personajes tal cual lo pide Simon. Y por último darle una lectura propia que fuera totalmente diferente a la vista hace 20 años, hecha por un gran director y un elenco de primerísimas figuras", cuenta Jones.

En este caso el elenco se completa con Ana Rosa en el papel de la abuela, Noelia Campo en el rol de Bella, Alejandro Martínez en el de Eddie, Rafael Beltrán en el de Louie y Fabiana Fabregas en el de Gert, quienes fueron elegidos directamente por Jones considerando su capacidad actoral y el registro de edades requeridas por los respectivos papeles.

Preparación. "En realidad yo a Jones no lo tenía muy registrado antes de la obra, por un tema de edad sobre todo. Después, cuando empezamos a trabajar empecé a buscar su trayectoria y llegó un punto en que me di cuenta de que estaba hablando con alguien grosso, alguien importante", explica Franco cuando se le pregunta por el director. "Por la forma en que trabaja, cómo te dice las cosas, cómo arma todo, cómo piensa la obra aprendés mucho. Más que el director, fue como un profesor de teatro, terminé aprendiendo mucho. Yo lo considero un gran maestro".

Es que el método que aplicó Jones para la preparación de los dos jóvenes se basa en su experiencia como actor pero también en sus 35 años de docencia. "Siempre estuve en contacto con estudiantes jóvenes. Tengo una metodología de trabajo propia. Antes de trabajar con todo el elenco lo hice con Franco y Gabriel solos. Para eso le solicité ayuda a la actriz Stefanie Neukirch, fue una excelente preparación. Luego trabajé las unidades dramáticas donde ellos están solos. Después fui llevándolos a las unidades con los demás actores siempre de a uno: Noelia, Rafael, Alejandro y finalmente con Ana", dice Jones.

Para él una parte esencial de la actuación es la creación de psicologías. "Construir personalidades dentro de las circunstancias que determina el dramaturgo. Para ello yo tengo mi propio método de trabajo. En este caso fue exactamente igual a como lo hice en Un tranvía llamado deseo, La Gaviota, Deseo bajo los olmos, tal cual lo hice siendo actor y tal cual lo enseñé como docente. El director tiene además que representar al Autor y al Público. Por eso primero trabajo con cada uno de los actores y posteriormente me dedico a la puesta en escena".

"Al principio era todo nervio", recuerda Gabriel. Eso fue a mediados de enero, cuando él y Franco comenzaron a prepararse para la actuación. " Stefanie nos ayudaba con los movimientos corporales, con la expresión de la cara, para ir teniendo una idea de cómo era y para ir conociéndonos con Franco porque estamos toda la obra juntos y ni siquiera nos conocíamos. Y ahí fuimos agarrando confianza", agrega.

Franco a su vez comenta: "La primera semana trabajamos la primera parte del texto en que estamos solos y en realidad más que nada trabajamos el tema de la proyección y de poder llevar el ritmo. A la semana se sumó Noelia y después nos fuimos enfocando un día en un personaje, otro día en otro".

Ese trabajo progresivo permitió que Gabriel y Franco dieran con los personajes e implicó ensayos de lunes a viernes y luego todos los días de las semanas hasta el día del estreno. Ese sacrificio paga cuando ambos actores llevan el peso de la acción durante gran parte de la obra y están durante muy pocos minutos fuera de escena.

"Sí, es pila de responsabilidad", responde Gabriel cuando se le señala éste hecho. "En si la obra transcurre con todas las cosas que hacemos nosotros. Estamos durante casi toda la obra. Yo por ejemplo estoy como una hora y media sin salir de escena".

Un equipo. "Ensayar es jugar con confianza y alegría", dice Jones. "La creación es un acto de amor, por lo tanto hay que impedir el sufrimiento, el mal clima y todo aquello que atente contra la confianza entre los integrantes del elenco y la alegría de jugar compartiendo un mismo fin: educar entreteniendo, construyendo una misma obra". Ese mismo espíritu es el que sobrevuela las palabras de Franco y Gabriel cuando hablan de esta primera experiencia.

"Antes de salir me pregunto por qué estoy haciendo esto si puedo estar en casa tranquilo. Pero después me doy cuenta de que lo extraño, que me dan ganas de estar. Yo lo hago únicamente porque la paso bien y disfruto mucho de estar tanto arriba del escenario como abajo con Alejandro, Fabiana, Noelia y Gabriel. Se disfruta mucho en realidad. Como primera experiencia es muy poco común", dice Franco. Y Gabriel apunta: "Todos son re buena gente... hay un cariño. Me siento muy contento, muy querido. Estoy muy contento de esta oportunidad. ¡Y Jones es conocido y todo!".

CON LA FRESCURA DE LOS 13

- Una cosa más... - agrega Gabriel Villanueva una vez finalizada la entrevista telefónica con Sábado Show.

-¿Puedo mandar un saludo? - pregunta con cierto desparpajo y mucha inocencia a continuación.

-Si...

- Quiero mandarle un saludo a mis compañeros del liceo Sagrada Familia. Ellos me piden siempre que si me hacen una entrevista les mande un saludo.

Imposible negar tal pedido.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar