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Ignacio Álvarez: Tiempo de denuncias

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Ignacio Álvarez. Foto: Julmart Bueno

Ignacio Álvarez cuenta que mantuvo una reunión en privado con Tabaré Vázquez, sin cámaras. También que se molestó con su colega Joel Rosenberg y lo llamó a la radio para pedirle explicaciones.También que es católico y que le alcanza con pisar una iglesia para emocionarse hasta las lágrimas. Éstas son apenas algunas de las confesiones que el periodista más polémico del Uruguay deja escapar en un encuentro con Sábado Show. Días después de generar una nueva batahola con una investigación sobre curas abusadores, el conductor de Santo y Señatambién se enfrenta en el diálogo a las controversias que él despertó con sus programas: cuestionamientos éticos por mostrar el testimonio de una niña abusada sexualmente, el juicio que le inició el periodista Graziano Pascale y el cruce en la selección nacional por su nota a Luis Suárez. Porque todo se sabe.

—Santo y Seña inició su quinta temporada, más tiempo que está al aire que lo que estuvo Zona Urbana, ¿caíste en cuenta de eso?

—El otro día me di cuenta y me sorprendí gratamente. Me hizo ver lo consagrado que está Santo y Seña. Pero como toda primera vez, lo de Zona Urbana fue tan fuerte que seguramente quedó grabado con otra magnitud.

—En los últimos años se te ve más medido en tus declaraciones, incluso dijiste que ahora tenés empatía con aquellos a quienes criticás. En algún punto, ¿el medio te terminó domesticando?

—No, domesticado nunca. No siento que me hayan domesticado, yo sigo mordiendo los talones de los demás. El aprendizaje está en la manera. Antes podía mandar a cag… a alguien, y ahí hay una diferencia con el Nacho de hoy. Estoy más maduro, más inteligente, más ubicado y más baqueteado. El crecimiento fue en función de una cantidad de realidades que me tocó vivir: los dueños de los medios, los personajes a los que me enfrenté, los juicios. Pero sigo teniendo la misma esencia.

—En las últimas semanas Santo y Seña presentó una investigación sobre curas abusadores. ¿Algún caso te sorprendió?

—A esta altura poca cosa me sorprende. Pero que una de las víctimas contara cómo fue abusado por tres curas distintos desde que tenía ocho años me pareció una de las cosas más fuertes del informe. Es demasiada casualidad. Claramente no se puede decir que todos los curas son abusadores ni que la mayoría lo son pero sí está quedando claro que son muchos. Lo otro que me queda dando vueltas es la duda de hasta dónde verdaderamente la Iglesia Católica cambió como dicen. ¿Por qué una institución y los seres humanos que la integran van a cambiar de un día para otro de forma radical si siguen siendo las mismas personas? Creo que desde arriba, empezando por el Papa a nivel mundial y (el cardenal Daniel) Sturla a nivel local, hay intenciones y pruebas de que se quiere cambiar la pisada. Eso es fundamental pero no necesariamente suficiente porque hay que ver si todo el resto actúa en consecuencia.

—¿Sos católico?

—Soy católico, bautizado y confirmado. No voy a misa salvo alguna oportunidad especial. Pero no sólo supe ir a misa sino a retiros espirituales. Fue algo que me marcó y me aportó una cantidad de cosas, logré sentir esa presencia de Dios de la que se habla tantas veces, que uno no está solo y que hay alguien que lo conoce y quiere como nadie. También me pasa sistemáticamente cuando entro a una iglesia me emociono. Me sensibiliza, es un lugar donde siento que soy yo 100% auténtico, despojado de todo lo que es la figura, lo mediático, las corazas, los roles y las caretas que el día a día nos obligan a usar. La última vez me pasó en Croacia, que entré y empecé a llorar. En Uruguay me da un poco de cosa meterme en una iglesia, que la gente me vea y empiece a comentar. Allá era un perfecto desconocido y no me importaba nada.

—Iniciaste la quinta temporada de Santo y Seña con una entrevista a Luis Suárez en la que sus dichos derivaron en una fuerte respuesta de su exrepresentante Daniel Fonseca y la defensa de Martín Cáceres. ¿Cómo viste ese cruce después de la nota?

—Me dio lástima que pasara eso. Yo había quedado chocho con la entrevista a Suárez y él también. Fue una entrevista divina, fui con mis hijos y les firmó la camiseta. Pero no me arrepiento de las preguntas que le hice. En su autobiografía publicada en 2014 él cuenta cómo Fonseca lo dejó adentro con 200.000 dólares, y cuando lo leí me asombré y dije: "obvio que le tengo que preguntar por esto para que me dé detalles". Es lo que cualquier periodista que se precie de tal debería hacer. No entiendo cómo nunca nadie se la había hecho. Antes de la entrevista, Fonseca no había dicho ninguna palabra al respecto desde que se publicó el libro, por lo cual yo pensé que él lo había aceptado y había preferido callarse la boca. Nunca pensé que se iba a generar el revuelo que se armó.

—Algunos te acusaron de "dividir a la selección", ¿qué responderías?

—Es para reírse. Les respondí: "idiotas" (risas). ¿Cómo le podés llamar a un tipo que te responsabiliza por haber hecho una pregunta de cajón, por lo que después ocurrió con uno que salió a putear a Suárez y con otro que salió a defender a su representante?

—Carlos Tanco desde su personaje Darwin Desbocatti dijo en No toquen nada que el error estaba en que Suárez te haya dado una nota porque sos un "sanitario del periodismo" y "una mier…". Joel Rosenberg acotó que "de quien viene no le sorprende que esto haya pasado". ¿A ellos les responderías lo mismo?

—A quien le caiga el sayo que se lo ponga. Es difícil hablar en serio de alguien que encarna un personaje humorístico. Independientemente de eso, hay cosas que dice muy en serio, ¡y es muy loco que este personaje me critique y me atribuya lo que él hace todos los días! Con la diferencia de que la pregunta que yo le hice a Suárez se la hice de frente mirándolo cara a cara. Él habla atrás de un micrófono y hace cosas peores con un pueblo. Si hasta se burló de la enfermedad de un colega y de la muerte de un ex compañero. Ese humor no me va, en cambio Marcel (Keoroglian) y Gustaf son unos capos que te hacen matar de la risa sin herir a nadie. Y recordemos que Darwin surgió conmigo en Las Cosas en su Sitio en el año 2000, trabajamos juntos durante un par de años, pero nunca en ese tiempo escuché de su boca una sola crítica a mi estilo. Con respecto al conductor del programa, hace unos tres años tuve que llamarlo a la radio porque me había atribuido declaraciones que nunca hice, justo él que le encanta dar cátedra de periodismo. Le pregunté si había escuchado la grabación de lo que yo había dicho y me dijo que había escuchado una parte. Lo mandé a hacer lo que tiene que hacer un periodista, que es escuchar la totalidad de las declaraciones. Y a las horas me llamó para darme la razón y para preguntarme si quería que hiciera alguna aclaración pública. Le respondí que yo no lo había llamado para eso, que me alcanzaba con que él supiera que se había equivocado.

—¿Tanco se fue en malos términos de tu programa en su momento?

—El día antes de que se fuera yo lo llamé y le dije que lo quería reconocer y nombrarlo por su nombre, Carlos Tanco. Me pidió que no, pero cuando se estaba despidiendo yo dije: "él me pidió que no lo nombrara pero yo quiero reconocer a este talento, Carlos Tanco". La versión que me llegó fue que se enojó mucho por eso. Después lo vi dando notas con su nombre, cara, foto, y cuando quiso su cuarto de hora en televisión también. Nunca me cerró, nunca entendí. Desde que se fueron empezaron a pegarme, él, Joel, Salvador (Banchero). Problema de ellos.

—La investigación de Santo y Seña donde se mostraba el testimonio explícito de una niña abusada sexualmente causó mucho revuelo. ¿Le cambiarías algo al informe teniendo en cuenta las fuertes críticas que recibió de ONGs, la APU y el INAU?

—No, nada. Me quedó la patética sensación de que en vez de defender lo que hay que defender, esas instituciones tienen la miopía de criticar a los únicos que lograron que esas niñas dejaran de ser abusadas, y sin violar sus derechos porque tuvimos el máximo cuidado en proteger su identidad.

—Te achacaron que hubo una "revictimización" de la niña abusada al dar el testimonio.

—Hablé con expertos internacionales sobre el tema, y la revictimización no se aplica a este caso. Todos sabemos que incluso para una víctima puede llegar a ser liberador contar su experiencia. (Hace escuchar un audio de agradecimiento de la niña a la periodista Patricia Martín que cierra "mandale un beso a Nacho"). No necesariamente entrevistar a una víctima supone una revictimización: la clave es el cómo. Patricia Martín primero fue a la casa, habló con la abuela, conoció a la niña, jugó con ella, empezó a hablar naturalmente sin grabar hasta que ella le dijo: "yo te quiero contar". Claramente esa niñita estaba pidiendo ayuda a gritos. Entonces, que me vengan a decir escudados en la defensa de esa niña que yo violé sus derechos cuando todos los que nos criticaron no hicieron nada para terminar con esa situación y los que logramos que terminara fuimos nosotros con la colaboración de la justicia, demuestra la estrechez de mente de algunos o la animosidad contra nosotros. De hecho, el INAU nos está haciendo un juicio por esto y yo tengo que ir a declarar en un par de semanas.

—¿La justicia no hubiera actuado igual si el testimonio de la niña no era emitido en televisión?

—Si yo en vez de poner la parte que dice "con su parte íntima me tira agua en la panza" para no herir susceptibilidades, ponía sólo la parte que decía "me hace cosas feas", el juez difícilmente iba a poder procesar a los responsables. El detalle es elocuente porque es lo que demuestra que hubo abuso sexual.

—Pero lo que hace que la justicia actúe es tener ese testimonio en su poder, no la emisión por televisión.

—Nosotros hacemos periodismo en un programa de televisión. No hay que invertir el orden de las cosas.

—Otro informe que te valió un juicio fue el que hiciste sobre el periodista Graziano Pascale…

—Sí, presentó una denuncia penal por difamación pretendiendo encarcelar periodistas por el trabajo que hicieron. Es una denuncia absolutamente sin asidero que apuesto plata que la justicia va a archivar. Nos achaca de haber tildado de "vidrioso" su pase en comisión. Es un tipo que está cobrando un sueldo de gerente de Antel pero por pase en comisión se desempeña como asesor del intendente de Maldonado y va tres días al mes a la intendencia. ¡Hay que tener rostro!

—Cuando en el programa dijiste que lo tendrían que echar de Antel porque cobra un sueldo alto del Estado y va tres días por mes a trabajar, ¿no puede ser considerado que lo exponés al odio público como plantea el Código Penal sobre la difamación?

—Lo dije porque es mi opinión. Es un derecho que está consagrado en la Constitución de la República.

<b>Nuevo Look.</b> Álvarez impactó este año con su imagen al dejarse la barba. “Fue para buscar un cambio y por pereza de afeitarme, sobre todo esto último”, explica. En cuanto a los comentarios que recibió, revela: “A las mayores de 50 no les gusta y las jóvenes no lo ven mal. A mi mujer le gusta y es la única opinión que me importa”. El conductor lució su nuevo look barbado y un impecable traje de Studio Muto en la producción de fotos para Sábado Show.
Nuevo Look. Álvarez impactó este año con su imagen al dejarse la barba. “Fue para buscar un cambio y por pereza de afeitarme, sobre todo esto último”, explica. En cuanto a los comentarios que recibió, revela: “A las mayores de 50 no les gusta y las jóvenes no lo ven mal. A mi mujer le gusta y es la única opinión que me importa”. El conductor lució su nuevo look barbado y un impecable traje de Studio Muto en la producción de fotos para Sábado Show.

—¿Te costó conseguir la entrevista con Tabaré Vázquez el año pasado?

—Un día cuando José Mujica era presidente dije: "Tabaré Vázquez capaz que vuelve a ser presidente y yo tengo que tener línea con él". A través de un contacto le pedí para juntarme con él en su casa del Prado sin cámaras. Él accedió y cuando estuvimos mano a mano le dije: "yo he sido súper crítico con usted y lo voy a seguir siendo las veces que me parezca, pero también quiero que sepa que yo no tengo nada personal contra usted. En todo caso es un tema de opiniones que puedo tener en función de lo que usted diga o haga. Considerando las posibilidades que pueda haber en el futuro, me gustaría que haya un canal de comunicación abierto". Y él, en un gesto que lo enaltece, me dijo que le parecía perfecto y que nunca en la vida iba a osar condenar a alguien por lo que opine. Me dijo que lo único que valoraba era la lealtad, a lo que yo le pregunté qué entendía él por "lealtad". Me recalcó que "lealtad" para él es no jugar sucio. Yo creo que esa charla significó mucho y tuvo que ver con que finalmente me diera una entrevista como ocurrió hace unos meses.

—¿Qué gusto te quedó del primer año de su segundo mandato?

—Gusto a poco. Si uno se pone a ver lo que se hizo no hay muchas cosas. En materia de educación, por ejemplo, que es de los grandes desafíos del país, a los meses de asumir se le fue el número dos del ministerio (Fernando Filgueira) y el director de educación (Juan Pedro Mir). Lamentablemente el mensaje parece ser que no se va a hacer ese famoso "cambio de ADN en la educación" que se pretendía.

—¿Te sorprendió que Raúl Sendic no fuera licenciado como se presentaba?

—No, me sorprendió la voltereta en el aire que dio en menos de 24 horas. Después me seguí sorprendiendo cuando dijo que el título iba a venir de Cuba (risas). Lo seguimos esperando. Pero lo que más me sorprendió fue que el Frente Amplio saliera a respaldarlo. Sendic le estuvo mintiendo a la gente y cuando lo quiso aclarar oscureció y encima la izquierda acusó al periodismo y a los otros partidos políticos de desestabilizar la democracia. Es algo jodido. Son actitudes que nos hacen mal como sociedad, por eso hay que denunciarlo y gritarlo a los cuatro vientos. Igual la gente no es boba, por algo las encuestas están dando que más del 70% condena a Sendic por cómo manejó ese tema. Ni siquiera hay que hacer encuestas, alcanza con salir a la calle y preguntar qué opina la gente sobre el mamarracho de Sendic. Yo creo que se le acabó la chance que podía tener de ser candidato a la presidencia.

—¿Uruguay podría tener una mujer presidente?

—Si tuvo a Mujica presidente, ¿por qué no va a poder tener una mujer? (risas).

—En Twitter ironizaste sobre la posibilidad de que Constanza Moreira y Mónica Xavier llegaran a Presidentes de la República tras la sugerencia de Víctor Hugo Morales en una entrevista…

—No les veo uñas para guitarrero a ninguna de las dos. Pero viniendo de quien viene es entendible la sugerencia… 

—Cuando uno ve lo que ocurre en la región con casos de corrupción en lo público, nota un papel muy preponderante del periodismo. Ante estas situaciones, ¿queda en evidencia la falta de periodismo de investigación en Uruguay? 

—Obviamente. El periodismo de investigación en televisión en Uruguay es casi inexistente, mientras que en Argentina hay varios programas. También hay un tema de mercado y de recursos. Para investigar se precisa plata porque hay que pagarle a gente para que esté investigando un caso durante meses y muchas veces sin alcanzar un resultado. Por otro lado, está la intención y la decisión de apostar a ese tipo de propuestas, que no me parece estar muy presente. Mi impresión es que hay muchos dueños de medios que prefieren no complicarse la vida, más allá del tema económico. Cuando se investiga, necesariamente surgen presiones. Por eso no me canso de agradecer el apoyo que nos ha dado Canal 4. 

—El caso más resonante de irregularidades en el Estado uruguayo en los últimos años fue lo que ocurrió con Ancap, donde parecería que no hubo muchos aportes por parte del periodismo. ¿Corresponde una autocrítica por parte de los medios en ese sentido? 

—Probablemente. Pero el periodista de un diario está rompiéndose todo el día corriendo detrás de la nota del día siguiente. Para destapar las irregularidades de Ancap, se precisa mucho más que eso. Tiempo y recursos para dedicarse en profundidad a un tema muy complejo. 

—¿Y desde tu lugar al frente del programa premiado como mejor programa periodístico? 

—No sé, también hay que decir que el año pasado hicimos un informe con una investigación en profundidad sobre el tema de la regasificadora que pretendía ser la mayor inversión en infraestructura energética en la historia del Uruguay y quedó en la nada. A su vez, hicimos una investigación donde mostramos cómo en Alur, subsidiaria de Ancap, su director acomodó a muchos de sus amigos. O los curros del sindicato de funcionarios de Salud Pública. No dejamos de adentrarnos en este tipo de temas.

—¿Cobrás por conducir la Teletón?

—¿Vos me estás preguntando en serio? Ningún conductor de la Teletón cobró por hacerlo. Un montón de veces aclaramos que no cobramos un peso. Es nuestra contribución a la tarea que cumple la Teletón y sentimos que queremos apoyar de forma absolutamente desinteresada.

—¿Cómo tomaste las críticas que realizó el entonces presidente de la Cámara de Diputados Alejandro Sánchez hacia la Teletón?

—Como dijo él en relación a la postura del plenario del Frente Amplio por el caso Sendic defendiendo lo indefendible, creo que "se le fue la moto". Tengo entendido que hubo algunos contactos y apuesto a que visite el centro Teletón y se entreviste con los padres de los niños para terminar de aclarar las eventuales dudas que le queden.

—Él no cuestionó el funcionamiento del centro sino el negocio detrás de la televisación. Habló de "falsa solidaridad" porque "de cada 100 pesos que aportan (las empresas), 81 los subsidia el Estado", entonces a su parecer, "el aporte solidario es del pueblo y no de las marcas". Dijo que "la caridad no es tal sino publicidad".

—Es una información parcialmente cierta pero el razonamiento es equivocado. Le aconsejo que lo hable con los contadores de la Teletón para que le expliquen cómo funciona. Es verdad que hay un beneficio fiscal para las empresas que aportan, como en tantos lugares del mundo, y es verdad que por lo tanto el Estado uruguayo está haciendo su aporte en cada uno de esos casos. Pero también es cierto que las empresas ponen un dinero que termina yendo para los niños que lo necesitan. Por eso digo que se le fue la moto.

Santo y Seña. Foto: Marcelo Bonjour.
Santo y Seña. Foto: Marcelo Bonjour.

LOS SECUACES DE NACHO

César Bianchi: Está en el equipo desde el comienzo. Su irrupción en cámaras en Santo y Seña le valió una nominación como Revelación a los Premios Iris. Llegó a la pantalla tras muchos años en el periodismo escrito y producción de tv.

Alejandro Amaral: Conforma el trío de la conducción desde 2015. Estuvo a cargo del informe sobre ocupas, el de acomodos en Alur, el de la campaña de las elecciones municipales, entre otros.

Patricia Martín: Es la productora general del programa y desde el año pasado también aparece en cámaras presentando sus informes. Estuvo al frente de la investigación sobre la situación en la clínica psiquiátrica Colonia Etchepare que ganó un galardón internacional.

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Ignacio Álvarez. Foto: Julmart Bueno

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