La última película de Ridley Scott reúne a Leonardo DiCaprio y Russell Crowe en una historia en la que mentir puede llegar a ser una herramienta para salvarse. Red de mentiras (Body of lies, en su título original) está basada en la novela del columnista del Washington Post, David Ignatius.
Ferris (DiCaprio) es uno de los mejores agentes de campo de la CIA que descubre a uno de los mayores líderes terroristas sospechoso de estar organizando una campaña de bombardeos fuera de Jordania, eludiendo la más sofisticada red de inteligencia del mundo. Con el fin de capturarlo, idea un plan para infiltrarse en su red, pero necesita la colaboración de Ed Hoffman (Crowe), veterano de la CIA que guiará telefónicamente a Ferris en su misión, diseñando estrategias desde su casa en un barrio residencial.
El agente deberá colocar toda su confianza en este hombre, aparentemente su aliado y en el Jefe de Inteligencia Jordana. Pero cuanto más se acerque a su objetivo, más consciente será de la fragilidad de la confianza para salvar la operación tanto como su vida.
-Obviamente ya has trabajado con Russell Crowe, pero es la primera vez que lo haces con Leonardo DiCaprio. ¿Siempre lo viste como a Roger Ferris?
-Leo tiene esta increíble cosa de chico todo terreno. Él es gracioso, puede hacer un trabajo físico tanto como uno cómico. Tiene elegancia, es realmente inteligente y, de hecho, es divertido trabajar con él.
-¿Cómo te imaginabas a Ferris y cómo cambia a medida que avanza la película?
-Cualquier hombre que haga ese tipo de trabajo tiene que cargarse de metodología para lograr ser eficiente. Esa metodología con frecuencia es violenta. Por lo tanto, al comienzo de la película te encuentras con un personaje que recién está comenzando a evaluar lo que hace, por qué lo hace y los métodos que adopta para ello.
-¿Siempre pensaste en Russell Crowe para el papel de Ed Hoffman?
-Cuando estaba armando el elenco, tuve un pequeño flash en mi cabeza que decía: "Ed Hoffman… Oh, Russell Crowe". Claro que había otros candidatos, pero ésta es la cuarta vez que trabajamos juntos, así que fue mucho más fácil.
-¿Cómo hizo Crowe para generar la apariencia que le da a Hoffman en la película?
-Bueno, él dijo: "¿Qué hay para mí?". Le dije: "Bien, es divertido. Ya sabes, Russell, la diversión es importante. ¿A dónde voy con todo esto? Lo vi más como a un hombre de familia que, en realidad, está haciendo algo más que el trabajo de un hombre de familia. Probablemente tenga insomnio. Quizá esté un poco pasado de peso". Él dijo: "¿Pasado de peso? ¿A qué te refieres con pasado de peso?". A los actores les encanta actuar. Les encanta vestirse, hacer voces y cambiar su aspecto. Ese es el desafío. Y cuando das ese tipo de golpe, diciendo "solamente piensa en eso y estoy seguro de que vendrás con algo más", les estás abriendo el apetito.
-Hay una yuxtaposición interesante con Ed Hoffman realizando peligrosas operaciones de espionaje mientras está en casa con sus hijos.
-El mundo está cambiando más y más. Pero precisamente porque se ha vuelto un americano políticamente correcto, es grandioso que la cabeza de esta operación tenga que llevar a los chicos a la escuela. Yo sólo pensé que era una buena peculiaridad para este hombre. Él puede funcionar en cualquier lugar y, al respecto, no creo que sea porque ama a los chicos. Él dice: "Tengo que llevar a los chicos a El Rey León. Nunca, pero nunca, nunca, tengas hijos". Sólo pensé que era un hombre malo, muy malo. Él es tan malo, que es gracioso. Ese es el punto. Tratamos de que fuera lo más malo posible sin llegar a ser un gángster. Simplemente un hombre sin problemas por hacer lo que hace. No hay culpa.
-En la película vemos a Roger Ferris tratando de hacer su trabajo de campo en situaciones extremadamente peligrosas, mientras Ed Hoffman lo dirige desde su casa. ¿Puedes hablarnos sobre el contraste entre estos mundos?
-Saqué a Ed Hoffman fuera de las oficinas usuales de la CIA. Removí a todas esas personas inteligentes corriendo alrededor y llevando sujetapapeles y cosas por el estilo. Y pensé en Ferris como en un hombre-orquesta en el campo -y Ed Hoffman quizá tenga algunos hombres-orquesta, lo que para mí comienza a sonar más eficiente-. Cada hombre es su propio pequeño jefe en su propio pequeño núcleo.
-¿Cómo encontraste a la actriz Golshifteh Farahani, quien interpreta a Aisha, el interés sentimental de Leonardo en la película?
-Es una actriz iraní que, si no es la más importante, está entre las más importantes actrices de su país. Hay muchas producciones hechas en Irán -se hacen 135 películas por año, pero no las exhiben. No hay cines. Va directamente a los videos. Vi sus trabajos y descubrí que tiene una energía especial. Nunca había hecho nada aquí, vino y nos conocimos. Es especial, la cámara realmente la ama.
-¿Cómo empezaste a crear el estilo que querías para esta película?
-Conozco Marruecos bastante bien. Es la cuarta vez que filmo allí -La caída del Halcón Negro, hice la mitad de Gladiador- todo en Rabat. Y luego Cruzada, en Ouarzazate. Conocía perfectamente Casablanca y Rabat que podían funcionar. Incluso puedo recordar algunas calles que nunca había usado y pensar "vayamos allí". De hecho, rodamos en una de las calles que usamos en La caída del Halcón Negro. Rabat es un increíblemente útil cruce de arquitecturas y estilos arquitectónicos, lo cual es asombroso.
-¿Qué tan arriesgado fue rodar todas las escenas de riesgo en estas locaciones?
-Fácil. Esto es lo que hacemos. Siempre trabajo con Neil Corbould y sus hermanos. Esta vez, trabajé con Paul Corbould. En realidad, estamos bastante seguros. Estamos muy limitados y dejamos un rastro muy agradable detrás de nosotros. Siempre ordenamos y les gusta que volvamos. Quiero decir, he conocido a la familia real (el rey de Marruecos, Mohammed Ben Al-Hassan) y siempre se preocuparon por saber qué es lo próximo que haré allí. Recibimos mucha ayuda de ellos.
-Algunas imágenes provienen de esa especie de ojo en el cielo, tomadas por el Sistema Predator. ¿Cómo las creaste?
-Esas tomas se hicieron con una cámara HD desde un helicóptero, creo que a 3 mil metros de altura. Desde una cámara HD apuntando hacia abajo, así es como se ve. Me gusta la idea de que parezca un personaje que siempre está allí. Y no creo que engañáramos en nada que tenga que ver con Predator. Ellos literalmente pueden escuchar el sonido de las monedas que tienes en tu bolsillo. Si tienes una conversación por teléfono, ellos simplemente la escuchan alto y claro. En realidad, creo que hasta pueden escuchar tu respiración. No se trata de movimientos rápidos, sino de merodear. De hecho, es como un satélite.
Entrevista gentileza Warner