Dos uruguayos que le tuvieron fe

| En Argentina, nunca surgió una imitación de Alberto Olmedo. De este lado, fueron dos los actores que se metieron en la piel del personaje que admiran.

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Fue hace 22 años pero ambos recuerdan muy bien esa madrugada. Era el 5 de marzo de 1988; Luis Alberto Carballo estaba haciendo carnaval en algún tablado montevideano mientras, en Mar del Plata, el capocómico Alberto Olmedo caía de un undécimo piso. "Fue de esas muertes que no crees. Mi primera reacción, cuando me lo dijeron, fue: `me estás jodiendo`. Yo era (y sigo siendo) un gran admirador de Olmedo, igual que de Berugo, de Cacho de la Cruz. Pero en este caso, después de su muerte me empezó a interesar mucho su vida, y admiro tanto al capocómico como al ser humano", asegura Carballo.

5 de marzo de 1988. El humorista Michell de León tenía entonces 17 años, iba al liceo y si bien ya enfilaba hacia una vocación actoral, todavía ni miras de escenario. Esa mañana, su padre lo despertó con la noticia: "Murió Olmedo". "Yo era un fanático admirador y esa noticia me afectó mucho. Me acuerdo que lo lloré. Después, me puse a recortar y coleccionar pósters y empapelé el cuarto con imágenes de él".

De León y Carballo son dos actores uruguayos que han imitado a Olmedo o a algunos de sus personajes. Carballo lo hizo en una recordada parodia de Carnaval: para el conjunto Nazarenos en 2007. Luego, también se puso en la piel de varios de los personajes de "El negro" durante un homenaje que le realizó en su ciclo de TV Pizza a Carballo.

De León, en tanto, hizo la imitación del personaje el Manosanta en su obra Picante Casero y la mantiene en presentaciones privadas. "Es un personaje que hago con mucho amor y respeto. Quedó tan marcado en la gente que el público lo disfruta", asegura el también imitador de Cacho de la Cruz y Orlando Pettinati en Terapia de Pareja.

En una mesa de bar montevideano, Sábado Show reunió a ambos actores para recordar al "Negro" y cómo influenció en el mundo que vino después.

Pocos personajes marcaron tanto la carrera de Carballo como la parodia que hizo de Olmedo en 2007. "Me llamaron de Nazarenos, querían que saliera con ellos y para convencerme me dijeron: `mirá que vamos a hacer a Olmedo`. Era el sueño del pibe para mí. En la parodia sus personajes se metían en su vida privada, rozamos cosas muy íntimas de él", asegura.

Pero la parodia también le trajo críticas. Hay quienes dicen que Carballo se compenetró tanto en el personaje de Olmedo que hasta hoy, dicen, "intenta imitarlo". "Obvio que tengo cosas de él porque me críe mirándolo, pero yo no ando por la vida imitándolo", responde Carballo.

¿Qué pasó con el humor después de Olmedo? De León responde que ya no hay una presencia fuerte de los capocómicos. "Tampoco hay programas de humor, sino con humor", añade el imitador.

Para Carballo, los capocómicos, a un lado y otro del Río de la Plata, existen, solo que no se encuentran los espacios para catapultarlos. "Maxi de la Cruz es un capocómico, Diego Delgrossi es otro. Son tipos que los pones ante 20 o 5.000 personas y te hacen reír a la gente. El problema, creo yo, es que vivimos en una sociedad donde hay mucho celo, muchas ansías de protagonismo. Entonces, es difícil que apuntalen a uno como capocómico. Además, acá nadie quiere ser (Javier) Portales, todos quieren ser Olmedo, nadie quiere ser segundo", dice y añade: "No es por mí, pero en mi programa yo soy segundo todo el tiempo. Levanto centros para el que venga, Drácula, Virgilio o los otros del elenco".

El año pasado, Canal 4 puso en pantalla un ciclo de cine con las películas de Olmedo y Porcel, algunas con más de 35 años de historia. En rating anduvieron bien, tanto que en este 2010, el 4 repite estrategias y todos los viernes a la noche emite una de estas cintas. ¿Cuál es el secreto de la vigencia?"

"Olmedo fue un adelantado", dice Michell de León. El primero en mostrar escenas que ocurrían detrás de cámaras, comer en TV, pasar los "chivos" con un estilo único.

Fue un gran amigo de Cacho de la Cruz y de hecho, De León cuenta una anécdota: "En el 87, iba a venir con el personaje de "manosanta" y como no pudo, le mandó el traje y lo hizo Cacho".

¿Qué pasaría si hoy estuviera vivo? Lo dice Carballo: "No puedo imaginarlo. Capaz que hubiera sido un generador de personajes increíble, capaz que estaba ladeado, no sé. Aunque disfrutaba tanto de la vida, vivió tan a pleno, que a lo mejor largaba todo y se dedicaba a disfrutar".

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