Dos escenarios, varios registros, un mismos actor

Mientras se prepara para dos nuevas ficciones de Pol-ka, Joaquín Furriel visita Montevideo con su primera obra teatral contemporánea.

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ANALÍA FILOSI

La lógica, los prejuicios, un determinado "sentido común" indicarían que un galán de televisión y un actor de teatro clásico deberían transitar por caminos paralelos, con escasas o nulas coincidencias. Joaquín Furriel se encargó muy bien de derribar esos pre-conceptos forjando una carrera que ha transitado por las telenovelas en la pantalla chica, y por obras de Shakespeare y Calderón de la Barca en las tablas. Lluvia constante, pieza con la que llegará a Montevideo el mes que viene, es su debut en el teatro contemporáneo, logrando convocar un público más heterogéneo en el que destaca una fuerte presencia juvenil.

"Para mí fue encontrarme con una experiencia nueva, no solamente por las palabras, por la cotidianidad del texto, por lo que habla la obra… sino además porque eso también te lleva a un universo expresivo diferente al de los textos u obras que yo estaba transitando", cuenta Joaquín Furriel en diálogo telefónico con Sábado Show. En Lluvia constante, obra del estadounidense Keith Huff, el actor argentino es uno de los dos policías protagonistas, dos jóvenes que se conocen desde la infancia y que en pocos días enfrentan una serie de acontecimientos que cambiará su vida para siempre. El otro es Rodrigo De la Serna, con el que Furriel comparte escena por primera vez, mientras que el talentoso Javier Daulte es quien los dirige. "Creo que entre los dos me fueron, a su manera, ayudando a que yo pudiera ir entrando en esta atmósfera, en este mundo que es Lluvia constante", apunta Furriel.

Rodo (Furriel) y Dani (De la Serna) están 95 minutos en escena contando su historia de cara al público, "sin cuarta pared". "Todo eso demanda un nivel de concentración, de entrega y de meterle mucha nafta para que el público se mantenga atento. Son dos personajes que ves durante 95 minutos y tenés que ser atractivo. No es una puesta efectista, todo lo que hay es muy importante pero el foco está puesto en las actuaciones; es ahí donde se sostiene la propuesta", explica Furriel. Para él, el mayor desafío no tuvo que ver con el personaje sino con la obra. "Con poder arrimar el bochín a un teatro más contemporáneo, hacer nuestra una obra de Broadway. Que esta historia pueda suceder en cualquier gran ciudad del mundo. Todo el trabajo tenía que ver con crear la amistad entre estos dos personajes, el vínculo de ellos es lo que para mí sostiene la tensión de la obra".

El otro gran desafío fue llevar adelante un relato compartiendo escena sólo con otro actor. "Con este nivel de intimidad creo que no trabajé con ningún actor. Siempre hice obras más pobladas en el escenario. Por eso también me interesó mucho hacerla, porque yo venía de obras más operísticas: La vida es sueño, de Calderón de la Barca (N.de R.: ganó el premio María Guerrero por su personaje de Segismundo); Rey Lear, de Shakespeare… Ensayar durante casi dos meses solamente tres personas hace que el director se pueda ocupar de vos de una manera mucho más incisiva. Todo eso contribuyó para tomar la decisión. Uno tiene que ir tomando las decisiones según el momento que está viviendo y las necesidades. Por suerte, gracias a la televisión, en el teatro siempre pude elegir sin tener la presión de lo económico. Por eso elegí proyectos donde lo económico no era lo prioritario, para nada", destaca.

Eso no quiere decir que Furriel menosprecie lo hecho en televisión, todo lo contrario. "Cuando empecé a hacer televisión, tenía casi 24 años, venía de hacer teatro en El Cervantes, y en ese momento sí dije `voy a intentar hacer tele para bancarme un poco económicamente y poder hacer en teatro un recorrido en el que poder pensar libremente`. Pero esa ecuación con el tiempo desapareció porque la televisión misma me ha propuesto un crecimiento como actor que yo mismo desestimaba, quizás por prejuicio, sobre todo por desconocimiento. Para mí hoy la televisión es un ámbito muy importante, te acerca un público que casi no va al teatro o al cine".

Entonces aparece en el teatro ese espectador que quizás nunca hubiera ido a ver un clásico si no hubiera visto a Furriel en televisión. "Me acuerdo que estaba haciendo Soy gitano en Canal 13, una de las primeras ficciones en las que empecé a tener un espacio de mayor responsabilidad y que tenía muy buen rating. Y elegí hacer en teatro Don Chicho, de Alberto Novión, con dirección de Leonor Manso y un elencazo (Claudio García Satur, Lucrecia Capello, Oski Guzmán, Malena Figó). Entonces me di cuenta de que se estaba acercando mucho público de la tele que veía Soy gitano y gracias a eso conocía un teatro como el Cervantes y una obra como Don Chicho". A Furriel le gusta llamarlo "complementación entre la tele y el teatro".

"El público de Lluvia constante quizás es un poco más mixto, no es sólo el que puede llegar a ir al Teatro San Martín", prosigue. "Me parece que lo bueno de Lluvia constante es la combinación del texto con Rodrigo y conmigo. No podría generalizar que es teatro comercial. No creo que el público que nos vino a ver es el que va a ver todo el teatro comercial. A lo mejor no va al teatro y se interesó por esta obra. No lo sé. Nosotros hemos tenido mucho público joven. Es una obra que quizás por la potencia del relato, por lo intenso de las actuaciones, de lo expresivo, del juego actoral, de la puesta de Javier Daulte, ha tenido muy buen recibimiento entre la gente joven. Había mucho pibe viendo la obra, pero también público más grande, público de teatro, público del San Martín que a la salida me decía `te vi en La vida es sueño, en Rey Lear con Alfredo Alcón`. O sino que seguía a Rodrigo por Okupas, Diarios de motocicleta, Crónicas de una fuga o El puntero, una ficción a la que le fue muy bien el año pasado. La obra tuvo la posibilidad, feliz para nosotros, de atravesar ciertos elitismos", apunta quien como actor no elige obras independientes o de alcance tan específico, aunque sí las disfrute como espectador.

Pega la vuelta. Después de nueve años, Joaquín Furriel regresa a Pol-ka y a El Trece para sumarse a dos ficciones. "Ya hacía tiempo que estaba hablando con Adrián Suar para formar parte del elenco del unitario de 2013, con Julio Chávez. Me interesaba mucho porque quería trabajar con un actor como Julio y ser dirigido por Daniel Barone. En el medio de todo eso sucedió lo que sucedió con Lobo, se adelantó Sos mi hombre y Adrián me pidió si podía hacer una participación", cuenta el actor respecto a su participación en la tira que protagonizarán Luciano Castro y Celeste Cid, que adelantó su estreno tras el pronto final de Lobo (Gonzalo Heredia) por bajo rating. En la nueva historia de Pol-ka, Furriel encarnará al "Turco" Nasif, rival en el ring y en el amor del boxeador que compone Castro. "La verdad que me pareció muy divertido lo que tenía que hacer. Entonces estoy acá, meta piña, entrenando, preparando un personaje que me divierte mucho. Estoy muy entusiasmado, me gustan mucho los compañeros con los que me tocó trabajar. El hecho de que aparezca sólo en cuarenta capítulos me da una libertad diferente. No es como si estuviera haciendo una tira, puedo meter un color mucho más intenso, que lo imprimís en dos meses y te vas. Ese mismo color, si dura doce meses cansó, así que también me gustó eso".

Apenas un calentamiento para lo que le espera en 2013, cuando se convierta en uno de los abogados del bufete que armará el personaje de Chávez, un abogado que vuelve a ejercer el Derecho obligado por una determinada circunstancia. "Sé que él fue mi profesor en la Universidad y que voy a tener una historia de amor muy particular, interesante, pero de la que no puedo decir nada más todavía", adelanta sobre un proyecto que lo tiene muy entusiasmado. Tanto como las ficciones que hizo en el canal de la competencia. "En Telefé hice las ficciones que para mí fueron más importantes, en Pol-ka lo más importante fue Soy gitano. Hoy en día siento que tengo la posibilidad de ir eligiendo lo que creo en que puedo crecer como actor. Ahora me interesó el unitario, pero no significa que si Telefé me llega a proponer un programa interesante no lo haga, al contrario, está bueno porque me siento tan cómodo trabajando en un lugar como en otro".

Incluso llegó a estar en conversaciones para desarrollar en Telefé un género que considera en el debe: la comedia romántica. "Me gusta, nunca tuve la posibilidad de hacerla. Creo que si está bien guionada, con un buen elenco, debe de ser muy placentera. Telefé me propuso también hacer un programa para la tarde que no pude aceptar por falta de tiempo".

Lo importante es que no le cierra las puertas a nada, siempre que respete sus intereses. El año pasado, por ejemplo, fue conductor y narrador en off de Residentes, un docu-reality que seguía el trabajo de los jóvenes residentes médicos en hospitales de Buenos Aires. "Para mí no fue otra faceta, simplemente lo que hice fue ayudar a visibilizar a los residentes en los hospitales públicos del conurbano bonaerense en un momento en que parecía que los jóvenes sólo iban a los realities buscando fama y dinero de manera precipitada. No está mal que quieran ir a un reality, ganar dinero y ser famosos, no los estoy cuestionando, pero no son los valores con los que trato de manejarme, no me atraen. Y en el caso de los residentes, sí", señala.

Dar pelea. En breve, Furriel empezará a ensayar Final de partida, de Samuel Beckett, obra que lo volverá a reunir con Alfredo Alcón (será el director). El cine por el momento no entra en sus planes, pero no porque no le guste o no le hayan llegado propuestas, sino porque "las películas que a mí me gustan, estoy lejos de hacerlas". Igual no desespera porque sabe que hay tiempo. "No tuve ninguna experiencia feliz hasta ahora en el cine. Le pongo mucha energía al teatro y otra tanta a la televisión. Hay que conectar con el deseo de uno. Lo que más veo es teatro, después veo un poco de tele y después algo de cine argentino", dice quien eligió la actuación a los 13 años seguro de que era lo que lo hacía feliz. "Cuando actúo, siento que se me mueve algo más que escapa de lo cotidiano. Alguna vez, tal vez el cansancio o la frustración, hace que no la pase tan bien y empiezo a pensar si es saludable lo que estoy haciendo. La frustración aparece cuando todo te dice que tenés que estar bien y pensás `no tengo ganas de estar acá haciendo esto`, por más que vaya bien. Pero a mí me pasa que juego mejor al fútbol cuando voy perdiendo que cuando voy ganando, le pongo mucha garra. Soy de los que la pelea, no de los que critican. Me hago cargo", concluye con seguridad un actor que ha barrido con más de un prejuicio.

LLUVIA CONSTANTE

Joaquín Furriel y Rodrigo de la Serna traen al Teatro El Galpón esta obra del estadounidense Keith Huff, en versión de Fernando Masllorens y Federico González del Pino, con dirección de Javier Daulte. Se presenta los 31 de agosto, 1° y 2 de setiembre, con venta bonificada de entradas hasta el 31 de julio por Red UTS.

AMIGOS Y POLICÍAS

Rodo y Dani son policías, amigos desde la infancia, que enfrentan una serie de acontecimientos que afectará sus vidas para siempre. En Broadway, Lluvia constante se representó en 2010 en el Schoenfeld Theatre, con Hugh Jackman y Daniel Craig, dirigidos por John Crowley.

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