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Diego Vázquez Melo y su retiro de los medios en Parque del Plata

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Diego Vázquez Melo
Nota a Diego Vazquez Melo, meteorologo, ND 20160513 foto Marcelo Bonjour
Archivo El Pais

Despojado de sus personajes, Diego Vázquez Melo interrumpió su actividad en los medios, pero sigue siendo meteorólogo. Cada vez que detecta algo perturbador en el horizonte, emite sus alertas por mail. Así lo hizo el pasado 15 de abril, cuando un tornado arrasó la ciudad de Dolores.El predictor pingüinesco habla también de su nueva vida llena de silencios y de lecturas. “Cambié dinero por paz y salud”, dice aunque no descarta volver. La historia del meteorólogo después de la TV.

Sin mayores despedidas, el 31 de enero de 2015, Diego Vázquez Melo (64 años) hizo su último pronóstico en Subrayado, de Canal 10. El meteorólogo que ha instalado el adjetivo "pingüinesco" en el habla local cerró una etapa de su vida. La muerte de su esposa, poco tiempo antes, fue determinante para que decidiera tomarse un descanso. Genuino descanso porque no solo dejó la pantalla, sino que se mudó al balneario Parque del Plata en la costa de Canelones. Diego Vázquez Melo estaba cansado de la frenética rutina que lo obligaba a anticiparse día tras días, por 12 años, a los fenómenos de un clima cambiante.

Desde aquel enero, poco se sabe de él. Con la excepción de sus vecinos en Parque del Plata. Siempre muy dado a la conversación y con la fama de miles de noticieros en el haber, Diego Vázquez Melo se ha hecho conocer en el balneario en tiempo récord. Si bien hace poco más de un año que vive allí, cualquiera de los lugareños sabe cuál es su casa.

Es una típica residencia de balneario, con habitaciones interiores pequeñas, pero amplios espacios verdes en el exterior. Cerca de la playa. En la fachada se lee el nombre de la casa: "Nuestro hogar". El meteorólogo y su esposa la habían comprado con el proyecto de disfrutar de un oxigenado retiro. El cáncer y las recaídas de su tratamiento se lo impidió a ella, pero él no quiso perder más tiempo dentro de la rutina demandante en la que vivía, pendiente de los informes meteorológicos.

"Fue la mejor decisión de mi vida. Aquí logré la paz y el equilibrio que necesitaba", asegura Vázquez Melo que tiene hijos grandes y con su vida hecha en Montevideo.

Cuando se le pregunta si estaría dispuesto a un regreso a los medios, hace un rictus pero luego concede: "Habría que ver si llegase una propuesta. Tendrían que significar una gratificación muy grande para resignar parte de esta tranquilidad".

De lo que está seguro es que no volvería en las condiciones en las que trabajó más de un década en Subrayado: seis días a la semana, tres veces por día con la presentación de sus informes.

"Cambié dinero, muy buen dinero que ganaba en Canal 10, por paz, tranquilidad y por salud", acota.

Si no hay inclemencias pingüinescas en el cielo, Diego Vázquez Melo da largos paseos por el balneario o por la playa. Se dedica luego a sus quehaceres en la casa y disfruta especialmente de cuidar el jardín. Pero lo que más valora es haber recuperado el tiempo y el placer por la lectura.

Por estos días está leyendo y recomienda La biblia desenterrada (Finkelstein y Silberman), un análisis desde la arqueología sobre los orígenes de los llamados "textos sagrados". También ha leído sobre el Islam, el Cristianismo y las figuras de Jesús y de Mahoma.

Las religiones le resultan interesantes pero no se declara creyente. "No soy religioso. Creo en un ente creador, en un orden inicial. La vida no puede ser el resultado del caos, pero ¿qué forma tiene ese dios? No lo sé". También guarda fe en la trascendencia: "El cuerpo es perecedero, pero el espíritu es energía y prevalece".

Lo que más valora Diego Vázquez Melo de su nueva vida es el silencio. Si bien se crió en una casa ruidosa ("éramos seis hermanos") y trabajó en un medio con permanente música de fondo como la TV, prefiere los momentos sin sonido ambiente.

"En esta sociedad hiperconectada, el silencio se califica como una carencia cuando en realidad es una condición sin la cual no se puede reflexionar sobre los grandes tema de la vida. En silencio, nunca me sentí solo".

El tornado.

Diego Vázquez Melo interrumpió su actividad en los medios, pero no perdió su condición de meteorólogo. Cuando se despierta, observa el cielo y se pone en asiduo contacto con fuentes de información meteorológica por Internet.

Si ve algo lo suficientemente pertubador en el horizonte, redacta un mail y lo envía a una lista de contactos que incluyen periodistas de diferentes medios. Es su forma de hacer una advertencia.

Tal fue el caso del pasado 15 de abril, cuando un sistema de tormentas golpeó el país y un tornado causó estragos fatales en la ciudad de Dolores. Esa mañana envió al menos tres correos sobre la gravedad de lo que vendría.

"El tornado en sí era y impredecible. No se puede estimar dónde impactará o con qué intensidad, es imposible. Pero lo que sí se pueden pronosticar son las tormentas fuertes a severas, como ese día", aclara. Critica que el organismo estatal de meteorología haya mantenido en amarillo el nivel recién lo cambiara a naranja luego de acontecida la tragedia de Dolores.

Pero más que ello, a Diego Vázquez Melo le preocupa lo poco que sabe el ciudadano común respecto a qué precauciones tomar en caso de un evento así. Ha tomado el toro por las guampas y está escribiendo una especie de manual sobre cómo reaccionar ante estos sucesos.

La frecuencia e intensidad de eventos extremos irá creciendo en función del calentamiento global. "Si tengo la preparación para detectar este tipo de fenómenos, mi compromiso con la sociedad en la que vivo sigue intacto. Tengo la obligación de informarlo".

Meteorólogos: ¿fin de una era?

Diego Vázquez Melo se enteró por terceros del retiro de su colega Juan Torraca (Teledoce). Habían sido compañeros en la Dirección Nacional de Meteorología y no tenían una "relación estrecha", según asegura.

De cualquier manera, Vázquez Melo lamenta su salida. NI él, ni Torraca han tenido sustitutos.

El único meteorólogo comunicadora de TV en funciones hoy es Núbel Cisneros (canales 4 y 5).

"A lo mejor el ciclo de los presentadores del clima en Uruguay está llegando a su fin. No es fácil conseguir una persona con formación meteorológica y enfrentar al uruguayo promedio que es muy crítico. Hay que tener una autoestima elevada para poder soportar o entender el origen de las críticas".

SABER MÁS

Un poema del meteorólogo

Diego Vázquez Melo también escribió unos versos que tiene interés en compartir con sus seguidores:  

“MIRAD HACIA ARRIBA”

La noche acecha, sus lunas le acompañan,
en Ki su masa y magnetismo impactarán;
por aire, fuego y agua será purificada,
y un nuevo ciclo vital iniciará.

Antes, prodigios en el cielo serán vistos,
la corona de siete estrellas llegará;
espirituales, poderosos e inmortales,
antiguos hermanos nuestros, serán.

Salvarán a alguno de nosotros,
quien cumpla la condición, elegirán;
será una muy pequeña parte del todo,
pero la humanidad, persistirá.

Nueva vida espera al elegido,
elevado nivel de conciencia alcanzará;
en fraternal y espiritual sobrevivencia,
más, muy lejos de Ki, será.

Diego Vázquez Melo

NOTA:
El “Poema” enviado es un estímulo para distraerles circunstancialmente de su mundo “interno o cotidiano” y concentrarles en el mundo “exterior”, más amplio, complicado y amenazante. Para que realicen su propia búsqueda y encuentren una verdad “relevante” que, en mi opinión, “está allí afuera” y “arriba”. Por ello su título: “Mirad hacia Arriba”.
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