De trabajar y engordar a cantar y hacer reír, el cambio de equilibrios 2025 para la artista Lea Bensassón

Redacción El País
La artista musical Lea Bensassón presenta este 9 de agosto en Sociedad Urbana Villa Dolores un adelanto de canciones de su tercer disco, de próxima edición y de título Mirador. Con banda completa, además, repasará varios de sus temas de siempre. Además, Bensassón tiene previsto estrenar su primer monólogo de humor titulado “Mi gran casamiento hebreo”, cuyo desembarco está previsto para octubre en salas montevideanas.

La productora, manager y empresaria que ha dedicado la vida a trabajar, cantar y engordar busca ahora cambiar las prioridades.

-El próximo 9 de agosto, en Sociedad Urbana Villa Dolores, presentás temas de tu disco disco inédito, Mirador. ¿Por qué el adelanto?

-Quizás hago las cosas al revés, pero me gusta mucho que las canciones nuevas tengan un pequeño entrenamiento antes de llegar al estudio. Me parece interesante para ver cómo las siento en vivo, si está bien la tonalidad, la letra, cuál gusta más en el público o si se me ocurre un invitado. Como nadie me corre para grabar, puedo darme esos tiempos.

-¿Cómo vivís la previa de este show tuyo?

-No soy de tocar mucho porque en realidad me dedico a la producción de shows de otros artistas. Así que cuando elijo mis fechas, me preparo con mucha tranquilidad y buscando los momentos para no entorpecer el otro trabajo. Esta vez estamos ensayando mucho con la banda.

-En tu música hay cada vez más influencia del candombe, ¿de dónde viene eso?

-El candombe me lo pasó Rada, con quien trabajé más de 20 años. El samba de Brasil lo heredé de mi hermano, que era muy fanático de esa música, al nivel de coleccionar vinilos y viajar a Río dos o tres veces por año. Él tocaba el pandeiro y componía. Falleció antes de la pandemia, en 2020, a la edad de 53 años. En el disco Mirador, él está muy presente en las canciones porque es el primero que sale luego de su partida. Dejó un agujero emocional.

-¿Por qué Mirador?

-El mirador es un lugar donde uno se para a observar, una pausa para contemplar, allí la naturaleza manda y tiene que ver con parar y desconectar un poco con la vorágine y la velocidad. Las canciones son mi freno de la locura. Y me gustó el mirador como concepto de la pausa, la contemplación. Tiene que ver con mi momento en la vida, en el que estoy buscando hacer menos cosas con más compromiso y profundidad. Quizás parezca una obviedad pero lleva tiempo entender que hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar.

Foto: Marcos Harispe.

-En tu caso, trabajaste siempre mucho…

-Sí, nunca paré. Lo que hice con más conciencia durante toda mi vida fue trabajar, cantar y engordar. Ahora estoy muy conectada con lo creativo y quisiera poner por delante cantar, sin dejar de trabajar y lo de engordar también lo estamos trabajando para frenar un poco (risas). El humor también me rescata mucho.

-¿No pensaste en un monólogo?

-Sí. De hecho tengo una propuesta de una gran comediante argentina para hacer un espectáculo de monólogo y stand up que se va a llamar “Mi gran casamiento hebreo”. Es sobre la mujer en el judaísmo y los mandatos e involucra parte de mi historia personal, porque yo me casé a los 23 años en una Sinagoga. Hice lo que todo el mundo me decía que había que hacer, solo que no resultó. Fue un fracaso pero también un éxito porque aprendí un montón. Duró 4 años mi matrimonio. Y ahora vuelve la referencia con el espectáculo Mi gran casamiento hebreo, que se estrena en octubre en Montevideo, con la anuencia del novio.

-Estás al frente también de la Escuela de la Voz…

-No me considero docente; solo tengo un grupo de mujeres adultas que cantan lo que les gusta, es como un fogón sin fuego. La escuela sigue en marcha por supuesto con sus profesores. Eso fue una consecuencia de haber sido jurado de Yo me llamo, por el año 2014 en Canal 12. Mucha gente me preguntaba si no daba clases porque conectaban con mis devoluciones y así surgió. Llevamos 10 años.

-Coincidís con esa visión de que que hay mucho talento en Uruguay para el canto, demasiado para la población.

-Coincido que hay mucho talento, nunca es demasiado. Es verdad que hay un músico por cuadra, pero no me parece un problema. Al contrario. Uruguay es eso: vendemos playa y vacas, pero no somos solo eso. Muchísima gente en el exterior se siente atraída por la cultura de Uruguay. Es un verdadero capital.

-Para el artista, en cambio, puede ser frustrante por el poco público…

-En Uruguay no podés tener expectativas grandes porque no se pueden cumplir. Si querés ser exitoso tenés que irte. Si vos te fijás en la historia de la música uruguaya, ¿a quiénes les fue bien? A todos los que se fueron y volvieron. Porque te vas a pedir mercados prestados. Fernando Cabrera, por ejemplo, trabaja más afuera que en Uruguay. Pero pensá en otros nombres: Jaime Ross, El Sabalero, Zitarrosa, No Te Va Gustar, Cuarteto… todos se fueron a pegarla fuera y conseguir más público, porque no hay otra. Uno dice: Fernando Cabrera es para pocos. O Jorge Drexler. Pero pocos en Uruguay son 100 mientras en Argentina pueden ser 10.000. Es una cuestión de dimensiones.