Publicidad

Daiana Abracinskas piensa mudarse a España tras la pandemia: "Quiero empezar de nuevo"

Compartir esta noticia
Daiana Abracinskas.

ENTREVISTA

La periodista que forma parte de las transmisiones de básquet de Tenfield resolvió dejar el país y radicarse en las Islas Canarias: “Me queda media vida y está bueno comenzarla en otra parte”.

Daiana Abracinskas.
Daiana Abracinskas.
-En una publicación reciente asegurabas que estabas aprovechando para hacer una especie de “detox” emocional durante el aislamiento social. ¿Lo estás consiguiendo?

-En eso estamos. La cuarentena es algo difícil para todos, en especial por las posibles consecuencias a nivel psicológico. En mi caso, la atravieso en paz pero me doy cuenta de que tengo actitudes que no son las normales. Soy una mujer muy activa que va y viene todo el tiempo y ayer, por ejemplo, pasé todo el día en la cama. Escuchaba a psicólogos argumentar que la rutina es fundamental, pero yo me pregunto ¿qué rutina? Si la rutina cambió completamente. Bueno, la respuesta es hacerse una rutina específica de cuarentena. Levantarse, bañarse, planear actividades en casa. Cuesta, pero en eso estoy. Hay que poder aceptar el aislamiento t trabajar en uno mismo. No tapar nuestro miedos con exceso de redes sociales. A eso me refería con lo de detox. Las uso en la actualidad para comunicar lo que me parece interesante y para informarme, pero en justa medida. Hay mucho disparate en la vuelta.

-Laboralmente, tu actividad se paró...

-Sí, el básquetbol se paró. Los juzgados también y las obras de teatro lo mismo. Yo tengo un residencial de ancianos en El Cerro que abrí en setiembre pasado porque cuando tuve a mi abuela internada la pasé muy mal y opté por tener uno como a mí me gustaría. Es por lo único que tengo que salir y abastecerlos de lo que me pida la encargada. De todos modos no me quejo. Es una situación que vivimos todos y el que tiene que quejarse es quien no tiene para la diaria. No es mi caso por suerte.

-Tenías el proyecto familiar de irte a vivir a Islas Canarias (España) con tu padre y tu hijo. ¿Sigue en pie el plan?

-Sí, cuando se pueda viajaremos, aunque habrá que ver cómo queda Europa luego de la pandemia. Teníamos pasajes para el 14 de abril, lo que obviamente dejamos en suspenso.

-¿Cómo se gestó ese proyecto? ¿Por qué dejar el país?

- Yo estoy separada del papá de mi hijo hace 11 años. Tenemos una excelente relación al punto de que él conoció a una española en Uruguay e inició una relación. Viajó tres o cuatro veces y al regresar me dijo: “Mirá, no sabés lo que es Islas Canarias, la tranquilidad que hay, la seguridad, el poco estrés con el que viven. Yo me quiero casar con mi novia; me encantaría vivir allá pero si no se va mi hijo, yo no me voy. Para eso, te tenés que ir vos”. Mi respuesta, después de haberlo pensado cinco minutos, fue: “Sí, vamos”.

-¿Por qué te resultó tan "difícil" tomar la decisión?

-¿Por qué? Primero, porque creo que me queda media vida y está bueno comenzarla en otra parte. Y segundo, porque uno hace Facultad de Derecho, y le debe pasar a todos los profesionales, cuando salís a la vida real la situación es totalmente diferente. Me encontré con un sistema de justicia que no me gusta. No me gusta que un padre pase dos años sin ver a su hijo por una denuncia. O no me gusta que haya gente que espere meses privada de libertad para saber si está condenada o no por cierto delito. La Justicia no es lo que creemos que es cuando salimos de Facultad. Ni lo ideal que esperamos que sea. Entonces, la verdad que mi trabajo como abogada no es algo que disfrute. Lo padezco más que otra cosa.

-¿Los medios de comunicación también te desilusionaron?

-En parte sí. Después de mi ida forzada de Canal 4, no he tenido propuestas que me identifiquen. Así que no tengo nada que me ate a Uruguay porque me voy con mi familia. Pienso que es para renovar y para crecer. Cuando el exilio se da por razones económicas o políticas, el desarraigo es muy grande. Pero en mi caso no. Dejo mi casa. Dejo a mis gatos y perros al cuidado de un amigo. Me voy y si no me adapto, puedo volver. Todo el mundo dice que vivir en Europa te cambia la vida, pues probaremos. Pienso además que para mi hijo es una buena opción de vida. Mi plan inicial es hacer un master en derecho deportivo y en cuanto a los medios de comunicación, tengo algunos contactos. Mi verdadera vocación es la comunicación; ojalá allá puedan darse oportunidades.

-Decías que luego de tu salida de Algo contigo, recibiste algunas propuestas, ¿por qué no las aceptaste?

-Para mí fue muy frustraste la salida de Algo contigo por las condiciones en las que se dieron. Con el tiempo empezás a pensar por qué no hay propuestas interesantes. Las opciones son cuatro: o salís muy mal aire o hacés mal el trabajo o a la gente no le gusta lo que hacés o a la tele no le gusta lo que hacés. En alguna de esas debo estar. Hubo una propuesta que sí me interesó mucho en este tiempo. Fui como invitada a un programa de debate, a la conductora le gustó mi participación, al productor de piso también. Me dijeron que el productor general me iba a llamar para sumarme al panel. Me encantaba la idea, pero nunca se concretó ese llamado. Entonces no sé... quizás no soy funcional al sistema. Esas son las cosas que te sacan las ganas. Sobre las otras propuestas, agradecí, pero no eran lo que yo quería hacer. Tuve sí una oferta de radio muy interesante y otra de Tenfield, pero a esas dije que no porque estaba y sigo estando con el proyecto de irme.

Daiana Abracinskas.
Daiana Abracinskas.

-Sobre el sistema de justicia, ¿qué es lo que te decepcionó?

-Muchos aspectos, pero sobre todo los tiempos de la justicia. Creo que en Facultad tenemos que estudiar más los casos reales para salir de la burbuja. Porque luego te das cuenta de que la justicia es manejada por personas. He tenido muchos inconvenientes con el tema de la ley género, por ejemplo. Siempre fui feminista; a lo largo de mi historia en el periodismo deportivo me di muchas veces la cabeza contra la pared por actitudes misóginas. Eso no quiere decir que yo defienda todo lo que tiene que ver con una mujer y que critique todo lo que hacen los hombres. No creo que estemos en veredas opuestas. Pero cuestiones de familia a veces es muy injusta la justicia. Increíblemente he tenido muchos clientes hombres que no pueden ver a sus hijos. Se han separado de sus mujeres y ellas han hecho denuncias, por ejemplo de abuso. En ningún caso se pueden comprobar las denuncias y la justicia demora porque se producen las chicanas de los abogados y de repente pasa uno, dos o tres años sin que el caso tenga resolución. Es muy desesperante la angustia de un padre que lo único que quiere es recuperar o no perder el vínculo con su hijo.

-¿En ese caso la justicia es “feminista”?

-Puede ser. Lamentablemente, a veces las madres creemos que los hijos son nuestra propiedad. Me ha pasado en un caso de posible abuso una fiscal excesivamente feminista, me dijo en la cara: “A mí no me importan los derechos de los hombres; me importan las mujeres”. Eso genera impotencia. Después está el tema del cobro. Si viene una persona que tiene a su hijo preso porque tuvo un accidente de tránsito y te dice que va a vender su camioneta con la que trabaja siendo sanitario para pagarme, yo no puedo decirle que lo haga. Entonces se me hace difícil cobrar. Quizás hay que tener una personalidad que no logro tener para ser un abogado exitoso. A lo mejor por eso son tan mal vistos los abogados porque el sistema te hace perder un poco de humanidad.

-El año pasado tomaste la defensa de unos jóvenes acusados de violación por una chica en un camping de Valizas y fuiste criticada por ello, por presunta contracción con tu condición de feminista. ¿Cómo sigue ese caso?

-Estábamos en período de audiencias y se suspendieron por la emergencia sanitaria. Fui criticada y es otra de las cosas que no puedo entender. Soy mamá de un varón y lo educo para que no sea machista ni abusador. Pero si mañana es acusado de algo injusto, yo quiero que sea defendida por la persona más adecuada o el que le va a poner mayor corazón a la defensa. Siempre dije sobre este caso y en términos generales que si son culpables, yo lo quiero presos. Pero yo confío en su inocencia. Cuanto más avanza el juicio más les creo. De todos modos, no quiero hablar mucho de este tema porque lamentablemente, también, la justicia actúa por la alarma social o por lo que los medios dicen o por lo que la gente cree que pasó. Eso nos ha perjudicado mucho en varias oportunidades.

-¿En líneas generales, solo defendés a personas que crees inocentes?

-Sí. De hecho, en el último año debo haberle dicho que “no” a unos 10 casos de personas acusadas de abuso y porque tenía dudas de esa inocencia. Entiendo que no debe ser mi rol. Lo que tiene que hacer un abogado es plantear una defensa justa, independientemente de si la persona es inocente o no. Pero como mujer feminista, yo no podría apoyar la cabeza en la almohada si estoy defendiendo a alguien que abusó de una mujer o de un menor.

-El año pasado resolviste dar un apoyo público a una lista del Frente Amplio, ¿costo/beneficio de esa decisión?

-Beneficio ninguno. No lo hice porque me estaban ofreciendo un cargo, como me dijeron en las redes. Lo hice por convicción, porque creía que era lo mejor para el país. Resolví apoyar la lista 2121 de Danilo Astori, también podría ser la de Álvaro García, a quien apoyo y admiro profundamente. Creo que la política económica del Uruguay ha sido intachable en este tiempo, y a las pruebas me remito: los números están muy bien. No medí los costos porque ya los venía sufriendo. Más allá de que nunca milité, yo he dicho que no me parece que el mercado o el capitalismo sea la mejor forma de regular una sociedad. Por eso me considero de izquierda. Creo en la igualdad de oportunidades frente a la libertad de capital. Pero así como soy de izquierda puedo ser muy crítica de algunas cosas que hizo el Frente Amplio en el gobierno. Además y no habiéndolos votado, reconozco que este gobierno está enfrentado una espantosa situación con mucha altura. Pero vos en el Twitter ponés algo a favor de la izquierda y ya te dicen “foca”. O si hablás a favor del gobierno te dicen: “Ya te diste vuelta”. Lamentablemente estamos en una sociedad totalmente sectorizada y yo creo que todos podemos ser un poco flexibles. Hay gente buena y mala en ambas veredas. Lo mismo sucede con el género. Hay hombres buenos y malos, igual que mujeres.

-¿Por qué ganó la coalición multicolor?

-Claramente no era lo que deseaba, pero el resultado era esperable. Te lo podría resumir con lo que han dicho las murgas. "Todo eso fuiste pero perdiste", como decía Un título viejo. Creo que el Frente Amplio fue muchas cosas pero también hizo otras muy mal. Con una actitud soberbia, un partido que le habla solamente a su votantes está destinado a perder. Me parece que ese fue uno de los grandes errores del Frente como estrategia comunicacional. También creo que el factor Bonomi fue decisivo. Si yo hubiese sido el presidente de la república y aún estando completamente convencido de que Bonomi está haciendo lo mejor que puede, yo tengo que dar un mensaje. Si gran parte de la sociedad y gente de a pie vive un momento difícil por la inseguridad y me pide ese mensaje, yo lo tengo que dar. Porque yo trabajo para esa gente. Esos fueron los errores que no se pudieron cometer. Igualmente, pobre el gobierno que le tocó asumir en este momento. En medio de una crisis que nadie en el mundo sabe muy bien cómo manejarla ni cuándo va a terminar. Creo que están tomando medidas más o menos coherentes. El tema es que se toque al capital, así como tocaron los salarios públicos altos. Porque hay gente que, sentada en la casa, con el aumento del dólar solamente, se hizo dos veces más millonaria. Esos tienen que aportar también.

-¿Sos más del caceroleo que del aplauso?

-¿Por que son cosas excluyentes? El aplauso es para los médicos y también para algunas medidas del gobierno y el caceroleo se da para manifestar reclamos. Si estamos encerrados y no podemos movilizarnos, es una buena forma de expresarnos. No me gusta asociarlo con la época más nefasta del país. Lo que sí fue un disparate es que se hayan montado las horas. Toda manifestación, sea cual sea, me parece bien siempre que no afecte a otro. Expresarse no es profundizar la grieta. Al contrario, cuando uno hace un planteo, debe ser escuchado, si es con respeto y fundamento.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Daiana Abracinskas

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad