Cría Divos y te sacarán los ojos

Po Luis Ventura

La legendaria guerra de vedettes, que tantos escándalos generó desde que el universo de la revista, desembarcó hoy en el Río de la Plata, también en el fútbol. Esta vez no voy a hablar de la confrontación de Moria Casán con Carmen Barbieri, ni tampoco de Zulma Faiad versus Nélida Lobatto, no, no… Es la hora de dos carismáticos divos del fútbol, que como dos grandes vedettongas de gigantescas marquesinas, se sacan chispas entre dimes y diretes.

Estoy hablando del sainete de Diego Maradona, flamante entrenador de la selección Argentina de fútbol, y Juan Román Riquelme, el mimado de la hinchada de Boca que, sin dar demasiadas explicaciones, renunció al seleccionado que dirige "el Diez". ¡Todo un circo!

Los que conocemos este mundo, este final u otros que se le parecen, era cantado. Si nunca se quisieron. Es más, esta guerra empieza cuando Riquelme no quiso asumir una examen de orina positivo, que Maradona intentó cargarle cuando ambos jugaban en Boca. Mirá si viene de lejos.

Después siguieron con cuestiones de representantes. Sí, sí… De cuando Marcos Franchi se desvinculó de Diego para representar a Román, en el medio del desembarco de Guillermo Cóppola al frente del que era entonces el dios del Nápoli. ¡Cuántas facturas que se pasaron en aquellos tiempos!

Mirá si iban a poder convivir ahora. ¡No se bancan, aunque ambos se necesiten para poder estar juntos en la selección! En definitiva, Diego no tolera el vedettismo de Román, que impone trato diferenciado al resto de sus compañeros porque no entrena, viaja con numeroso séquito y marca a los jugadores con los que quiere convivir. ¡Igual que Maradona!

Entonces, cuando a Diego le quieren hacer lo mismo que él impuso en todos los planteles que integró, no se lo bancó y salió a descalificar a Riquelme en los medios. Algo que Román no hizo hasta que le mojaron la oreja.

¡Justo Maradona hablando de obligaciones y derechos! El mismo al que le cortaron las piernas con la efedrina en el mundial 94 y el mismo al que Coco Basile tuvo que digerir soportando todas las tormentas posteriores… Y el mismo al que hoy Diego boicoteó para que lo echaran para asumir como entrenador. Ese mismo Diego que exige reglas claras, y al que Riquelme abandona por no comulgar los mismos códigos, es el que sigue pidiendo obediencia y tolerancia con relación a sus exabruptos.

La guerra conventillera que hoy azota a los argentinos nos muestra a un Maradona amenazando con meterse en la vida privada de los que se ponen del lado de Riquelme, como por ejemplo Pipo Gorosito, y a Riquelme eligiendo a su familia por encima de la selección de Diego. La calle Corrientes no podría haber concebido una guerra con tanta pirotecnia. Chau, hasta el Sábado… Show.

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