Creación sin atajos

Esta noche es la última función de y si él se fue soñando contigo, una obra que evoca a la creación como una lucha de poderes y un conflicto inacabable.

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Por: Mariángel Solomita

Qué pasa cuando vos creas algo y ese algo empieza a tomar vida propia, te grita al oído otras cosas y tenés que retomar tu mundo y volver a pensarlo. Ese es el conflicto que planteamos". La dirección, según Susana Souto, también es esto. Con el agregado de que la dramaturga esté presente, sea la actriz y además amiga. "Y Adrián Prego, que sólo lo conocíamos de vista, aportó su mundo creativo. El teatro es eso: qué pasa con la creación del dramaturgo, la del director y la de los actores; el director es el articulador de todos esos mundos".

Souto, de 29 años, se inició en la dirección con un libreto que exigía pensar en imágenes un texto poético. "Fue un desafío lograr una conexión desde algún lugar con el espectador, que va esperando una historia y se encuentra con imágenes, sensaciones y metáforas. No hay una narración dramática, no hay un argumento definido". Se apoyó en distintas proyecciones, del tipo que sugiere la foto y otras audiovisuales, fotografías que juegan con el diálogo de los personajes a veces reforzando la escena y otras negándola. "Este uso está planteado desde el texto, aparecían signos gráficos, texto tachado."

La autoría es de Verónica Mato, que el año pasado estrenó Pátina, obra que la tuvo en el reparto, la dramaturgia y en la dirección y la colocó en las nominaciones de los premios Florencio -2009- como Mejor Texto de Autor Nacional y Revelación. Fue el punto de partida para la conformación del grupo Paréntesis, integrado además por Fernando Scorsela (escenografía e iluminación) y Leticia Figueroa (vestuario), todos compañeros de generación de la EMAD.

"La identidad es un tema que atraviesa las producciones de Verónica, pero aquí tiene que ver con el ser creador y el ser creado: nos involucra a todos como artistas. Creo que por eso nos conectamos tanto con el texto. En Pátina la construcción se enfoca desde un lado más social, ¿qué pasa con esos seres que les fue negada su posibilidad de conocer su identidad? Esas personas que fueron apropiadas durante las dictaduras y deben rearmar su vida, crear un pasado para creer en un presente".

Mato tomó como referencia para su segunda obra el cuento de Jorge Luis Borges Las ruinas circulares y la novela de Lewis Carroll Alicia a través del espejo. "Los incorporé, pero lo apliqué desde un lugar inconsciente", dice Souto.

Nuevamente se utilizó el espacio de la Fundación Manuel Espínola Gómez. "Empecé a trabajar a partir del espacio. Descubrí que tenía un mundo sonoro increíble. Hay un eco constante que también aparecía en el texto, teníamos que evocar todo eso. Un 70% de las imágenes surgen de la materialidad del espacio, de las escaleras que conectan con el piso de arriba, de la baranda. Ajustamos las luces para generar un ambiente intimista y zonas de luz bien definidas para cada personaje, como si fueran espacios privados que ellos invaden constantemente" a modo de analogía de la relación entre creación y creador, aquí identificado como "el manipulador".

-¿Sólo se puede hacer arte de la experiencia propia?

-Sí, en definitiva las experiencias ajenas que uno conoce se vuelven propias. Creo en la experiencia de un individuo en sociedad con sus vínculos. Yo más que aprender de lo que me pasa a mí aprendo de lo que veo a mi alrededor.

-¿El espectador influyó?

-No. A mí me influye el público en la parte técnica, que salga bien es un tema de respeto. Sí me interesó poder evocar al máximo, y que el público se vaya con uno de esos mundos.

-¿Te obsesiona la creación?

-Sí. Hacés nacer la obra, cumple su ciclo vital y tenés que dejarla morir para que aparezca otra. Además el propio carácter efímero del teatro le da otra dimensión a todo esto. Me obsesiona el tema del nacimiento y la muerte, y la creación tiene que ver con eso.

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