Por: Analía Filosi
"La mayoría de nosotros creció con la versión digerida de Caperucita Roja, pero el cuento de hadas original tiene elementos mucho más oscuros que lo hacen más fascinante". Palabras de Catherine Hardwicke, directora de La chica de la capa roja, film que viene de estrenarse en Uruguay, cosa que fue aprovechado por la editorial Alfaguara para lanzar una nueva edición de la novela de Sarah Blakey-Cartwright que todos conocemos desde niños. "La idea de una niña yendo al bosque por sí sola, acechada por un lobo que después le habla… Eso denota misterio y captura tu imaginación en muchos niveles. Cuando niño, la historia pudo haber significado algo para ti, pero verla como adolescente o como adulto hace que respondas a ella de una forma completamente distinta", continúa la directora, responsable de la saga Crepúsculo y del film A los trece, y responsable de la introducción de la nueva edición de la novela de cuya autora es amiga.
Hardwicke captó de inmediato que el cuento original de Caperucita Roja es en realidad un cuento con moraleja lleno de peligros y engaños, que tenía la intención de asustar a las mentes jóvenes e impresionables, y se lanzó a la aventura de convertirlo en una película. Eso gracias a la propuesta que le hizo Appian Way, la compañía de Leonardo DiCaprio, que desarrolló el proyecto junto a la Warner Bros. "De inmediato quedé prendada de la idea de realizar una nueva versión del clásico, oscura y cargada de matices".
Es así que tenemos a Valerie (Amanda Seyfried), como una bella joven habitante de Daggerhorn, una aldea que durante décadas ha mantenido una inestable tregua con el hombre lobo, que merodea cuando hay luna llena. Para calmarlo, los aldeanos deben ofrecerle un sacrificio animal cada mes. Pero la cosa cambia cuando hay luna sangrienta, el lobo toma la vida de uno de los aldeanos.
Precisamente la última víctima es la hermana mayor de Valerie, justo el día en que esta última decide hacerle caso a su corazón y escapar con el leñador pobre que la pretende, dado que sus padres arreglaron su boda con el herrero heredero de la familia más rica de Daggerhorn. El ataque del lobo cambia los planes de la pareja, que se queda en el lugar y recibe, junto a los demás, al padre Solomon (Gary Oldman), un famoso cazador de hombres lobo que le hace ver a los aldeanos que el lobo es uno de ellos… Todos son sospechosos. Para colmo de males, Valerie descubre que tiene una conexión especial con el temible animal, lo cual la vuelve tanto sospechosa como carnada.
"Hice mucho trabajo de investigación para ver cómo había cambiado la fábula al pasar de generación en generación, de acuerdo al lugar y el tiempo. Mucho antes de ser bellamente empaquetada, adornada con un moño y presentada como un cuento de hadas, contenía algunos detalles bastante gráficos y perturbadores, y el final no era nada digerible", comenta David Leslie Johnson, guionista del film.
REVERSIONADOS. La chica de la capa roja funciona tanto como una historia de amor, como un thriller en el que cualquiera de los personajes puede ser el lobo. En esa bolsa de sospechosos entran Valerie, sus dos pretendientes, los padres de la chica, el cura de la aldea y hasta la abuela. Precisamente porque no se trata de una dulce abuelita, como la recordamos del cuento, sino una versión mucho más moderna. "Una de las primeras cosas que dije fue que nuestra abuela de ninguna forma sería muy vieja y arrugada. Es muy bohemia, usa rastas, vive en el bosque, alejada de la aldea, y tiene un aire misterioso que la rodea", cuenta Hardwicke, quien eligió a Julie Christie para ese papel. "Es una inconformista. Es una artista, una herbolaria y, en cierta medida, sanadora. Es muy sabia y comprensiva, y siempre ha sido como una protectora para Valerie, quien siempre ha podido confiarle sus secretos más íntimos", apunta la actriz ganadora del Oscar sobre su personaje.
Como pasa en el cuento que todos conocemos, hay una unión muy especial entre Valerie y su abuela. Esa Valerie que, cuando Hardwicke tuvo que decidir qué actriz la encarnaría, de inmediato vino a su mente Amanda Seyfried. "Desde la primera vez que vi a Amanda supe que era alguien especial. Tenía todo lo que necesitábamos para el personaje, especialmente porque Valerie no es una clásica damisela en peligro. Amanda es fuerte, es sensual, es divertida, es vulnerable… Lo tiene todo. Y su físico parece sacado de un cuento de hadas. Tiene una calidad etérea con unos ojos maravillosos que te absorben", destaca la directora. "El aspecto de thriller me emocionó y el escenario medieval le dio un toque gótico que ayudó al romance", ha dicho Seyfried sobre la película.
El elenco se completa con otros nombres de peso, como Gary Oldman, en la piel del cazador de hombres lobo, y Virginia Madsen, como la madre de Valerie. Mientras que los jóvenes enamorados de la protagonista son interpretados por Shiloh Fernández (el leñador) y Max Irons (el rico heredero). "Es un dilema romántico más antiguo que el tiempo mismo: ¿debe Valerie apostar por lo seguro quien, en este caso, es increíblemente apuesto, o debe irse por el que parece más peligroso, pero sensual y emocionante?", plantea Hardwicke.
"No hables con extraños", es la lección principal que trata de transmitir el cuento de Caperucita Roja, pero también conlleva otros mensajes, como todo cuento de hadas. "Cuando éramos niños, las historias como Caperucita Roja probablemente nos hicieron tomar conciencia por primera vez de la existencia del miedo. ¿Qué se esconde allá afuera del bosque? En manos de Catherine Hardwicke lo descubrimos a través de otro cristal", señala Gary Oldman, un actor acostumbrado a personajes que infunden temor.
Pero el gran antagonista de esta historia es obviamente el lobo, que en el film es producto de la magia de los efectos especiales. "Nuestro reto no era crear una criatura verosímil, sino un personaje verosímil", explica la directora. "El truco fue tomar algo de la actuación de cada personaje para que llevara al espectador a preguntarse quién es realmente el hombre lobo", cuenta Jeffrey A. Okun, supervisor de efectos especiales.
¿Quién es el lobo? ¿A quién elegirá Valerie? ¿Qué esconde la abuela? Apenas algunas de las tantas preguntas que encierra esta versión moderna y atrapante de Caperucita Roja. "Pienso que una de las razones por las cuales los cuentos de hadas como Caperucita Roja han durado tantos años es que nos permiten explorar y entender nuestros lados oscuros, aún siendo niños. Representan la envidia, el miedo y hasta la muerte, y nos permiten lidiar con todo eso de una manera visceral", concluye Hardwicke sobre esta historia tan cercana, por momentos, al clásico que conocemos, y tan alejada por otros y por eso provocadora de mucha curiosidad.
La capa roja, un personaje más
Música y fotografía figuran entre los rubros más destacados de La chica de la capa roja. Hay una escena emblemática, en la que se ve desde arriba a Valerie caminando por la nieve junto al leñador Peter. Lo que más resalta es la larga capa roja, que contrasta con el blanco inmaculado de la nieve. "Tuvimos que filmar con el personal mínimo porque, a pesar de que rodamos en verano, a esa altura el clima puede cambiar drásticamente sin aviso", cuenta el productor ejecutivo Jim Rowe sobre el rodaje en Vancouver, Canadá.
La responsable de la Capa Roja fue la diseñadora de vestuario Cindy Evans, que investigó estilos y telas de todo el mundo para llegar a la confección de dos capas: la primera, para la toma mencionada, que mide seis metros y está hecha en terciopelo; la segunda, la usada en toda la película. "Hicimos una extensa búsqueda de telas y hasta contemplamos la posibilidad de crearla nosotros mismos hasta que nos topamos con seda de Matka, también conocida como seda cruda, que era tejido tupido y de dos tonos. Era perfecta. Tenía un patrón curvo y enigmático como a 25 centímetros del borde, y ese patrón estaba tejido a mano usando seis diferentes tonos de rojo", explica Evans.
"Es hermosa", asegura Amanda Seyfried. "Al usarla, en verdad me sentí como una bella damisela salida de un libro de cuentos".