Redacción El País.
La periodista Ana Matyszczyk, de 37 años, resolvió dejar Desayunos informales (Canal 12) para afrontar nuevos desafíos en el canal de streaming FIX. En la plataforma conduce un informativo enfocado en Buenas noticias (así se titula) junto a Sebastián Giovanelli y también está al frente de un espacio de entrevistas. Las oportunidades de crecimiento profesional en esta señal tuvieron mayor peso que la continuidad en el panel del magazine periodístico de las mañanas de Teledoce, según reconoce. “Fue una decisión pensada y tomada desde la convicción”, asegura.
Desmiente “categóricamente” las versiones que adjudicaron su salida de la TV abierta a momentos de tensión en notas con exponentes del gobierno. “Es un divague”, asegura y aclara cuál es su postura respecto al voto en cada elección. “Reivindico al periodista que vota y ejerce su deber ciudadano”, comenta.
-Finaliza un año intenso, movido para ti, con el desafío de sumarte a la nueva propuesta de streaming Fix. ¿Cómo se gestó tu incorporación?
-Positivamente movido diría yo. A FIX me incorporé prácticamente desde los comienzos del proyecto luego de que me convocaran Horacio “Tano” Abadie y “El Chino” Etcheverry, que están liderando el canal. En primera instancia me convocaron para conducir con Sebastián Giovanelli un noticiero de buenas noticias: empezó con un esquema semanal y ahora ya estamos en una frecuencia diaria. De lunes a viernes hacemos 30 minutos de, como su nombre lo indica, Buenas noticias. Fix es un canal de entretenimiento, que tiene deporte y cultura y mucho contenido vinculado a la comunidad y una pata periodística, pero la idea de este informativo era tratar de innovar con el producto que se le entrega a la audiencia.
-¿Por qué “Buenas noticias”?
-La idea es generar 30 minutos al día de contenido relevante, con criterio periodístico, pero que cumpla con la premisa de que la información sea optimista. Es una alternativa. Queremos competir con los noticieros convencionales con este diferencial. Tampoco es una crítica a ellos, ni nos proponemos sustituirlos. Simplemente vamos por otro lado. La información positiva es igualmente relevante de conocer que la negativa.
-¿Qué es información positiva?
-Aquello que resuene a colaborar o construir un presente social optimista. Porque hay cosas buenas que suceden, pero lo bueno por definición casi no es noticia. A veces es difícil para el periodista tener esta mirada porque incluso a la gente le cuesta conectar con la información positiva. Al público le preocupa saber qué puede perjudicarlo en todos los rubros, desde el clima, la economía, la seguridad... Si está todo bien, tiende a pasar desapercibido. Nosotros estamos en medio de un desafío periodístico para definir cada día qué noticia vamos y ponerlas en agenda. A veces puede ser la misma información que brinda un noticiero convencional, pero con el ejercicio de darle un giro hacia una lectura positiva.
-Además, estás al frente de Charlas FIX, un espacio de entrevistas.
-Sí, a poco de empezar con el proyecto del noticiero surge la idea de tener este espacio de entrevistas, con personalidades no necesariamente famosas o vinculadas a asuntos de agenda. Lo importante es conectar con la historia de vida, con la cercanía de la charla, por eso el título del espacio. Hasta ahora han venido personas reconocidas de varios ámbitos y nos hemos sentido muy bien, los invitados y yo en particular. Disfruto mucho la producción y preparación de la entrevista y luego de cómo discurre el diálogo. No voy a decir que no existen esos momentos punzantes porque también lo traigo en mi temperamento, los hay, pero no está alineado con la agenda política.
-En virtud de estos nuevos proyectos, tomaste la decisión de dejar Desayunos informales (Canal 12), cuya mesa integraste por cuatro temporadas. ¿Cómo fue tomar la decisión?
-Fue muy difícil. Cuando me convocaron de FIX y el proyecto de Buenos noticias como el de Charlas empezó a andar, me di cuenta de que tarde o temprano la intensidad horaria me iba a llevar a optar. Además soy mamá de Simón, un niño de 6 años y ya estaba haciendo malabares para coordinar los dos trabajos más las responsabilidades de la maternidad. La decisión fue pesada pero la tomé con mucha convicción. Fue difícil porque en realidad cualquier retiro voluntario de un trabajo donde estaba muy cómoda, cuesta. Pero al mismo tiempo yo tenía y tengo muy claro cuál es el desarrollo profesional que quiero alcanzar y para avanzar en ese crecimiento se deben tomar decisiones difíciles.
-¿Sentías que en Desayunos o en Canal 12 no había mayores posibilidades de desarrollo?
-Yo diría que había un desfasaje respecto a mis expectativas y no es una responsabilidad del canal. Muchas veces el desarrollo profesional no está acompasado con los tiempos o ideas que tiene la empresa, con los proyectos que maneja, con sus ritmos y velocidades. Eso no vuelve malo o bueno a ninguna de las partes. Yo estaba contenta con el formato de Desayunos y con mi rol pero también tenía ganas de crecer. Y no puedo responsabilizar al canal de que sus tiempos y proyectos no coincidan con los míos. En todo caso es mi responsabilidad y soy yo la que debe decidir qué hacer con eso. Cuando apareció el desafío de FIX, reconecté con ese deseo de crecimiento y así tomé la decisión que tomé. Fue un paso que dí con mucha honestidad conmigo misma y también muy agradecida con Desayunos informales, donde pude demostrar muchas de mis actitudes como periodista. Me dieron siempre el respaldo y la confianza.
-¿Extrañás la rutina de la mañana?
-No. Extraño a mis compañeros. Hay mucha gente que quiero en Desayunos, que respeto, que admiro y con quienes estoy muy agradecida. Irme no fue una decisión impulsiva. Viene de muchas charlas dentro del canal y de pensarlo mucho porque Desayunos es una vitrina muy importante.
-Ese es otro punto. Porque hace 5 o 10 años, sería impensable quizás dejar un canal de aire por una propuesta de streaming.
-Es verdad. Hasta hoy muchos compañeros y colegas se sorprenden: “¿Vas a dejar Desayunos para irte a un streaming”? Por qué no. Lo hago con con total seguridad porque dentro de FIX hay profesionales que tienen meridianamente claro hacia dónde va el futuro de la comunicación audiovisual y cómo se van a conectar las audiencias con los contenidos en el futuro más inmediato. Me siento muy muy segura, muy confiada, apuesto plenamente a que el streaming, que ya es presente, será sin dudas el futuro.
-Tu salida de Desayunos generó muchas repercusiones, entre ellas hubo una versión de redes sociales que asociaba tu alejamiento a algunos momentos tensos que tuviste en entrevistas en el programa, en especial con figuras del gobierno. ¿Viste algo de eso?
-Sí y lo desmiento categóricamente. Es un delirio decir que el gobierno de turno tuvo algo que ver con mi decisión. Además, no tengo mal vínculo con el oficialismo ni lo tuve con el anterior. Todo lo contrario, he recibido en estos días muchos mensajes afectuosos de varios dirigentes del oficialismo actual y también del anterior, lo cual me enorgullece. También tuve muchas devoluciones de cariño de televidentes, un cariño que me sorprendió para bien.
-En un video que circuló en redes se hizo un compilado de encontronazos con Jorge Díaz o Fernando Pereira…
-Sí, pero también he tenido varios encontronazos con Sebastián Da Silva, con Manini Ríos, con Graciela Bianchi… Todo el caso Astesiano lo trabajamos mucho en su momento en Desayunos. Es un divague asociar a una presión política una decisión que es personal y profesional mía.
-Decías que tenés un estilo punzante…
-Mi manera de trabajar busca generar algo que le sirva a la audiencia para entender una decisión o una coyuntura política y para eso, enfrento, en el buen sentido de la palabra, lo que tiene para decir un entrevistado sobre hechos controversiales. O sea, mi estilo no es confrontativo, es respetuoso. Porque hay límites que como periodista tengo grabados, pero eso no impide que la confrontación sana termine redundando en un contenido importante para la audiencia. Esa es mi manera de trabajar.
-¿Ese estilo te ha costado en algún momento la relación con algún político, enojos…?
-No, en todos los casos el contrapunto queda ahí y siempre es con respeto. Aparte, las entrevistas de Desayunos suelen ser de media hora o 40 minutos y de repente el momento punzante dura 3 minutos, un 10%. Claro que después se hacen titulares y parece que toda la nota fue en esos términos. Y no. Muchas veces las entrevistas terminan y todo es amabilidad, incluso agradeciendo la confrontación en algún caso.
-¿Ninguno se fue enojado entonces?
-No que me hayan dicho. Quizás alguno quedó con algún resentimiento porque no se esperaba la pregunta.
-¿Díaz o Pereira?
-No me consta. En el caso de Jorge Díaz, que es más reciente, la nota terminó y no hubo un corte, seguimos al aire por lo que no tuvimos la chance de saludarnos y conversar fuera del aire. De mi parte todo bien. Ellos no dejan de ser trabajadores públicos, jerarcas del estado y saben cuando van a una nota, que tienen que dar respuestas. Hay situaciones donde hace falta echar luz y ahí aparecen las preguntas. Y si no se responde no convence, tenemos que insistir y repreguntar. Hacer eso, como periodista, no implica tener camiseta política alguna. Todo lo contrario, es una responsabilidad social que tiene el periodista. A veces, a los políticos les cuesta entender este rol o les cuesta más cuando el cuestionamiento es hacia ellos que a sus adversarios. El otro día entrevisté a Richard Read para Charlas Fix y dijo una frase muy buena: “La autocrítica siempre es válida cuando la hace el de afuera”. Creo que es así. Pero volviendo a la pregunta francamente no creo que haber terminado mal con nadie. Si alguien terminó ofendido conmigo, no me enteré y ojalá no haya sucedido porque no es el espíritu de mis intervenciones.
-¿Cómo te llevás con esa tendencia de adjudicar intencionalidad a los periodistas por sus preguntas o análisis?
-Es una consecuencia más de que está todo politizado, el deporte, la cultura… Todo se politiza en este país. Hay que convivir con eso y en mi caso, duermo siempre tranquila. Los periodistas votamos, yo voto y reivindico el voto del periodista. No soy de los que piensan que hay que anular o silenciar nuestro deber ciudadano. Pero lo que yo vote o haya votado no tiene nada que ver con mi tarea profesional.
-¿Votás siempre a un partido?
-No, he votado a varios, en función de la lectura que hago de la realidad del país y decido la que me parece la mejor propuesta para ese momento. Tengo un voto muy pragmático y también he anulado en algún caso cuando ninguno me convence. Es algo desapasionado. No me caso con el que haya votado ni odio al que no voté. Pero más allá de eso, el trabajo periodístico no tiene nada que ver con lo que puse o no puse en la urna. De hecho he trabajado en programas con improntas políticas distintas desde Santo y seña, La letra chica o Desayunos, y mi trabajo siempre es el mismo.