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Álvaro Navia y el conflicto con Gaspar Valverde: "No tengo nada en su contra, lo quiero mucho"

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Álvaro Navia junto al productor argentino Fabián Esperon.

CENA DE FAMOSOS 2022

El actor fue uno de los protagonistas de la Cena de Famosos. En diálogo con la prensa, se refirió a su nueva vida en Uruguay y al enfrentamiento con Gaspar Valverde que llegó a la Justicia.

Álvaro Navia volvió a vivir en Uruguay luego de 25 años en Buenos Aires. Actualmente forma parte de Polémica en el bar y de La peluquería de Don Mateo en Canal 10 y presenta sus espectáculos en el Teatro Arocena. En entrevista con la prensa, se refirió al nuevo formato que puso al aire Marcelo Tinelli (“está adaptándose a la TV de hoy”) y a su realidad familiar  con Vanina Escudero y sus hijos en Uruguay. También habló sobre el diferendo que lo tiene enfrentado judicialmente con Gaspar Valverde y Karina Vignola. “Nunca hablé ni hablaré mal de ellos. Al contrario, a Gaspar lo quiero mucho”, aseguró.

-Compartiste mesa en “La cena de los famosos” con Freddy Villareal, ¿hace mucho que no los veías?

-Hace como tres años que no nos veíamos. Con Freddy, además de amigos, somos vecinos en Argentina: vivimos en el mismo barrio. 

-¿Cómo ves esta ola de argentinos que llegan para afincarse en Uruguay?

-Muy bien. Como uruguayo me da orgullo lo que dicen los argentinos sobre nuestro país, el gran cariño con el que hablan de Uruguay. Nosotros siempre fuimos hermanos que fuimos y vinimos. Yo estuve 25 años viviendo en Argentina y desde el primer día, como siempre digo, me abrieron las puertas, no solo lo digo mis compañeros sino el público. Trabajé 25 años ininterrumpidos en Argentina haciendo teatro, televisión, cine, shows, casamientos, cumpleaños… absolutamente todo. Después de tanto tiempo allá, como familia decidimos venirnos. En especial por la iniciativa de Vanina (Escudero) nos radicamos acá porque teníamos ganas de vivir en Uruguay, más que nada por nuestros hijos y un proyecto de familia.

-¿En Buenos Aires nunca pagaste un derecho de piso?

-No lo sentí en mi caso. Fuimos a un programa histórico como Videomatch y desde que llegamos nos abrieron las puertas. Hasta hoy somos todos amigos los que formamos parte de aquel programa. Nunca nos hicieron sentir el derecho de piso. Yo llegué y enseguida entré en las cámaras ocultas como el “bailarín” de Valeria Lynch y al poco tiempo hicimos a Waldo. Una locura. Llegué a un país de 40 millones de habitantes y enseguida me reconocía la gente en la calle. También me daba orgullo lo que decían los argentinos de los uruguayos. Me comentaban: “Crecimos viendo a Berugo, Perciavalle, Espalter, D’Angelo…” y esa generación increíble de humoristas.

-La época de Waldo implicó una gran popularidad de un momento a otro, ¿cómo recordás aquella época?

-Fue una época divina y de mucha exposición porque en ese momento la televisión hacía 40 puntos de rating. Además, a mí siempre me gustó hacer personajes que pudieran ver desde los más chiquitos hasta los abuelos. Eso es lo más difícil: cuando tenés un abanico de público y buscás gustar a todos un poco. Waldo tenía un poco de uruguayo, de argentino, de boliviano… Igualmente siempre fui y vine, porque al mismo tiempo buscaba hacer cosas en Uruguay: estuve en el 4, en el 10, en el 12… siempre hubo un ida y vuelta de muchos proyectos que pasaron en este tiempo. Llevo casi 30 años de TV desde que empecé con Mario Uberti y luego con mi amigo de Omar Gutiérrez.

-¿Qué dirías que aprendiste de él?

-Que la TV es un vehículo para acercarte a la gente. Me enseñó que nunca hay que perder la humildad ni el lazo con tu gente y con San José. Fue el tipo más auténtico que vi en mi vida. Cuando estaba enojado, lo decía. Si tenía que carajear con los gerentes, lo hacía. Fue lo más parecido a Don Quijote que hubo en la vida real.

Álvaro Navia junto a otras figuras en la Cena de Famosos. Foto: Ruben Oroz.
Álvaro Navia junto a otras figuras en la Cena de Famosos. Foto: Ruben Oroz.

-Marcelo Tinelli se estrenó en un nuevo formato, Canta conmigo ahora. ¿Lo viste? ¿Qué te pareció?

-Marcelo, que sigue siendo el gran productor televisivo de la región, se está acomodando a la TV de hoy. Creo que el formato es bueno y él está en ese camino. Todos estamos acomodándonos. De este lado, celebro que la televisión de Uruguay produzca tanto. Lo hace Canal 10, pero también el resto de los canales están con grandes proyectos.

-El año pasado cuando Tinelli cortó el humor para enfocarse solo en el certamen de baile, Pichu Straneo fue un poco crítico. ¿Cómo viste vos ese vuelco?

-La televisión es día a día. Yo no fui de esa camada que volvió a hacer humor al programa porque lo intuía, sentía que no era el lugar nuestro. La gente pregunta: “¿por qué no hacen el mismo Videomatch que hacían hace 20 años que estaba buenísimo?” Porque yo tengo 20 años más y el que mira también los tiene. Y ya no le gusta lo mismo que antes. No funcionaría, más allá del recuerdo y la nostalgia. Todo va cambiando y hoy vemos las cosas desde una mirada diferente.

-En La peluquería de Don Mateo formaste dupla con Julio Ríos. ¿Lo ves en Carnaval como se rumoreó?

-Sí, lo veo. Tiene que hacer su propia parodia. En este tiempo trabajando juntos descubrí a un gran compañero y a un gran comediante. Porque el comediante no solo tiene que saber hablar sino escuchar, y él lo hace.

-Llevás casi dos años en Uruguay, ¿cómo fue la adaptación familiar?

-Vanina quería venir. Mis hijos están felices. Cuando uno vive con armonía en la casa, te podés ir a cualquier lado. Uruguay siempre fue mi patria, mi gente, mis calles. Fue solo agarrar las valijas y venirnos. Al principio era un poco más duro porque no podíamos viajar a visitar a los abuelos y tíos. A Silvina, por ejemplo, que ahora va y viene.

-Desde hace más de un año están en un diferendo con Gaspar Valverde, lo que llegó incluso a la esfera judicial. ¿Crees que se podrá llegar a un acuerdo?

-Lo único que voy a decir es que nunca hablé ni hablaré mal de ellos. Porque no tengo nada en su contra. Al contrario, a Gaspar lo quiero mucho. Todo lo que lo tenía para decirle se lo dije a él en el momento en que se lo tuve que decir. Después los hechos se dieron de la forma que se tenían que dar,  pero ahí yo ya no tenía nada que ver. Nunca tuve problemas con nadie: en los 55 años de edad y en los 30 y pico que trabajo nunca tuve una diferencia. Siempre estoy abierto al diálogo, a hablar, a equivocarme y pedir perdón y viceversa. La situación me dolió por muchas cosas muy injustas que se dijeron pero el tiempo acomoda las cosas. Soy un padre de familia y lo que muestro en TV es muy poquito de lo que soy. A mí me interesa ser un buen padre, un buen amigo, un bueno esposo y un poquito, pero muy poquito, un buen cómico.

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