Publicidad

Ojos que no ven

El cine uruguayo se ha vuelto un sector con cada vez más profesionales y más películas. Pero falta algo: espectadores. El Estado quiere encargarse de eso.

Compartir esta noticia
 20110211 600x416

Ximena Aleman y Mariángel Solomita

E ran otros tiempos. En 2001, uno de cada 20 uruguayos fue al cine a ver En la puta vida, la película nacional más vista del año. En 2010, la película uruguaya con más espectadores fue Miss Tacuarembó (que, como muchas, no es totalmente uruguaya) pero solo atrajo a uno de cada 100 uruguayos.

Nunca más una película uruguaya convocó los 150 mil espectadores que consiguió En la puta vida, la película de Beatriz Flores Silva sobre prostitutas uruguayas en Europa. Y eso que hay cada vez más estrenos locales. Pero lo que no aumenta es el número de espectadores del cine nacional. Nunca más una película uruguaya fue más vista que las películas extranjeras.

Antes de 2001 se hablaba de películas uruguayas, desde hace 10 años (desde que 25 Watts fundó una nueva estética y ética de producción) se habla de "cine nacional". Ahora le toca acercar espectadores pero lo hace con suspicacias internas sobre el apoyo oficial, problemas de financiamiento y un público que aún mira algunas de sus películas con recelo, cuando no con displicencia. El Estado quiere intervenir en eso.

Mientras tanto, lejos de subsidios oficiales, el cine uruguayo cada vez da más trabajo y genera una imagen nacional en el exterior.

La vida útil. Hasta la década de 1970, hacer películas en Uruguay era, como poco, muy difícil. Coincidiendo con la apertura democrática llegó el video, lo que abarató costos y permitió que se desarrollaron las primeras productoras.

Desde entonces, la publicidad es la actividad más redituable, un mercado que en los últimos años creció gracias a la llegada de producciones internacionales. Allí fueron a buscar trabajo las productoras tras las crisis de 2002. Eso trajo ganancias y permitió la formación de técnicos familiarizados con las nuevas tecnologías y más seguros para aventurarse en la producción de películas.

Se abrieron otros espacios. En los últimos seis años la formación universitaria audiovisual fue ganando peso: cada vez más jóvenes quieren hacer cine. Por año se inscriben 100 estudiantes en la Escuela de Cine de Cinemateca Uruguaya. Cuando se fundó, en 1995, eran solo 30. Hoy las tres principales universidades privadas tienen una opción audiovisual.

La mayor parte de los egresados van directo a la publicidad, al menos por ahora: cada vez son más las productoras dedicadas específicamente a la producción cinematográfica.

Así, el cuello de botella ya no está en las condiciones ni en las posibilidades de producción. Está en la distribución y exhibición. El cine nacional necesita más ojos que lo vean.

La cáscara. Premios en festivales como Cannes, Berlín, San Sebastián, Rotterdam, Buenos Aires, La Habana, Los Ángeles y Gramado. Las realizaciones locales son sistemáticamente reconocidas en los principales festivales internacionales. Gigante ganó un Oso de Oro en Berlín; Corazón de fuego ganó un Goya, el principal premio de la industria española; Pablo Stoll intenta terminar su nueva película, Tres, para poderla sumar a la grilla del festival de Berlín.

A dos años de aplicada la Ley de cine, el Instituto del Cine y del Audiovisual (ICAU) destina el 6% de su presupuesto a fomentar el posicionamiento mundial de las producciones locales. En 2010 cerca de 100 proyectos viajaron al exterior a exhibirse, concursar o buscar financiamiento.

Miss Tacuarembó fue la película uruguaya más vista del año pasado. Según su productora, María Zanocchi, si se mantiene el buen ritmo en las ventas internacionales podría haber ganancias. Costó un millón de dólares. Aspiraba a llegar a 50 mil espectadores en Uruguay; tuvo 30.500. Es un axioma que las películas no se financian con el mercado local. Por eso todas las realizaciones recurren al ICAU.

El 21% de la población vio una película nacional en salas de cine, según estadísticas del Informe Nacional sobre Consumo y Comportamiento Cultural elaborado por la Universidad de la República. Los datos del ICAU muestran que en los últimos tres años el número anual de espectadores de cine nacional se ha mantenido por debajo de los 100 mil. Sin embargo, el apoyo hacia el cine persiste y crece. En 2009 el mismo informe reveló que solo el 1,5% de los uruguayos sugiere disminuir el presupuesto destinado al cine, el 44% opina que debe aumentarse y el 40% que se debe mantener.

El ICAU tiene un presupuesto de un millón de dólares anuales. Con él se autogestiona, financia programas de formación de público (FAN), de circulación de contenidos (CCA) y de preservación de patrimonio. Además otorga fondos concursables de realización cinematográfica y de televisión, y apoyos no concursables para posicionamiento internacional, lanzamiento y promoción de películas, festivales y muestras. En 2008 se presentaron 201 proyectos, y se gastó en ellos más de 18 millones y medio de pesos de las arcas del Estado. A la convocatoria concursable 2009-2010 se inscribieron 272 proyectos y se gastó poco más de 17 millones. Según Martín Papich, director del ICAU, esa cifra debe incrementarse.

JOYA. Pero el Instituto no quiere estimular una relación paternalista, algo que podría ayudar a evitar la llamada Ley de mecenazgo que implica un cambio de mentalidad. Este mecanismo permite que empresas privadas aporten fondos a las producciones culturales a cambio de deducciones fiscales, que pueden superar el 80% del aporte.

"¿Querés un fracaso? Un fracaso es la Ley de mecenazgo. No prevé cómo llevarla adelante y exige tanto papeleo que desalienta a los beneficiarios. Yo creo que la ley no ha sido útil al sector", dice Ronald Melzer, productor, distribuidor, exhibidor y crítico. "Los tiempos de producción del sector son largos y no están acompasados con el presupuesto anual de las empresas", opina por su parte Mariana Secco, presidenta de la Asociación de Productores (Asoprod).

"Los presupuestos del cine son altos, por eso no logra completarse la financiación", explica Claudia Mera, encargada de Fondos de Incentivo del Ministerio de Educación y Cultura, "pero también es una complicación que el sector esté acostumbrado a fondos directos (porque) tal vez le resulte complicado gestionar el apoyo de privados". Quizás por eso el audiovisual es el único sector que plantea como inoperante la ley. "Se han financiado proyectos de letras y giras de teatro en el interior, que se han podido ubicar en la dinámica de los fondos y operar bien cuando tienen mucho menos visibilidad que una película", dice Mera.

En 2009 se postularon 30 proyectos cinematográficos. Se seleccionaron seis. En 2010 solo dos productores presentaron propuestas. Según Papich, "si este mecanismo se hace más utilizable puede llegar a hacer la diferencia en un buen número de proyectos. Es un nuevo desafío para la gestión cultural, hay que seguir mejorando la capacidad de gestión de las producciones ejecutivas".

EL CÍRCULO. El 49% de los uruguayos hace años que no va al cine, en un país donde se venden cerca de 2,3 millones de entradas por año. En 2010 se estrenaron 220 películas, 10 eran uruguayas: todas compitieron por un sitio favorable en el calendario, aunque no todas con la misma ventaja.

Hay dos tipos de distribución de películas en el mundo. Las majors -es decir, las que vienen de Hollywood- son entre 70 y 80 películas que dominan el 80% del mercado. Todas las demás -las europeas, el cine estadounidense independiente, el asiático y el latinoamericano- compiten por el resto. Solo en India, Corea del Sur y Francia el consumo de cine nacional compite de igual a igual.

"Una de las armas más importantes de las empresas norteamericanas es su capacidad de distribución, que es global. Los espacios publicitarios son gratuitos porque son noticia. No hay película que rinda a nivel de público lo que los productores de Harry Potter tendrían que haber pagado por esos espacios. En Uruguay tendrías que haber gastado 200 mil dólares o más", afirma Melzer.

En 2010 el Banco República en convenio con el ICAU destinó esa cifra a un fondo para financiar la promoción y el lanzamiento de las producciones nacionales: se repartió entre ocho estrenos del año.

La promoción de las películas es fundamental, y en Hollywood lo saben: el 50% del presupuesto de las majors se destina a la campaña de lanzamiento. Cuando la distribuidora mexicana Claudia Rivera dictó en Montevideo el taller "Producir para distribuir", recomendó a los productores nacionales promocionar la película desde su inicio, de modo de generar un mayor compromiso por parte del público y una mayor asistencia a salas. A comienzos de 2010 los productores de Miss Tacuarembó hicieron un llamado abierto a un casting on line aprovechando la popularidad de Natalia Oreiro para la difusión. El ICAU aportó al proyecto 10 mil dólares para su lanzamiento y promoción, el importe más alto que ha otorgado, y recibió siete mil dólares adicionales por superar los 25 mil espectadores.

Mal día para pescar. "Las películas nacionales tratan de no chocar con los tanques de Hollywood, pero de a poco se han ido ganando su lugar. Es parte del proceso de crecimiento del cine. Cada vez hay más películas, cada vez hay más espacio. Estos últimos años hubo algo raro en la taquilla. Quizás muchas expectativas estaban puestas y no en todos los casos se cumplieron", dice Francisco Armas, director ejecutivo de Moviecenter.

En Uruguay se da la particularidad de que una parte de los distribuidores son dueños de las mayoría de las salas. Esto puede generar un conflicto de intereses: distribuir no da ganancias, exhibir sí. Las películas más taquilleras son estadounidenses y a esto se suma que los films suelen comprarse "en paquete". Un "tanque" puede venir acompañado de una película menor, y entre las dos desplazar a una uruguaya.

"Mundialito llevó tres mil personas en la primera semana. Un gran número", comenta Andrés Varela, productor de Coral Films. "La segunda semana cayó con una oferta de salas que es muy menor. Se retiraron los carteles y la sacaron del horario central. En Cine Ejido dejaron a Todo un parto, que estuvo con cifras menores. No hay proteccionismo por parte del Estado que permita que las producciones nacionales se desarrollen como debe ser".

El comportamiento de las películas uruguayas, a diferencia de las películas importadas, no es explosivo. El boca a boca es fundamental y se traduce en una asistencia a salas menor pero homogénea a lo largo de varias semanas. Por eso la permanencia en cartel es importante, algo que en nuestro país no está regulado.

"También hay malos ejemplos de exhibición de cine nacional, y me he encargado de hablar con otros exhibidores para evitar fomentar medidas legislativas, que no está bueno", comenta Armas, de Moviecenter. "Hay que tratarlo bien. Creo que a nivel de cine estamos lejos de implementar una cuota pantalla: preferimos las negociaciones. Mientras se pueda evitar una letra fría, es mejor".

Ruido. En 2010 el Fondo de Lanzamiento y Promoción pasó a ser financiado por el BROU. Las películas reciben como máximo 15 mil dólares. A cambio el banco exige colocar una placa de publicidad, exclusividad en el rubro y funciones privadas. Ninguna película recibió el monto máximo.

"La empresa BROU está comprando placas de cine por dinero que no es el real", explican Varela y Sebastián Bednarik, director de Mundialito. "Nunca hubiéramos vendido la placa por menos de 15 mil dólares. En La Matiné y en Cachila le vendimos por esa cifra a Ancel, Western Union y Petrobras. Con este fondo hasta nos vimos perjudicados". Recibió cinco mil dólares.

Pero el problema no está solo en las cifras, sino también en la instrumentación: "Al ICAU, en tanto instituto representante de la sociedad civil, le puede interesar apoyar películas que pueden no tener gran apoyo del público por su calidad, por cómo ayudan a su carrera internacional", opina Melzer. "Al BROU no tienen por qué interesarle. Como están dados los papeles no está claro qué espíritu predomina".

"Este mecanismo pretende estimular aquellas películas que generen justamente un mejor vínculo con el público". Para Papich el número de espectadores es importante: "Las políticas públicas deben apuntar al ciudadano, por lo tanto el mejor escenario para el desarrollo de la actividad audiovisual en Uruguay es pensar en un destinatario". En 2010 hubo 10 estrenos. Para 2011 se espera la misma cantidad.

"¿Cómo hacemos para que el fomento de toda esta comunidad sea efectiva?", se pregunta Papich. Y se responde: "De ahí que pueda surgir la eventualidad de tener un criterio en relación al número de estrenos, que dista mucho de limitar el financiamiento de la actividad".

Hiroshima y La vida útil son las películas de mayor prestigio del año pasado. Y fueron las menos vistas. De limitarse los estrenos, ¿qué tipo de películas serían las afectadas? Los realizadores están preocupados: Papich propuso una reunión con el sector para la segunda mitad del año para buscar colectivamente una visión a futuro "que tiene que ver con una preocupación central, que es el vínculo con el público". Los realizadores están más preocupados.

La noción de lo que es un éxito o un fracaso cambia con el tiempo. En 2002 se estrenó Corazón de fuego. En plena crisis y en un año mundialista llevó 35 mil espectadores y se consideró un fracaso. Hoy sería un éxito. ¿Cuándo una película es un fracaso de espectadores? "El éxito está dado por la relación entre las expectativas del productor y lo que pasa en la realidad. El fracaso se puede deber a la combinación de expectativas mal calculadas y que el público respondió distinto, opinó Melzer.

Para Varela "el bajo número de espectadores no es un problema del Estado, sí lo es de los productores, de los distribuidores, de los exhibidores, de todos: de la sociedad". u

Tele. La mitad de los uruguayos vio cine nacional por TV. La emisión se paga entre 1.500 y 2 mil dólares.

5 momentos en 10 años de cine

La familia y los amigos, esa era la audiencia que esperaban Rebella y Stoll. Su mayor expectativa: que 25 Watts se proyectara en una sala de cine. Llevó más de 40 mil espectadores. Refundó la manera de hacer cine en Uruguay. Tenían 26 años. Basada en la investigación periodística de María Urruzola, Beatriz Flores Silva filma En la puta vida. Por primera vez se logra la ecuación deseada: calidad + público. Fueron 150 mil espectadores.

2001

En plena crisis financiera, Mario Handler muestra la vida de cuatro jóvenes marginales. Polémico y taquillero, es el documental más visto hasta hoy (más de 41 mil espectadores). Con Aparte Handler abre el camino de un género que sigue cobrando fuerza. De los 44 proyectos de largometrajes preseleccionados para concursar por el Fondo de Fomento de 2009-2010, 20 eran documentales.

2003

n En 1994 por primera vez una película uruguaya se exhibe en una festival clase A. El dirigible no fue premiada en Cannes. Diez años después, Whisky sí. Rebella y Stoll se convierten en una marca: sus películas se consideran las mejores del cine nacional. El mundo pone los ojos en el cine uruguayo y ya no los saca. 2005 es el año récord de inscripciones en la Escuela de Cine. Setenta alumnos quedan fuera del cupo.

2004

n El baño del Papa fue el último gran éxito de taquilla: 68 mil espectadores. César Charlone, que había recibido dos nominaciones al Oscar, debuta así en la dirección junto con Enrique Fernández. Premiada en varios festivales, se filma en Tacuarembó, con pocos actores profesionales. Es la consagración de César Troncoso, que es convocado para trabajar en películas argentinas y brasileñas.

2007

n Se aprueba y entra en funcionamiento la Ley de cine. Se crea el ICAU y se convoca al primer Fondo de Fomento. Los beneficiados estrenan sus películas este año. En 2008 Efecto Cine realiza su primera gira nacional. El cine itinerante se instala como una forma de exhibición. Además, es gratuito. La pantalla va en busca de la gente. Lleva 250 mil espectadores por año.

2008

Otras formas

Martín Papich. Hiroshima y La vida útil fueron las películas nacionales más elogiadas del año pasado.

"La producción es cada vez más accesible, el problema es cómo hacemos que las películas se vean", afirma Melzer. Las plataformas como Efectocine y Autocine agregan más de 300 mil espectadores al año. El catálogo se focaliza en el cine nacional. La Matinée, primera película que tuvo esta dinámica de distribución y exhibición, llevó mil espectadores en cine, 3.800 en una proyección en el teatro de Verano, y 50 mil en un gira en los 19 departamentos, tablados nacionales y colonias de uruguayos.

¿las 10 más vistas?

1. En la puta vida: 150 mil espectadores.

2. El viñedo: 70 mil.

3. El Baño del Papa: 68.409.

4. El viaje hacia el mar : 56.351.

5. Whisky: 55.880.

6. Aparte: 41.357.

7. 25 Watts: 41.066.

8. Corazón de Fuego: 35 mil.

9. Hit: 31.704.

10. Miss Tacuarembó: 30.508.

El Centro Cinematográfico del Uruguay no tiene números previos al 2003.

El ICAU maneja cifras, pero no tiene certezas. La memoria de los distribuidores y exhibidores a veces falla. Tanto que en 2001 el margen de error es de 30 mil espectadores. El único registro de esas cifras lo llevó el periodista, crítico y escritor Osvaldo Saratsola, quien puso un archivo on line con algunos números sobre asistencia entre 1929 y 2003.

Lo que se viene en 2011

n El año de cine se inicia con Reus, un policial de Pablo Fernández, Alejandro Pi y Eduardo Piñeiro. La película que promete récord de público es La redota, un drama basado en el éxodo oriental dirigido por César Charlone. En julio compartirán cartel dos animaciones: Sekirk (Walter Tournier) y Anina (Alfredo Soderguit). Pablo Stoll vuelve a la pantalla grande con Tres: una comedia familiar. Se proyectarán Flacas vacas, de Santiago Svirsky, La culpa del cordero, de Gabriel Drak, Vida a bordo de Emiliano Mazza, El destello, de Gabriel Solozi, La demora de Rodrigo Plá y Rambleras, de Daniela Speranza. La temporada de estrenos prevé varios documentales: La flores de mi alma de Juan Ignacio Fernández, El voto que el alma pronuncia, de Mario Handler, Manual para ser un macho alfa, de Guillermo Kloetzer, El almanaque, de José Pedro Charlo, El casamiento, de Aldo Garay y El cultivo de la flor invisible, de Juan Álvarez.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad