Fotorreportaje

Nicholas D. Kristof, The New York Times

Les presento a las personas desechables de Darfur, herederas de los armenios, judíos, camboyanos, ruandeses y bosnios desechables de genocidios pasados. Miren cuidadosamente ya que cientos de miles de personas como estas ya han sido asesinadas en Darfur, en el occidente de Sudán, y la vida de dos millones más están en nuestras manos.

En mi quinto viaje a Darfur metí de contrabando 20 cámaras desechables para distribuir entre estas personas desechables. Aun cuando tomar fotos sin permiso es ilegal en Sudán, dos grupos de socorristas aceptaron distribuirlas, enseñar a los supervivientes del genocidio a usarlas, y después enviarme las fotografías (por su seguridad, no nombro a esos grupos).

Muchas de las fotos no sirven ya que la mayoría de quienes las tomaron nunca antes habían tenido una cámara en sus manos. Muchos de ellos vivieron hasta hace poco en chozas de adobe, y su primer contacto directo con el mundo moderno se produjo cuando aviones militares sudaneses bombardearon sus aldeas.

Las fotografías se tomaron en campos improvisados cerca de la ciudad de Zalingei, donde los supervivientes han vivido desde que huyeron de sus chozas. Haberlas tomado en forma más pública podría haber ocasionado detenciones o golpizas. Estas escenas reflejan la banalidad de la espera: se parecen algo a las del gueto de Varsovia en los años 40.

En una foto, aparecen Assim de 5 años, Asiel de 3 y Salma de casi 2; Assim dice que extraña los árboles de su aldea, a los que solía treparse, ya que en los campamentos han cortado todos los árboles para tener leña para cocinar. En otra, está Adán en su "sastrería". Aisha y Fátima están preparando su "estufa". Y en otra, aparece Halima, una viuda de 27 años cuyo esposo y hermano fueron asesinados cuando la milicia janjaweed respaldada por el gobierno atacó su aldea. Un grupo de socorristas ayuda a Halima y otras mujeres a hacer galletas y queso para vender en los mercados locales, para que no tengan que arriesgarse a ser violadas por las janjaweed.

De acuerdo, gente así muere todo el tiempo en África por el paludismo o el sida. Y es cierto que quizás sea tan desgarrador para un padre perder un hijo por el paludismo que por un machete. Sin embargo, cuando un gobierno mata deliberadamente debido a la tribu o el color de piel es una afrenta especial a los lazos de humanidad y crea la obligación de responder. Nada llega más a la esencia común de la humanidad que el genocidio, y la única forma de afirmar nuestra propia humanidad es enfrentarlo con resolución.

El presidente estadounidense George Bush está haciendo más por Darfur que la mayoría de los líderes mundiales, pero eso no quiere decir mucho. Los franceses han sido particularmente poco serviciales, en tanto que otros europeos (incluido Tony Blair) parecen preguntarse si vale la pena el gasto de salvar del genocidio a las personas. Los países musulmanes se han callado respecto a la matanza en Darfur, mientras China hace el ridículo protegiendo a Sudán en la ONU y subvencionando el genocidio por medio del comercio. No obstante, incluso Bush sólo está dando pasitos.

Algunos pasos grandes que Bush podría dar: establecer una zona en la que estén prohibidos los vuelos para detener los ataques aéreos contra civiles en Darfur; hacer lobby entre los líderes árabes para que participen; pedirle al presidente chino Hu Jintao que deje de proteger a Sudán; invitar a los refugiados a la Casa Blanca; asistir a la próxima conferencia de donantes; visitar Darfur o los campamentos para refugiados en el vecino Chad; presionar a Francia y otros aliados para que la OTAN proporcione una fuerza puente mientras llegan las tropas de la ONU; ofrecer apoyar a la fuerza de la ONU con un puente aéreo militar estadounidense y apoyo logístico (aunque no tropas de tierra, porque ayudaría a la línea dura sudanesa permitiéndoles decir que Estados Unidos inicia una nueva invasión contra el mundo árabe).

Ya que Bush ha dicho poco sobre Darfur, el liderazgo al respecto ha provenido de Eslovenia. El presidente esloveno Janez Drnovsek es uno de los pocos líderes que están intentando detener el genocidio. "Se preguntará: ¿por qué Eslovenia?", me dijo Drnovsek. "Yo podría preguntar: ¿por qué no Eslovenia?".

Drnovsek vino recientemente a Estados Unidos para hablar sobre Darfur con Kofi Annan, Bill Clinton y funcionarios chinos. Sin embargo, dice que Bush rechazó verlo; si Bush fuera más serio sobre Darfur, estaría aclamando el liderazgo esloveno y emulándolo.

Bush habló conmovedoramente en el funeral de Coretta Scott King. Espero que vea estas fotos y cavile sobre una observación hecha por el reverendo Martin Luther King: "La inhumanidad del hombre hacia el hombre no sólo es perpetrada por las acciones virulentas de quienes son malos, también es perpetrada por la nociva falta de acción de quienes son buenos". ©

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