Del odio al amor

Con sus viejos detractores hoy en el gobierno, la reforma de Germán Rama forma parte de los proyectos oficiales para atender la crisis educativa. Los que hace 15 años la vapuleaban, ahora aplican muchas de sus ideas.

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Eloísa Capurro

Óscar Gómez todavía se acuerda dónde estaba cuando se instaló la reforma de Germán Rama, en 1996. En una de las tantas marchas que se encabezaron hacia el Codicen, centro de disputa por ese entonces, él llevaba a su hijo en hombros. Iban los dos cantando "Rama, Rama, Rama, vos no sos Varela, con tu reforma se hunde la escuela". Era una de las consignas populares entre la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM), sindicato en el que militaba Gómez. Hoy es el director general de Primaria.

Pasaron 15 años desde aquellos cambios a escuelas de tiempo completo, enseñanza por áreas en los liceos y bandejas de comida. Varias de esas políticas sobrevivieron a la reforma de su creador, otras se volvieron a implementar y hay algunas que esperan ser aprobadas en la Rendición de Cuentas.

Este año, el representante del Partido Nacional en el Codicen, Daniel Corbo, denunció una "caza de brujas" de parte de la Federación Nacional de Profesores de Secundaria (Fenapes) cuando le vetó varios nombres de una lista de potenciales miembros para un órgano consultivo. Allí estaban Ricardo Vilaró, José Rilla y Ricardo Opertti, ex miembros del Codicen de Rama. "Hay un prejuicio de que las personas que participaron de esa reforma no deberían ser admitidas. Era como una suerte de caza de brujas", dice Corbo.

El año pasado el sindicato de la Universidad del Trabajo rechazó el nombre de Martín Pasturino (ex consejero de Secundaria) como consejero del organismo. Pasturino trabajó en la UTU durante la administración Rama.

"De traidores no guardamos datos", dijeron a este suplemento desde Fenapes, al preguntar por Vilaró, ex integrante del gremio, desafiliado después de que decidiera integrarse al Codicen y participar de la reforma. El sindicato, igual, sostiene que fue por otras "inconductas". De todos modos, pasaron 15 años y sigue siendo un "traidor".

Pero algunas opiniones sí comienzan a cambiar. En marzo de este año el presidente José Mujica dijo, en su audición radial, que la extensión de la enseñanza a tres y cuatro años (una de las medidas de la reforma que se retomó durante la administración de Tabaré Vázquez) fue una "excelente medida de carácter progresista". Si no se hizo más, dijo, fue por el "carácter agrio de Rama, que se peleaba con todo el mundo".

TIEMPOS VIOLENTOS. Germán Rama llegó a la dirección del Codicen (donde estuvo desde 1995 hasta 2000) con el voto unánime de todos los partidos políticos. Venía precedido de prestigiosos trabajos en la CIDE (la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico, que también supo ver crecer a figuras como Danilo Astori, Alberto Couriel o Enrique Iglesias) y de una serie de evaluaciones de la educación uruguaya hechas para la Cepal a principios de la década de 1990. Nada hacía prever que su gobierno terminara siendo uno de los más combatidos por los sindicatos de la enseñanza.

El actual consejero de Primaria, Héctor Florit, fue uno de los primeros que escuchó en qué consistiría la reforma; fue en el living de la casa de Rama. "Allí hizo una larga exposición muy fundamentada de lo que serían las políticas", dice. "Había elementos que habían sido demandados por Magisterio desde hacía muchos años y no generaron rechazo. Más que en aquella reunión, fue a lo largo del período donde hubo dificultades para negociar".

Es que las coincidencias que pudieran haber habido al inicio, se fueron esfumado con el tiempo. En agosto de 1996 comenzó una ola de protestas estudiantiles que terminó con la ocupación de 20 liceos. Hubo marchas. Hubo fuertes declaraciones a la prensa. Fenapes y la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria (Ades) presentaron acciones de amparo ante la Justicia. El Codicen sacó un remitido público criticando declaraciones de Florit. Eran tiempos difíciles.

Carmen Tornaría, ex integrante del Codicen, recuerda toda esa división. "Hicimos un seguimiento importante, encargado a empresas independientes de consulta", dice. Cuando se les preguntaba a los uruguayos si estaban de acuerdo con la creación de escuelas de tiempo completo, el inicio más temprano de los niños en la educación y la instalación de profesores que estén más horas en una misma institución, contestaban "Sí". "Mayoritariamente, en un 80% o 90%. Pero les preguntaban si estaban de acuerdo con la reforma educativa de Rama y había un 30% que estaba en desacuerdo", dice.

Algo parecido le sucedía cuando la llamaban de los liceos ocupados para participar de asambleas. "Nunca recibí un insulto", dice Tornaría. "Pero encontraba desinformación, esas ganas de pelear sin saber mucho por qué y bastante manipulación por parte de algunos adultos que estaban detrás".

Para que Tornaría integrara el Codicen, Rama habló antes con el general Líber Seregni. Ella, votante del Frente Amplio, fue parte del grupo interpartidario que condujo al Codicen esos años turbulentos.

Dicen que las reuniones se iban hasta la madrugada. Y que los despachos estaban todos interconectados, de manera que el trabajo en equipo fluyera. "Rama se sentaba un rato con un grupo y daba línea y orientaba el trabajo. Ahí se trabajaba en distintas temáticas", dice Robert Silva, ex secretario general del Codicen.

Silva fue a uno de los que le tocó desocupar liceos. En una oportunidad se presentó en el Bauzá, junto con su ya por entonces directora, Graciela Bianchi. "Los estudiantes nos dijeron que tenían que hacer una asamblea. La directora se abalanzó sobre mí, abrió la puerta y les dijo: `Acá yo soy la directora y vengo a recuperar mi liceo`. Quedamos enfrentados entre los estudiantes y la Policía. Fue un momento de tensión extrema". Al final los estudiantes resolvieron desocupar. Y no pasó nada.

Pero todo parecía ser culpa de Rama. El dirigente de Fenapes, Seni Pedretti, era director del liceo 39 de Piedras Blancas (donde predominaban las familias de soldados) esos años. Tras una pelea entre un par de chicas, debió aplicar una sanción. La madre de una de ellas fue a reclamar. "Era esposa de un soldado u oficial", dice Pedretti. "Y me dijo que no me preocupara, que ella entendía. Me dijo: `¿Sabe cuál es el fondo del problema? Creo que lo sabemos todos, es este señor Rama`".

Es que Rama parece tener una de esas personalidades que se aman o se odian. Los entonces representantes de los sindicatos todavía hablan de su "temple autocrático" y de su personalidad "conflictiva". Todos calificativos que el propio Rama rechaza (ver entrevista en páginas 7 y 8). Dicen que fue él quien polarizó la discusión, que no había espacio para negociar y critican varias de sus salidas a la prensa. "Hasta se peleó con la Federación Rural", recordaron varios para este informe.

Los que trabajaron con él dicen, más bien, todo lo contrario. Hablan de su "empeño personal", de que fue un "motor de transformaciones" y que "lo mata" perder el tiempo. Tornaría hasta lo llegó a comparar con José Pedro Varela. "Eran unos obsesionados con que el desarrollo del país necesitaba un sistema educativo público, laico y gratuito", dice ella. Varios de sus allegados todavía hoy lo contactan, al menos vía mail o por teléfono.

Pero al final esa polarización, fomentada por el carácter de Rama, tiñó todo el debate sobre los cambios que él proponía. Así lo señala Adriana Marrero, doctora en Sociología. Ella, además de varios libros sobre la educación, publicó en 2006 junto a Alejandra Toledo el estudio "A diez años de la reforma educativa uruguaya" que se presentó en un congreso en Puerto Rico. "Se debatían medidas concretas, por ejemplo si las bandejas llegaban frías. Y por otro lado había poco debate, o uno muy falso, sobre las orientaciones de la reforma".

Un debate que le tocó vivenciar. Como docente del área Ciencias de la Educación de la Facultad de Humanidades de la Udelar, tuvo que aclarar varias veces que no había trabajado para la reforma. Todo porque no decía estar en contra. "Era un gobierno democrático y la enseñanza era gobernada por una persona con antecedentes sobrados en la materia. Era una situación muy rara".

Pero las cosas se mantienen raras todavía hoy, cuando algunos de los máximos críticos de aquella reforma han alcanzado cargos dentro de la educación. Carlos Barceló, actual consejero de Secundaria, era una de las principales voces críticas de Fenapes. Para esta nota, prefirió no hablar, aunque más no fuera para dar una visión retrospectiva de todo lo que aquella discusión significó. "Se mezclan los roles", se excusó. Hablar de la reforma, sigue siendo hoy un tema delicado.

aún vigente. Más allá de las críticas que en su momento haya tenido, lo cierto es que la reforma de Rama sigue vigente hoy. La administración de Tabaré Vázquez continuó la creación de escuelas de tiempo completo, una política que también impulsa el gobierno actual (en esta administración se inauguró, de hecho, el primer liceo de tiempo completo). La educación es obligatoria a partir de los cuatro años desde 2009. Los Centros Regionales de Profesores (Cerp) siguen funcionando, aunque su plan se cambió en 2008.

Y, si bien el Plan 96 que abarcó a varios liceos de Montevideo se discontinuó en 2005, en esta Rendición de Cuentas se espera impulsar la creación de cargos para que los profesores sean de una sola institución (algo que también pretendía el Plan 96). Incluso el sistema de alimentación por bandejas se mantiene, abarcando al 11% de los alumnos de Primaria. Aunque, dicen las autoridades, es porque allí fueron desmantelados los comedores.

Algunos comienzan, a partir de esto, a hacer una revalorización de la reforma. Corbo estaba en la Cámara de Diputados durante aquellos años. Era uno de los legisladores a los que Tornaría y otros ex consejeros del Codicen rendían cuentas. Hoy señala que aquellos cambios, tuvieron cosas buenas y otras no tanto. "Fue una reforma compleja. Lo más rescatable es el impulso que se le dio a la educación inicial y la creación de los Cerp".

Igual así consideró que lo de Rama no fue una "gran reforma". "Tocó algunos aspectos importantes pero no la matriz del sistema educativo". Él hoy es uno de los que impulsan la permanencia de los docentes en los centros educativos, para frenar aquello de los "profesores-taxi".

Otros se mantienen críticos. Gómez se niega a hablar de la reforma de Germán Rama. "Yo no creo que él fuera el ideólogo, el origen de esta reforma estaba bastante más lejos de nuestra frontera. Basta con ver quiénes son los que financiaron la primera parte de los cambios".

En Primaria se aceptan hoy préstamos del BID y otros organismos internacionales para construir escuelas, entre ellas de tiempo completo. "Una cosa es que el banco me preste plata para que yo haga lo que quiera y otra que me ponga condiciones. Si en mi administración existen préstamos internacionales, los aplicaremos con soberanía nacional", dice.

El sindicalista Pedretti, por su parte, asegura que Rama no impulsó las escuelas de tiempo completo, a pesar de que se crearon varias en esos años. "Fue un tema que anduvo", dice. Y agrega:

-Hoy tengo un nieto que estudia Historia en la escuela con un nivel que posiblemente no se enseñase en Ciencias Sociales de los liceos del Plan 96.

-Pero hay estudios que señalan que ese plan bajó la deserción y repetición.

- Una cosa no quita a la otra. Los chiquilines del Plan 96 estaban unidos al fracaso. Les faltaba conocimiento. Lo que se daba en una asignatura, en los otros programas se daba en tres.

- ¿Pero hay estudios que digan que los chicos del Plan 96 salían con menos conocimientos que los de otros liceos?

- Si hay estudios, los hay oficiales. Nosotros no nos dedicamos a los estudios porque lo vivíamos como docentes. Cotejábamos esa situación y no necesitábamos hacer estudios.

En lo que sí parecen estar todos de acuerdo es que hoy la educación tiene los mismos problemas -masividad, repetición, deserción- que tenía en 1995. O lo que es peor, la gran mayoría de los entrevistados aceptó que la situación hoy es peor de lo que era en aquella época.

En lo que todavía parece no haber coincidencia es qué se hace entonces. Algunas de las actuales autoridades consideran que la época de grandes reformas terminó. Gómez, por ejemplo, dice apostar a los procesos. "Hay algunos apurados que golpean sus escritorios señalando que quieren resultados urgentes en educación. Pero tenemos que ir mirando a largo aliento", dice. Florit, otro que apuesta a los procesos permanentes de transformación, dice que se están haciendo "reformas muy importantes".

Otros piensan que se podría volver a aplicar la reforma de Rama. "Si hubiera que levantarse y hacer de nuevo las cosas", dice Silva, hoy asesor del sector de Pedro Bordaberry, "un altísimo porcentaje se volvería a hacer y serían aplaudidas calurosamente".

Pasaron 15 años desde la última gran discusión sobre educación del país. Aquella dividió aguas; hoy hay consenso por lo menos en que la situación es grave. Pero seguimos sin saber cómo salir.

La reforma de germán rama

Educación inicial

La reforma establecía la necesidad de incorporar al sistema educativo a los niños de 4 y 5 años, de manera de mejorar los procesos de socialización y aumentar los niveles de aprendizaje. Según los jerarcas de la época, se construyeron 1.200 aulas con este fin. En 1998 se sancionó la ley que hizo obligatoria la educación a partir de los 5 años. Los sindicatos cuestionaron, sin embargo, que esto conllevó a un importante crecimiento de la matrícula en Primaria y que no se habían creado los suficientes cargos de maestros.

De todas formas esta fue una de las medidas que se continuó en la primera administración del Frente Amplio, a cargo de Tabaré Vázquez. A partir de 2009 comenzó a ser obligatoria la educación desde los 4 años. Según datos de 2009 del Ministerio de Educación y Cultura, hoy el 86,6% de los niños de 4 años asiste a un establecimiento educativo. Para los niños de 5 años el porcentaje trepa al 97,3%.

Tiempo completo

Aunque ni el propio Rama dice que esto fue un invento suyo, en su administración se impulsó la creación de escuelas de tiempo completo (una iniciativa que venía de anteriores gobiernos del Codicen). Para 1999, según datos del BID, había 15 escuelas de tiempo completo en Montevideo y 49 del interior, donde los niños no estaban las tradicionales cuatro horas, sino que permanecían siete horas y media. Se agregaron clases de educación física, idiomas y educación plástica entre otros. Se calculaba que para el fin del período el 20% de las escuelas tendría esta modalidad; pero para 1999 el porcentaje era del 4%. Los profesores reclamaban más materiales para llevar adelante las clases. Igual hoy sigue el impulso a las escuelas de tiempo completo. En agosto del año pasado la Anep anunció que en estos cinco años se harían 135 escuelas de tiempo completo, lo que se llevaría un presupuesto de 135 millones de dólares.

Bandejas y botas

El sistema de alimentación mediante bandejas fue de las medidas más criticadas por los gremios. Rama insistía en que se abarataban los costos y que proporcionaban un mejor nivel de nutrición a los chicos (argumentos que hoy son cuestionados por las actuales autoridades educativas). Se dijo que las bandejas llegaban frías, que la comida estaba en mal estado y que hasta se habían encontrado pedazos de vidrio. Todo lo que las ex autoridades del Codicen niegan (de hecho dicen que los pedazos de vidrio fueron plantados en las bandejas para generar controversia). Lo cierto es que también esta medida se continúa. El 11% de las escuelas alimenta a través de bandejas a sus niños.

El Codicen también entregó 20.000 capas y pares de botas de lluvia a niños en edad escolar. Un estudio de la Udelar, hecho por Adriana Marrero y Alejandra Toledo, dice que la medida resultó "asistencialista" y que muchas se vendían en ferias.

La reforma de germán rama

Plan 1996

El Plan 96 llegó a 219 liceos y 60 escuelas técnicas con Ciclo Básico, de forma paulatina. Intentaba un pasaje más fluido entre una única maestra en la escuela, a 13 profesores en el liceo. Creó un centro donde los estudiantes permanecían cinco horas y media (y no tres horas y 20 minutos como en el Plan 86) y donde los docentes debían permanecer por media jornada (desestimular la proliferación de profesores-taxi, que van cambiando de liceo a liceo).

Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo denominado "El sistema educativo uruguayo: estudio de diagnóstico y propuesta de políticas públicas para el sector", la reforma de Rama constató menor deserción en los alumnos del Plan 1996 (10,4% en primero frente a 14,9% del Plan 86) y mayor capacidad de retención. El estudio del BID señala, además, que si bien aumentaron los niveles de suficiencia en, por ejemplo Matemática, los porcentajes no resultaron significativos.

Tecnológicos

Se crearon bachilleratos de Química Básica e Industrial, Termodinámica, Administración y Servicios, Tecnología Agraria, Electónica y Electromecánica, entre otros. Se fueron abriendo paulatinamente y otorgaban un título de auxiliar técnico que permitía el ingreso al mercado laboral. La matrícula de estos bachilleratos alcanzó a las 1.785 personas en 1998, cifra que trepó a 3.543 en 1999. La socióloga Adriana Marrero recuerda que al abrirse la inscripción a los bachilleratos, la demanda superó ampliamente la oferta. "Se abrieron con bombos y platillos y cuando fueron los gurises a inscribirse los cupos que había eran mucho inferiores a la demanda. Eso generó frustración. Hubo errores de ese tipo", dice.

Igual algunas de estas medidas se continúan. La Universidad de la República ha lanzado, en varias de sus Facultades, tecnicaturas con la intención de que generar una mayor inserción laboral.

Formación docente

La creación de los Centros Regionales de Profesores (Cerp) fue quizás la medida más recordada en cuanto a formación docente que se implementó durante la reforma de Rama. Mediante un plan de estudios de tres años se trasladó al interior del país la formación de docentes que fueron capacitados en áreas para cubrir las necesidades del Plan 96.

"Tenían privilegios de todo tipo", dice el sindicalista Seni Pedretti, de Fenapes. Los sindicatos criticaron entonces el plan de estudios diferencial que los Cerp tenían y su régimen que, según decían, no estaba limitado por 20 horas semanales de efectividad como lo está para los docentes de Montevideo.

Así en 2008 los Cerp cambiaron de plan. "Esto fue un factor negativo", dice el integrante del Codicen Daniel Corbo. "Tuvo un impacto negativo sobre los resultados de los alumnos tanto en formación como en la enorme carga horaria, que está determinando que muchos dejen de estudiar".

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