Homenaje al precursor de la alta costura

Worth, Inventing Haute Couture, en el Petit Palais de París, recorre el legado del hombre que a partir de la segunda mitad del siglo XIX, hizo de su profesión una maquinaria de crear moda, allanando el camino de la capital francesa hacia su destino de meca del diseño.

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Es todo un acontecimiento en París, pese a que son cada vez más impactantes las muestras dedicadas a los grandes del diseño y de la alta costura, en una ciudad que respira el lujo de las grandes marcas desde largo tiempo atrás. Es que se trata de la primera y más importante exposición dedicada nada menos que a quien fuera el gran promotor de todo ese mundo que a tantos ha dado oportunidad de crear, crecer, y fundar sus famosas maisons, verdaderos mundos generadores de deseos y suspiros.

Hablamos de Worth, Inventing Haute Couture, el show de moda que fuera inaugurado en el Petit Palais de la Ciudad Luz el pasado 7 de mayo, en reconocimiento a la trayectoria y el legado de Charles Frederick Worth (Reino Unido, 1825-1895), padre del negocio moderno de la moda, pionero en firmar sus diseños de la misma manera que lo hacían otros artistas dedicados a diferentes campos del arte. Un englishman que dejó su Inglaterra natal para adoptar a París como su segunda casa.

La historia comienza en 1858, cuando apenas instalado en Francia, fundó junto con el sueco, Otto Gustav Bobergh, la Casa Worth & Bobergh. Aquella alianza, financiera más que creativa, duró poco. El brillo y talento de Worth lo consolidaron rápidamente como un nombre propio. Su prominencia en la moda parisina fue tal, que para el año 1870, ya se había separado de su socio y recorría su camino en el diseño y confección de indumentaria que abarcó desde abrigos hasta los ovacionados vestidos de gala.

Desde su maison, ubicada en el número 7 de la rue de la Paix, introdujo poco a poco sus visiones del mundo, y en particular, su manera de concebir el vestuario femenino. Combinó elegancia, lujo y teatralidad, e influenció a generaciones de diseñadores. Creó la figura femenina a imagen y semejanza de un reloj de arena, con la cintura frágil bien ceñida al centro, y exuberante en las curvas de la falda y el corsage.

Su casa alcanzó la fama y él se hizo conocido como el padre de la alta costura. Tal carrera merecía un homenaje. Fue así que el Palais Galliera (Museo de la moda de París) y el Petit Palais (Museo de Bellas Artes de la misma ciudad), unieron esfuerzos para concebir esta muestra dedicada por completo a su labor. La casa Chanel también apoyó la exposición, que entre indumentaria, accesorios, pinturas y artes gráficas, presenta más de 400 piezas. A través de ellas se pasa revista a la historia de la moda desde el Segundo Imperio francés, hasta los locos años 20’ y el período de entre guerras. En el recorrido se destaca también la visión de Worth para establecer las bases del diseño y el marketing en la moda, materia que parece tan contemporánea, y sin embargo, ya tiene más de un siglo de vigencia.

Worth, Inventing Haute Couture no solo resalta la obra de su fundador, sino también pone en valor a ilustres nombres asociados a la firma. A continuación, un repaso por algunas de las historias hilvanadas al amparo de la Casa Worth, la encarnación del refinamiento y el savoir-faire francés.

La exposición

En un recorrido cronológico por la evolución de la maison, queda más que clara la visión de este gran diseñador que en su tiempo se abrió al mundo, y que logró convertir a su marca en una autoridad indiscutible. Las piezas expuestas pertenecen a los museos locales que organizan el evento, pero también las hay en préstamo, cedidas por instituciones internacionales como el Museo de Arte de Filadelfia, el Metropolitan Museum de Nueva York, el Victoria and Albert de Londres, el Palacio Pitti de Florencia, y numerosas colecciones privadas.

La primera parte de la muestra se detiene en los inicios de la firma, desde 1858 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial. Al avanzar por las grandes galerías del museo se conoce cómo alcanzó su éxito inicial y cómo conquistó a su clientela. Las creaciones de Worth eran apreciadas por la realeza y la aristocracia europeas. De hecho, la Casa vistió a la princesa austríaca Hermine von Metternich, a distinguidos miembros de la corte imperial y a la emperatriz Eugenia. También pasaron por sus talleres, la socialité italiana, Franca Florio; la baronesa Lady Curzon, y la emblemática condesa Oriane Greffulhe, musa de Marcel Proust y protagonista de su obra El mundo de Guermantes. Worth les confeccionó a todas ellas vestidos de novia, capas, y trajes de gala, entre otras prendas especiales. Tan celebrados fueron sus modelos, que uno de esos diseños fue incluido en la Exposición Universal de París, en 1900.

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La sección final de la muestra se centra en la época dorada de la maison, a principios del siglo XX. Por aquel entonces, tras la muerte del fundador en 1895, la empresa pasó a ser dirigida por sus hijos, Jean-Philippe y Gaston Worth. Bajo sus directrices, la casa y su fama continuaron creciendo. Resurgieron los estilos del Primer Imperio, la silueta alta y ligera, las líneas simples y sobrias. Las creaciones Worth fueron aplaudidas y promocionadas. La prensa especializada de París, como La Gazette du Bon Ton, contribuyó a la consolidación de su reputación.

En la década de 1920, los hijos de Gastón, Jean-Charles y Jacques, nietos del fundador, tomaron las riendas y la firma entró de lleno en la modernidad. A partir de entonces, cada temporada se presentaban nuevas colecciones donde no faltaba el Azul Worth, el matiz más característico de la casa.

En 1924 la compañía comenzó a diversificarse y lanzó Dans la Nuit, su primera fragancia, creada por Maurice Blanchet, y presentada en frasco de René Lalique, fundador de la famosa marca francesa de cristales. Le siguieron otros perfumes, como Vers le Jour, Sans Adieu. Una colaboración excepcional con Osmothèque, el archivo de aromas más grande del mundo, permite experimentar el aroma renovado de otro de sus perfumes, Je Reviens. Sí, Worth, Inventing Haute Couture, es una experiencia inmersiva. Porque allí no solo se aprecian trajes, obras plásticas y se evocan aromas de antaño, sino que a través de videos y audios realizados por el periodista francés, Loïc Prigent, se conocen detalles de los procesos creativos de varias prendas emblemáticas y otras anécdotas puertas adentro de la firma.

El legado

Con Charles Frederick Worth se abrió una página en la historia de la moda que aún está vigente. Sus ideas abarcan desde las pasarelas al marketing de moda, y su visión en el siglo XIX, aún ilumina la de los diseñadores estrella de nuestros días. Worth adaptó los principios de la fabricación en serie de prendas para crear estilos únicos y personalizados; introdujo el concepto de colecciones de temporada y desfiles de moda; arriesgó y no solo impulsó las ventas de su empresa, sino que conquistó una reputación internacional para su querida París. “El sistema de la moda actual le debe mucho a este astuto modisto, fácilmente retratado por sus contemporáneos como un genio y un tirano a la vez”, se lee en el catálogo, dando pistas de una personalidad con luces y sombras, que humaniza al mito.

Aunque a menudo eclipsados por la figura del patriarca, sus hijos Gaston y Jean-Philippe, así como sus nietos Jean-Charles y Jacques, dejaron también su huella en la industria. “Una de las casas de moda más antiguas, que sin embargo ha logrado no solo adaptarse a los gustos modernos, sino también anticiparlos e inspirarlos, esa es la mejor definición de Worth”, escribió Vogue Francia en un artículo del 1° de abril de 1924.

Worth, Inventing Haute Couture cuenta con la curaduría general de Annick Lemoine, directora del Petit Palais; Miren Arzalluz, directora del Museo Guggenheim de Bilbao y emérita del Palais Galliera. Como asesoras científicas participaron, Sophie Grossiord del Departamento de Moda de la primera mitad del siglo XX del Palais Galliera, y Marine Kisiel, conservadora de Patrimonio del Departamento de Moda del siglo XIX de la misma institución. Desde el Petit Palais ofreció su expertise Raphaële Martin-Pigalle, conservadora jefa de Patrimonio, Departamento de Pintura Moderna (1890-1914).

La exposición finalizó el 7 de setiembre, aunque puede conoccerse más detalles en www.petitpalais.paris.fr

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