En ocasiones, los aniversarios significan más que una nueva vuelta al sol. Hoy, 12 de diciembre, PAULA cumple 33 años; ese punto en el que lo aprendido se convierte en estilo propio y donde la identidad se afirma con solidez. La cifra posee profundo significado espiritual y humanitario, y su poder reside en su resonancia con lo divino y lo colectivo.
El número ha sido considerado a lo largo de la historia como un símbolo de maestría, plenitud y trascendencia, asociado al equilibrio entre experiencia y creatividad. En términos de esoterismo simboliza la iluminación, la sensibilidad, el servicio desinteresado, la visión creativa y el crecimiento; en definitiva, las mismas cualidades y retos intrínsecos que esta publicación supo enfrentar y transitar, logrando desarrollarse y madurar para navegar con éxito los vaivenes de las épocas, las modas y los cambios profundos de una sociedad que se mueve a velocidad de vértigo.
El 33 se considera número maestro, es decir que es el más alto en numerología, y por tanto más potente y raro que el 11 y el 22. Como tal representa la unión del reino físico y el espiritual, y por tanto actúa como canal para la energía divina, vinculándose al camino del servicio. Asociado a una consciencia elevada, representa el despertar de un propósito mayor. Por esta razón se lo relaciona con la compasión y la ayuda a los demás. Asimismo, sugiere un claro papel de guía y liderazgo, llamado a transmitir conocimientos elevados.
Como número cabalístico y religioso se lo asocia con la Santísima Trinidad -dogma central del cristianismo que establece la existencia de un solo Dios, que es a su vez trino: Padre, Hijo, y Espíritu Santo-, con la edad de Jesucristo, que se cree vivió 33 años, y representa la culminación de la fe trinitaria. Para la Cábala significa ”entrada al misterio” y la revelación de los niveles secretos de la creación, ya que se asocia a la palabra hebrea Gal de los Salmos, que representa el fin del sufrimiento.
Por otra parte, la estructura jerárquica del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la francmasonería incluye 33 grados, siendo el último el de Soberano Gran Inspector General.
Si bien no es número primo matemáticamente, el 33 es relevante por ser producto de dos dígitos primos.
No es casual que celebremos nuestro 33º aniversario como un hito particularmente significativo. Tras más de tres décadas de cambios culturales, virajes en la industria editorial y de la moda, así como de reinvenciones constantes, la Revista de EL PAÍS mantiene su voz, su sensibilidad estética y su vigencia, sin por ello dejar de innovar. Hemos sabido adaptarnos sin dejar de ser fieles a nosotros mismos. Como las grandes casas de diseño -esas que sobreviven a las modas pasajeras porque construyen desde la autenticidad, demostramos que la coherencia es la clave para perdurar. Ser contemporáneos sin renunciar a nuestro espíritu; evolucionamos sin perder la mirada propia; dialogamos con el mundo desde un estilo que ya es parte del paisaje cultural local. Hoy convivimos con marroquineros que trabajan a escala de joyería, diseñadoras que exportan prints al mundo, marcas que arriesgan con sustentabilidad sin perder elegancia, y creativos que hacen de la identidad un laboratorio vivo. Lo artesanal dejó de ser nostalgia para convertirse en lujo silencioso. Con la misma mirada descubrimos artistas emergentes y conversamos con consagrados; paseamos por la arquitectura del mundo y valoramos la propia. También seguimos con atención los temas políticos e internacionales que desvelan a los uruguayos; en el ámbito de la ecología, nos proponemos divulgar la labor de científicos locales y extranjeros que intentan dejar huella. La gastronomía, con el advenimiento de los foodies y la profesionalización del sector, es un must de cada mes, y tenemos la mirada puesta en los uruguayos que se destacan por sus méritos, como la nueva camada de jóvenes atletas de élite que aparecen en el podio de ganadores con cada vez mayor frecuencia.
Celebrar 33 años es honrar una historia que sigue viva, inspirando y acompañando a varias generaciones. Requiere constancia y capacidad de mantenernos relevantes en un mundo en constante cambio.
¡Feliz aniversario, PAULA! Que este festejo sea, como su número lo anuncia, un nuevo comienzo para continuar compartiendo con nuestros lectores maestría y visión. Compaginación: Julia Romei.