Como lo hace la nonna

Dispuestos a desarrollar todo su potencial creativo, Ayelén Fernández y Bruno Oreggioni, se encontraron en plena pandemia explorando la idea de las pastas tradicionales italianas, y así nació Individuo, que en un rincón de Pocitos pronto atrajo a un público ansioso por degustar sus preparaciones. Allí, la dupla egresada del Instituto Gato Dumas, perfeccionó una propuesta artesanal y soñó con ir a más, cosa que sucedió cuando aparecieron en escena Gustavo Zerbino hijo y Jerónimo Sánchez Varela. Entusiasmados con que la visión de fusionar la cultura italiana y rioplatense pudiera compartirse con un público más amplio, se sumaron para el proyecto de abrir un nuevo local.

“La idea era, por un lado, mantener el concepto de fábrica de pasta, ofreciendo el producto crudo para llevar y preparar en casa, y por el otro, crear un espacio descontracturado, sin pretensiones, y con una propuesta gastronómica sólida, que evocara los sabores tradicionales, artesanales y caseros de la pasta de la nonna”, rememora Ayelén Fernández.

Pablo Rivara.

Para hacer la historia corta, los emprendedores encontraron el local ideal en una esquina de Carrasco y luego de cinco intensos meses de obra, en diciembre abrió sus puertas el segundo local de Individuo. Para el nuevo local se importó maquinaria italiana que permite incluso hacer pasta trafilata (cortada) al bronce: rigatoni, cavatelli, spaghettoni. Los productos se elaboran con sémola remachinata, que proviene del molino más grande de Sudamérica y agua. “Es un producto muy noble, ideal para todos los días, al que no está acostumbrado el uruguayo. Tiene formas llamativas y es la que más se ve e en Italia”, acota la chef.

Como la respuesta de la zona no se hizo esperar, la casa decidió incorporar mesas para almorzar allí mismo. “Ese fue un nuevo desafío: transmitirle a la gente que somos ambas cosas. Individuo Carrasco fue tomando forma poco a poco, y hoy ofrece una carta variada que incluye lasañas, milanesas, carnes al kamado y otras especialidades que se irán sumando con el tiempo. Tenemos clásicos como los ravioles de espinaca y ricota, que nunca fallan, y los de carne braseada para quienes prefieren sabores intensos. Entre las opciones novedosas están los de boniato y ajo asado; ricota y limón, o queso con miel de ajo. Aunque no suele estar en nuestra carta fija, el clásico jamón y queso a veces aparece como sugerencia especial del chef. También ofrecemos pastas simples, hechas con sémola de trigo duro y agua; una masa noble y cuidada en cada detalle, que refleja la esencia de la tradición italiana. No faltan las lasañas de hongos, de espinaca y berenjenas, y para completar la experiencia, los postres como tiramisú, pannacota, flan y cannoli sicilianos”, describe. Para recibir la primavera, la casa planea estrenar una nueva carta que incorpora además preparaciones un poco más jugadas y platos frescos.

La fábrica de pastas abre de martes a domingos, de 9:30 a 17:00 horas, con una completa propuesta de pastas cruda, salsas, focaccias, quesos y productos afines. El restaurante va los mismos días, solo que de 11:30 a 16:00 horas.