El Mundial que ellos vivieron

Barbero tenía solo 12 años cuando vio el primer mundial

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SILVIA PÉREZ

Raúl Barbero tenía 12 años en 1930, pero recuerda con gran nitidez todo lo sucedido. Por entonces, era alumno de quinto año en la escuela Perú, ubicada en 18 de Julio entre Requena y Municipio (lo que ahora es Martín C. Martínez). "Viví todo lo previo al Mundial con gran ansiedad escolar. Las clases habían comenzado a mitad de marzo y los niños estábamos insoportables, como suele suceder en los primeros días. Entonces nos sacaban a pasear. Tomábamos 18 de Julio, atravesábamos el Parque de los Aliados e íbamos a esa gran hondonada, que para nosotros no pasaba de ser un pozo grande, donde se construiría el estadio. A pesar de nuestra corta edad nos dábamos cuenta que aquello no avanzaba. Para peor hubo una temporada de lluvias que hizo fracasar muchos de los trabajos. Nos volvíamos a la escuela riendo porque nos parecía imposible que fueran a inaugurar allí un estadio en julio", contó Barbero.

Una de las cosas que más gracia causaba a los niños era el sistema que tenía el arquitecto Scasso para comunicarse con sus ayudantes de un sector a otro del estadio en construcción. "Levantaba una banderita colorada y los ayudantes daban toda la vuelta para hablar con él".

Barbero fue gran amigo de Hugo Alfaro, que luego fue un notable periodista. Los dos niños jugaban a la radio. Cabe recordar que la radio era el gran "boom" de la época. La gente invitaba a sus casas a escuchar radio. En su juego, los dos niños, habían improvisado un micrófono, con un tarro de pulidor Luxol, y allí comentaron los partidos. "Cuando llegó el Mundial ampliamos lo que hacíamos en radio y sacamos una revistita, con letras de imprenta, que se llamaba "Centenario Sport". Era un solo ejemplar que se distribuía entre las dos familias, los chiquilines del barrio, y milagrosamente volvía a nosotros".

Durante el Mundial todo el mundo vivía pegado a la radio. El primer partido frente a Perú no fue muy auspicioso. "¡Lo que nos hizo sufrir un puntero derecho que se llamaba Lavalle! Le dio un paseo impresionante a Gestido. Felizmente el `Manco` nos salvó con un gol inolvidable sobre la Colombes. Luego se hicieron muchas modificaciones en el equipo. Golearon a Rumania y los aficionados comenzaron a creer en el equipo".

MOMENTOS

Satisfacción

"¡No hay dos sin tres... van a ganar otra vez!", cantaba el público por las gestas de 1924 y 28. Por primera vez los uruguayos ganaron frente a su gente.

En la Olímpica

Barbero vio el partido final desde la tribuna Olímpica. En el 2006 volvió a sentarse en el mismo lugar a pedido de la televisión alemana. Allí contó los goles".

El plus local

"El mejor equipo era el argentino, pero Uruguay no daba partido por perdido y tenía una columna vertebral impresionante".

Vio el primer gol de todos los mundiales

Durante el Mundial, Barbero y Alfaro realizaban la crónica de los partidos para su `programa` de radio y su revistita. "Aunque éramos los dos peñarolenses nos gustaba más ir al Parque Central. Era una cosa deslumbrante, con historia. Para la primera jornada tiramos una monedita al aire y perdí yo. Hugo fue a ver Estados Unidos y Bélgica al Parque Central y yo Francia y México en la cancha de Pocitos. Ganó Francia 4 a 1 y tuve la suerte de ver el primer gol de los mundiales. Después vimos todos los partidos de los uruguayos, íbamos en dos taxímetros, las dos familias juntas".

No había clase en partidos de Uruguay

La final fue un miércoles a las tres de la tarde. Ese día no hubo escuela, en realidad nunca hubo clases cuando jugaba Uruguay. "Cuando terminó el partido fue un loquero. La gente volvió a su casa caminando y cantando, sin importar lo lejos que viviera. Al otro día nadie trabajó, fueron a sus lugares de trabajo, pero para comentar la final frente a Argentina. Yo festejé en casa con los familiares y masas de la confitería Venus".

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