Murió el "Tito" Votta. El de aquellos duelos memorables con Jorge Orrico, que más que peleones de "toma y daca", como el "Tito" peleaba por Peñarol y el rival por Nacional, eran verdaderos clásicos, capaces de llenar el Palacio con sus hinchadas. El de aquellas campañas en Europa, en las que se subía al ring con el que pusieran adelante, aunque fuese —como fue— el mismísimo campeón europeo, el español Fred Galiana. Cayó el "Tito". Para siempre. Y temprano, porque apenas andaba en los sesenta y algo. Guapo hasta lo inimaginable, Pedro Votta jamás se hubiera retirado. Seguro que de arriba vino la orden de tirarle la toalla.