J.S.
El mexicano Antonio Margarito salió bien ayer de una operación en el hueso orbital del ojo derecho en el Methodist Hospital de Dallas, y viajó a Los Angeles para regresar a su casa en Tijuana, México.
Margarito se mantuvo de pie los 12 asaltos de la pelea por el título mundial superwelter que el sábado pasado perdió por puntos en Arlington, Texas, pero recibió tal castigo que terminó con ambos ojos inflamados y con el rostro desfigurado y ensangrentado, lo que obligó a que lo hospitalizaran y que los médicos esperaran que bajara la inflamación para operarlo.
El filipino conectó nada menos que 474 de los 896 golpes que tiró, contra los 229 que pudo meterle Margarito.
Durante la pelea, el propio campeón le pidió reiteradamente al juez que parara la pelea: "¡Mira sus ojos, mira los cortes, el boxeo no es esto!" Sin embargo, el propio Margarito se negó a eso, respondiendo: "Soy mexicano y un mexicano lucha hasta la muerte".
Se pasó de machote, por cierto, pero le salió un ojo de la cara; y todavía le hicieron precio.