CARLOS MONTAÑO
A los 35 años Hamilton Ricard dice estar en su plenitud. El técnico Jorge Giordano y el profesor Esteban Gesto le dijeron al presidente de Danubio, Arturo Del Campo, que la vuelta del centrodelantero era fundamental para respaldar el nuevo camino.
"El promedio de edad de los futbolistas es de 19 años y tener a un jugador como Ricard resulta importante. Se tira la responsabilidad encima y es jodido para los rivales", afirmó el entrenador.
Las gestiones prosperaron y el colombiano retorna hoy a Montevideo.
"Para mí es un aliciente. Danubio apuesta a un cambio y asumiré el desafío", sostuvo Ricard. "No voy a encontrarme con el `Mota` Gargano, Grosmüller, Salgueiro, `Nacho` González y Cavani, pero habrá otro pensamiento con sangre nueva y hambre de gloria. Estos chicos querrán hacer lo mismo que lograron los campeones de 2007 y por que no superarlos. Ojalá todo salga bien. Lo que sucedió lo disfruté mucho, pero ya fue. Ahora es otro momento. Hay una motivación especial y voy encarar la oportunidad como si fuese mi debut. Además, si llego a un equipo chico no voy a mentir, pero si regreso a Danubio, un club que yo sé que es grande, lo mínimo que puedo aspirar es ganar un título ¿Me entiende? No debés quedarte en la chiquita de sumar puntos. Hay que apuntar al campeonato a pesar de contar con jóvenes jugadores. El club se ganó el respeto y está acostumbrado a definir campeonatos" remarcó el jugador.
El colombiano insistió varias veces que no pierde el sueño por el hecho que este conjunto de la franja no posea jugadores consolidados: "puede ser más difícil. Algunos están aprendiendo, como pasa en jardinera cuando vas a la escuela, pero de a apoco se van a ir soltando", sostuvo.
No le pesa que lo traigan para ser el líder del grupo: "estamos a la orden para asumir responsabilidades. Espero que formemos un buen ambiente. El fútbol es uno solo y auguro que va a salir todo bien. Si son buenos jugadores alguna patada les van pegar. A los rivales les voy a jugar a muerte, pero sin nada extra deportivo. Nunca tuve incidentes. Voy a la pelota con todo para ganar la posesión. Ayudaré a los chicos a que no se sientan amedrentados por los adversarios. En esto se gana jugando bien. Adentro de la cancha no quiero que me quiten mi comida ni mis premios", recalcó. Ricard se siente en buenas condiciones y dijo que los años no le pesan: "Giordano y Gesto me preguntaron si estaba motivado para jugar al fútbol y les dije que sí. No vivo del pasado y quiero más. Me divierto. Todavía me gusta. No tengo pereza para hacer el bolso antes de ir a entrenar. Ya me van a ver. Los 35 años solamente están en la cédula. No me será difícil tomar ritmo. Gesto es una eminencia. Sabe conducir un grupo. No preciso ni decirlo. Lo sabe todo el mundo en Uruguay".
Su pasaje por Asia le aportó muchas vivencias provechosas: "Incorporé aspectos de otra cultura. Por lo que vi ya no está tan cerrada. En el Shangai de China compartimos el primer puesto con otro equipo, pero por diferencia de goles quedamos segundos y yo pude salir goleador".
El "9" extrañó el tipo de alimentación: "almorzábamos y cenábamos en el club y mis compañeros pretendían que comiera sapos y culebras, pero no me puedo quejar. La pasé chevere".
Al atacante no lo inquieta el reencuentro con Larrionda, árbitro con el que tuvo un fuerte encontronazo: "eso no va a volver a suceder conmigo en ninguna parte del mundo. No tengo nada contra Larrionda. Es excelente árbitro y no lo digo por cepillarlo. Le tengo mucho respeto", enfatizó.