por Mariana Malek
Vicente Sánchez(43) es uno delanteros con una trayectoria profesional muy dilatada: jugó en 10 equipos, de Uruguay y el mundo, en 21 años de carrera como futbolista.
En 2021 le puso fin a su trayectoria profesional y se desempeñó como embajador del equipo de la MLS, Houston Dynamo. Luego, se sumó al cuerpo técnico de Guillermo Almada como segundo entrenador en Tuzos de Pachuca.
Hoy está radicado en Colombia, donde su esposa tiene un emprendimiento gastronómico, es socio de Diego Godín, Diego Scotti y Mario Rebollo en Centro Enfoquey espera poder hacer su debut como entrenador principal, tras obtener la licencia FIFA Pro de Conmebol.
Desde su país de adopción y en una nueva etapa, Vicente Sánchez repasó junto a Ovación su trayectoria.
- Te retiraste en la MLS, una liga en la que fuiste pionero, ¿cómo la viste cambiar a lo largo de los años?
- Cuando fui, no estaba tan bien visto como un mercado potencial para el jugador joven. Todavía estaba la metodología de tener gente de renombre para que la liga se fortaleciera. El norteamericano es mucho de planificar y de pronosticarse en el tiempo y ellos tenían calculado cuántos años iban a traer gente para potenciar la liga. A mí me tocó algo muy raro porque cuando llego, a pesar que había grande de edad, tenía 33 años, aún estaba muy vigente, seguí con un buen ritmo, buena condición física que a ellos les sorprendió porque más que nada la ida mía a Estados Unidos surge porque en Denver (Colorado) hay mucho mexicano, y yo estuve 10 años en la liga mexicana, entonces era un poco para captar todo ese público. Cuando vieron que trajimos resultados clasificamos a los playoffs, gané dos veces el MVP del club, se sorprendieron porque di resultados dentro del campo y eso estuvo lindo porque me abrió puertas para después terminar en Houston Dynamo. La ciudad es espectacular y el club tiene una infraestructura que está a nivel europeo, todas las comodidades para el jugador y la verdad es una liga que se veía venir y se ve venir lo que va crecer porque con el Mundial 2026 de México, Canadá y Estados Unidos van a estar puestos todos los focos ahí. Estados Unidos va a ser un gran protagonista de la Copa del Mundo entonces vendrán cosas mucho más asombrosas de lo que se ha visto hasta acá en la liga norteamericana.
- Hiciste gran parte de tu carrera en el fútbol mexicano, ¿qué encontraste que te hizo sentir tan cómodo?
- Ahora que me retiré, es muy lindo disfrutar lo que hice. Hubo mucha disciplina, sacrificio para poder lograr las cosas que conseguí en México. Hasta hace dos años atrás era el único jugador uruguayo que había ganado un Balón de Oro de la liga mexicana. Esas cosas son muy bonitas, valió la pena el sacrificio y me adapté muy bien en una ciudad como Toluca con altura (2.800 metros) y que luego fue modernizándose, de ser como muy familiar y de tradición a lo que es hoy con un estadio nuevo de nivel europeo en la que hay de todo para hacer. Además, tuve técnicos que me ayudaron a que me adaptara. Creo que el argentino Ricardo La Volpe fue muy importante y de él aprendí muchísimo también, de lo emocional y eso.
- También pasaste por un grande como el América...
- Vivir en el DF es una experiencia totalmente diferente, una ciudad donde son 30 millones de habitantes. Fue muy lindo, terminé siendo capitán. Pero ahí no pude ser campeón como con Toluca, donde gané muchos títulos.
- En México también hiciste tu primera experiencia como entrenador, ¿cómo fue?
- Hermosa y de mucho aprendizaje. Cuando estaba en Estados Unidos me tocó ser embajador del club Houston, empiezo el título de entrenador americano y lo logro hacer en inglés, muy teórico y no tan práctico pero muy lindo. Después hice el de Conmebol y gracias a Dios ya soy entrenador FIFA pro de Conmebol. En eso me invitan del Club Pachuca, que estaba Iván Alonso en la parte de director deportivo, con Guillermo Almada, Darwin Quintana y Luis Almada en el cuerpo técnico. Con Guillermo y Darwin estuve en Tacuarembó, cuando se presentó la chance Guillermo dijo que sí y me encantó su forma de trabajar. Estuve con ellos y llegamos a la final. La perdimos con Atlas. Al final, por un tema familiar me volví a Colombia.
- ¿Cómo fue tu experiencia europea en el Schalke 04 de Alemania? Estuviste con muchos uruguayos...
- Fue muy linda, es una experiencia que me pone muy feliz. Estaba Darío (Rodríguez) Carlitos (Grossmüller), Gustavo Varela y Mesut Özil, que es turco medio alemán, pero que era más uruguayo que todos nosotros. Era un plantel en el que había una un grupo humano espectacular de la mano de Kevin Kuranyi, tenían un grupo espectacular, que luego se unieron Jefferson Farfán y un montón de jugadores que fueron creciendo. No nos dio para salir campeón pero quedamos segundos, ante un Bayern que estaba muy bien armado. En Alemania aprendí mucha disciplina. La primera vez que ganamos y me invitaron a una comida en el día libre, todos comieron ensaladita, pasta y tomaron agua. Estábamos todos contentos, pensé que íbamos a festejar de otra manera. Entonces en esa mesa arranqué un camino en el que aprendí sobre la profesionalidad, tener disciplina, alimentarse y descansar, que es tan importante para la vida de un deportista y que ellos lo tenían incorporado desde niños y yo conocí a los 27 años. Ellos están educados con una profesionalidad que no la va cambiar ni la fama, ni el dinero.
- Volviendo a lo de Özil, ¿cómo fue que se sumó?
- Hablaba prácticamente español superbien y se diferenciaba de los demás, porque cada cosa que hacíamos venía con nosotros. Era muy amigo de Gustavo (Varela) y de toda la familia. Después se fue al Werder Bremen y posteriormente al Real Madrid y ese fue un momento triste para todos nosotros.
- Pasaste por Sud América, Tacuarembó, Nacional y Defensor Sporting, ¿con cuál te sentiste más identificado?
- Nacional es todo. Para mí en mi vida y en mi familia es todo. Ahora, agradecimiento tengo mucho con Sud América y Tacuarembó. Los primeros me mostraron la B y los segundos mi primer equipo de la A, que creo que me dio la oportunidad de salir, porque esa Liguilla fue la vidriera para poder salir. En 2015, Con (Eduardo) Acevedo en Defensor estuve seis meses que la pasé muy bien, también, con Nicolás Olivera, que es un gran amigo. Terminé el contrato antes porque mi familia se quedó en Colombia y no soporté la lejanía. Después, el todo fue Nacional, porque salí campeón las dos veces, la primera fue con Hugo (De León) y la segunda con el Muñeco (Marcelo Gallardo) y ambas fueron increíbles y toda mi familia lo vive así, porque son hinchas de Nacional.
- En la selección uruguaya jugaste muchos partidos y anotaste goles, ¿te quedó alguna deuda pendiente?
-La que me quedó sí, quizás haber jugado un Mundial. Pero no me arrepiento de nada. Estuve muchos años en los que di todo. Creo que estuve en grupo fantástico, tuve unos técnicos que me enseñaron muchísimo. El Mundial fue esa cuotita que me quedó, pero fueron ocho años en los que estuve desde 2001 hasta 2009, en aquel partido amistoso que empatamos con Francia en París 1 a 1. Estoy muy feliz y agradecido a todos los compañeros con los que compartimos y a los directivos. Uno siempre pueda defender a su país está feliz. Haber tenido el privilegio ese y compartir con tantas grandes figuras para mí fue espectacular.
- ¿Cómo viviste el Mundial de Qatar 2022 donde hubo algunos compañeros con los que compartiste plantel?
- Con nervios. Con muchos de los que hoy, incluido Diego Godín que es socio y amigo, compartimos en los inicios de la selección. Lo viví como todos, con nerviosismo, enojo con el árbitro en el último partido por decisiones que no considero correctas. Pero como siempre apostando todo por la selección de Uruguay. Creo que no hay jugadores viejos o jóvenes, hay buenos y malos y los que son buenos y pasan por un buen momento tienen que estar.
- Hablando de los técnicos que tuviste en la selección, ¿qué hay de cierto en que Daniel Pasarella renunció porque Nacional no quiso cederte en el 2000?
- Sí, es una historia con un sabor amargo, linda de contarla pero también se vivió un momento feo. Daniel estaba haciendo las cosas bien en la selección, jugaba bien y el uruguayo estaba contento. En ese momento había como un acuerdo de los clubes y la federación donde un partido antes se tenía que decir quienes iban a citar. Entonces el técnico tenía que avisar. Esto lo sé más o menos por afuera, de forma informal, no conozco los pormenores. Pero mandó la lista de cinco jugadores y yo no estaba dentro de esos cinco, me parece. Ese fin de semana me tocó hacer un gol, hice un buen partido y viajamos por la Libertadores. Un martes cuando íbamos en viaje, Sergio “Manteca” Martínez me comenta que había problemas en Uruguay por mí. Era el 2000, no teníamos la tecnología de hoy. Yo pensaba que iba a jugar por Nacional de titular y cuando vamos a la charla del partido, me acuerdo que iba con mi maletín, me dicen que me voy. Ahí fue una aventura, la llegada en tres avionetas viajando toda la noche y cuando llegué a Uruguay, había renunciado. Quedé en medio de algo, que nunca supe bien, pero ese era el motivo de la carta de renuncia. En ese momento mi familia la pasó mal, porque pasaban por casa gritando y tiraban piedras, hasta le rompieron el auto a mi hermana. Y ahí fue que arrancó mi aventura en la selección.
- En tu trayectoria marcaste muchos goles, ¿tenés alguno preferido?
- Creo que todos los que lo que marque con la selección. Me acuerdo que por el tercer lugar en la Copa América de Perú 2004, cuando le metí a Colombia ese fue uno de los más festejados. Creo que fue uno de los más bonitos y después fueron muchos y todos se festejan. Pero los de selección son especiales, porque está tu familia y tienen una repercusión distinta a nivel emocional.
- ¿Qué viene en el futuro?
- Después de casi 20 años afuera, salvo por los pasajes en Nacional y Defensor, espero poder volver a Uruguay en esta etapa como entrenador. Se me abrieron algunas propuestas, pero no eran lo que quería. Pero espero que se abra una puertita para poder hacerlo.