Tabárez visitó el CDS en homenaje a campeones de Peñarol en Copa Libertadores 1987: "El tiempo lo revaloriza"

En el escenario aurinegro, con presencias de renombre, se llevó a cabo el relanzamiento del libro “El éxito de la inconsciencia”, que relata la consagración aurinegra.

Eduardo Pereira, Óscar Washington Tabárez y Walter Olivera en el homenaje a Peñarol campeón de Copa Libertadores 1987.
Eduardo Pereira, Óscar Washington Tabárez y Walter Olivera en el homenaje a Peñarol campeón de Copa Libertadores 1987.
Foto: Gentileza.

Redacción El País
Un 31 de octubre, pero de 1987, Peñarol logró una de las grandes gestas de su historia al consagrarse por quinta vez en la Copa Libertadores en aquella recordada tercera final ante América de Cali donde Diego Aguirre —hoy entrenador mirasol— anotó el gol del triunfo en el último minuto del juego.

En el marco de un nuevo aniversario, Peñarol informó que a pedido de los jugadores integrantes de aquel plantel se realizó un evento en el que se relanzó el libro "El éxito de la inconsciencia” de Diego Vigorito que relata la consagración aurinegra en aquella campaña.

El aurinegro superó la fase de grupos en la que enfrentó a Progreso, Alianza Lima y Colegio San Agustín, estos dos últimos de Perú. Dejó por el camino en la Segunda Ronda a Independiente y River Plate de Argentina y allí accedió a la final con América de Cali con el que cayó en Colombia y luego superó tanto en Montevideo como en Santiago de Chile en la tercera final.

Entre varias presencias destacadas la que llamó la atención fue la de Óscar Washington Tabárez, entrenador de aquel plantel que sobresalió por la juventud de los futbolistas que conquistaron el título, y que hasta hizo uso de la palabra en esta jornada.

El homenaje que Peñarol le hizo a Óscar Washington Tabárez en 2021 en el Campeón del Siglo.
El homenaje que Peñarol le hizo a Óscar Washington Tabárez en 2021 en el Campeón del Siglo.
Foto: Estefanía Leal.

"Lo que mostró este equipo en el 87, mas allá de la edad y la experiencia previa, fue la buena relación, el espíritu grupal y todo eso fue una gran ayuda para todo lo que vino después", indicó el maestro.

Tabárez hizo referencia al desarrollo de aquella competencia, pero se detuvo en las finales y cómo el equipo mostró "un gran poder de recuperación". "Una derrota como la sufrida ante América (en la primera final) no nos tiró abajo. Nos complicó, pero se vio en Montevideo (en la segunda final) cómo estaba el equipo y lo bien parado que estaba. En los deportes colectivos, la relación afecta entre los miembros con un valor esencial, y en Peñarol sobraba eso", agregó.

Además de asegurar que ese torneo es la prueba de que "hay que trabajar con jugadores jóvenes y no descartar ningún sistema de juego", también fue reflexivo sobre los altos y bajos que vivió ese plantel: "Así como ligamos en el momento en el que se generó el gol de Diego (Aguirre), fuimos a jugar una Intercontinental (ante Porto en Japón) en la que nunca habíamos tenido un equipo tan preparado y cuando me desperté había una tormenta de nieve, pero no hay que quejarse, todo lo vivido tiene su importancia y con el paso del tiempo se revaloriza más".

El recuerdo de un clásico que marcó un antes y un después

Con Tabárez como entrenador y previo al debut en aquella Copa Libertadores, Peñarol disputó el triangular "Casa de Andalucía" en el Estadio Centenario donde participaron Nacional y Betis de España.

Fue en el clásico de ese certamen amistoso que se dio un cruce muy especial catalogado como el "8 contra 11" porque el aurinegro ganó el partido con tres futbolistas menos por expulsiones de José Herrera, José Perdomo y Ricardo Viera.

"El primer partido que dirigimos a Peñarol, nos ganó por penales Nacional y quizás fuimos influenciado por un festejo demasiado fuerte del rival. Las cosas por algo suceden. Me acuerdo que la imagen que me quedó en la cabeza era Eduardo (Pereira, el arquero) llamando a los jugadores y después me enteré que les dijo de meternos atrás y pelear el partido hasta que se pueda y no estaba en los cálculos de nadie que Diego (Aguirre) y (Jorge) Cabrera fueran tocando entre los dos, para después ponerla contra un palo", recordó.

Por último, Tabárez también recordó su arribo al club con un hecho muy especial: "En Peñarol me tocó recibir un equipo con la vara muy alta y me refiero a Roque Máspoli. En una época en la que no había curso de entrenador, no había las posibilidad que hay ahora, pero era gente que sabía de fútbol. Yo creía que los jugadores podían sentir el cambio de un técnico nuevo y más en un grande".

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