Con la salida de Sergio Rochet en vilo, Nacionaltiene por delante el desafío de encontrar un sucesor natural que pueda cargar con la mochila de heredar un arco muy bien custodiado por un arquero que hoy está con un pie más afuera que adentro del club.

Previendo que esto pueda llegar a concretarse, el área deportiva tomó recaudos sobre el cierre de 2022 y abrochó la llegada de Salvador Ichazo con la intención de tener el puesto cubierto.

La incorporación surtió efecto: Ichazo ocupó el hueco que había dejado Martín Rodríguez al no renovar contrato a fin de año, aunque no tuvo mucho más vuelo. Hasta el momento, los exámenes en la cancha aún son insuficientes para evaluar su rendimiento en el equipo.

La duda que se presenta ahora, entonces, es: ¿estará a la altura de las circunstancias? ¿Podrá sostenerse en un arco donde Rochet se hizo grande y el que llega normalmente lo hace para quedarse? Solo el tiempo podrá responderlo.

Archivo El Pais

En los últimos 15 años, Nacional ha tenido presidentes de un ala, dirigentes del bando contrario, pero todos durante su gestión han coincidido en algo que a día de hoy puede verse como una política institucional que da resultado: contratar a un arquero maduro al que se lo respalda para que sea la cara del arco por unos cuantos años.

Sucedió con Rodrigo Muñoz (casi 27 años en ese entonces), quien llegaba de sentir a fuego la presión de la hinchada de Cerro y defendió sin problemas el arco tricolor durante tres temporadas.

De 2009 a 2011, el Popi se dio el lujo de ser protagonista en las dos áreas, tanto por atajar penales como también patearlos. “El arco de Nacional es un arco pesado, no es fácil. Se necesita personalidad. La clave para mantenerte es el rendimiento. Nadie te regala nada”, le dijo a Ovación.

A él lo reemplazaron entre Leonardo Burián y Jorge Bava, dos con recorrido que habitualmente habían sido suplentes, y luego el club apostó por un viejo conocido de la casa, como Gustavo Munúa, que recaló cuando estaba a punto de cumplir los 36 años. El golero devenido en entrenador completó su segundo ciclo con más de 40 partidos en cancha hasta retirarse y asumir como DT.

Los siguientes elegidos (Esteban Conde y Luis Mejía) también tuvieron su reconocimiento. Uno como titular y el otro como suplente, convivieron y compitieron por el puesto durante tres temporadas.

Estefania Leal/Archivo El Pais

El Conde de 31 años que aterrizó en Nacional había tenido previamente un extenso pasaje por Danubio, además de experiencias en Chile y Argentina. Mejía, por su parte, llegó con 24 tras jugar en Fénix y en Toulouse.

Rochet, el último soldado de la lista y heredero del capitanato, llegó proveniente de Países Bajos cuando tenía 26 y encontró su mejor nivel para estar en la selección uruguaya.

MASSIMO PINCA/REUTERS

El futuro arquero titular de Nacional se formó en Danubio y emigró a Italia, donde jugó en Torino, Bari y Genoa.

En tierras europeas tuvo la particularidad de enredarse en un cruce con Cristiano Ronaldo luego de que el futbolista portugués le convirtiera un gol de penal con la Juventus y en el festejo corriera derecho a gritarle el gol y lo golpeara con el pecho. Luego de vivir seis años en distintas partes de Italia, Ichazo (32) regresó a Uruguay, donde primero desembarcó en Danubio y el año pasado se fue a jugar a River Plate. En el cuadro del Prado se destacó y eso abrió los ojos en Nacional, que se interesó y no dudó en incorporarlo.

¿Cuál es la clave para defender el arco de Nacional como titular indiscutido? ¿Qué tiene de especial en comparación a otros clubes? Jorge Seré, golero del tricolor entre 1988 y 1995, Sebastián Viera (2003-2005) y Rodrigo Muñoz (2009-2011) respondieron a las inquietudes de Ovación y coincidieron en la mayoría de sus visiones: “La mayoría de los arqueros han tenido muy buenos rendimientos y por eso se han mantenido en el último tiempo. Fijate el caso de (Guillermo) Centurión, que jugó un par de partidos, no tuvo un buen rendimiento y se fue. Obviamente que ha cambiado un poco la época porque antes lo que más se juzgaba era el rendimiento a nivel internacional, pero hoy por hoy, como pasa con el resto de los futbolistas, se juzga lo que pasa más a nivel local. En un equipo grande a veces te llegan dos veces en todo el partido y cada error se paga caro. En el chico estás más activo y se te perdona más fácil”.

Viera complementó que, a su manera de ver, la clave de su buen pasaje estuvo primero en las condiciones futbolísticas y luego en el conocimiento de la idiosincrasia del hincha de Nacional. “Hay que tener muchísima personalidad porque jugar en Nacional es jugar en el equipo más grande del Uruguay. No es fácil; tenés que manejar lo de afuera de la cancha y a la vez estar muy centrado en lo que tenés que hacer. A mí me ayudó muchísimo llegar a los 12 años a Nacional, jugar clásicos todos los años y sentir presión”, dijo quien debutó en Primera en un clásico amistoso contra Peñarol a estadio lleno por la Copa Conrad.

El arribo de Muñoz fue similar al de Seré, ya que ambos -uno de Cerro y el otro de Danubio- hicieron escala en clubes de menor magnitud donde blindaron un caparazón para resistir a futuras presiones: “Hay que tratar de ser fuerte de cabeza porque cuando cometés una macana es cuando más personalidad tenés que demostrar”.

"Rochet es un gran arquero y está en edad de poder salir. Creo que Ichazo es otro gran arquero y si se le da la oportunidad es alguien con las condiciones como para poder cubrir los tres palos del arco de Nacional", profundizó.