JORGE SAVIA
A este Torneo Clausura sólo le está faltando la firma de Agatha Christie o de Alfred Hitchcock, tanto en la resolución de buena cantidad de sus partidos, como en lo que tiene que ver con la futura definición del evento, que es lo que más importa.
Es decir, puede que fútbol le falte, aunque tampoco siempre; hay partidos que no sólo salen emotivos, sino buenos, y que la fecundidad en materia de goles no llega por errores exclusivos de los defensores. Sin embargo, suspenso, y por pasajes dramatismo, es lo que le sobra.
Tal vez por su grandeza y por las posiciones que ocupa de costumbre, e incluso porque ganó el Uruguayo en sus últimas ediciones, Nacional parace ser el caso más grave, o donde a esta altura de la trama del Torneo Clausura los investigadores pueden entrar a meter lupa a fondo tratando de buscar donde hay una culpa.
Lo de Peñarol es distinto, aunque no mucho, porque los detectives pueden entrar a sospechar de la complicidad de Rocha en el agónico triunfo del cuadro de Gregorio. Y en la trama del empate de Danubio surge una pista más clara: sin el "Nacho" González, el equipo de Maroñas es otro.
¿Hasta dónde aguantarán Tacuarembó y River? Es otra gran incógnita en el guión que Alfred Hitchcock y Agatha Christie bien pudieron haber escrito para este Torneo Clausura.