Peñarol ganó sin lucidez, pero el brillo lo aportó Federico Valverde desde la tribuna y se llevó la ovación

Lo que tiene para rescatar es la victoria. Peñarol pasó sobresaltos ante un Plaza Colonia que pelea por no descender y terminó llevándose tres puntos con una jugada aislada que inició con una recuperación de Ignacio Sosa, el remate potente de Leo Fernández y un afortunado rebote que derivó en el 1-0 definitivo.

Esta vez el 10 estuvo inconexo y no pudo desplegar su habitual precisión en los pases filtrados. Los mejores momentos del aurinegro fueron cuando el “5” tuvo la pelota en los pies. Pero sufrió bastante más de lo pensado.

El Pata Blanca lo advirtió a los 3’ con un remate de Hebert Vergara que forzó la intervención de Brayan Cortés.

En una tímida ofensiva del Carbonero, Javier Cabrera arrojó luz con sus desbordes por derecha que derivaron en dos centros peligrosos. El primero no pudo ser interceptado por Maxi Silvera y el segundo resultó en un cabezazo de Maxi Olivera a las manos de Guillermo Reyes.

De repente llegó un revés para el anfitrión. El Cangrejo se sintió y debió salir con muestras de dolor. En su lugar entró Matías Arezo a formar el doble “9”.

Lejos de protagonizar, el Mirasol se acercó con un remate elevado de Emanuel Gularte en el cierre de la primera parte.

Fricción es la palabra que define varios tramos. El único diferencial se dio a los 54’: Sosa se la cedió al 10 al borde del área grande y este remató con potencia. El rebote en Yvo Calleros desconcertó a Reyes y hubo grito de gol con invitados especiales.

Foto: Estefanía Leal.

Federico Valverde desde el palco, y con uno de sus hijos en brazos, lo gritó con pasión y se besó el escudo. La ovación del Campeón del Siglo para el capitán de la selección no tardó en llegar, y se lo vio emocionado.

Foto: Estefanía Leal.

Incluso tras el pitazo final le pidió a Ignacio Ruglio jugar a la pelota a solas con sus íntimos.

La tranquilidad de Peñarol parecía llegar cuando Matías Arezo capitalizó el rebote de Reyes tras el remate de Diego García y convirtió, pero el 19 estaba inhabilitado.

Foto: Estefanía Leal.

Y el local confirmó que para ganar debía sudar cuando a los 77’ Pedro Milans cometió penal sobre Lucas Carrizo. Hernán Heras no lo consideró así, pero a instancias del VAR terminó cobrándolo. El propio Carrizo reventó el travesaño y el Mirasol suspiró.

Sin ser un aluvión futbolístico, Peñarol cumplió su cometido y se asegura la cima en soledad del Clausura por al menos una fecha más. También le puso presión a Nacional al quedar a un punto de igualarlo en la Tabla Anual previo a su compromiso ante Racing.