Pablo González: la experiencia en Corea, su arribo a Deportivo Maldonado y el pedido que le cambió la vida

Un pedido le cambió la vida a Pablo González. Y es que no fue un pedido más, fue uno de su hijo y era sencillo: quería que su padre estuviera más cerca y que lo acompañara a diario. Y es que durante 2023, el futbolista de 27 años estuvo a casi 20.000 kilómetros de distancia y con una diferencia horaria de medio día porque el fútbol llevó al atacante a jugar a Corea del Sur para defender al Gimpo de la Segunda División.

“Se extrañó mucho. Va a cumplir ocho años y aunque hacíamos videollamadas obviamente que no es lo mismo. Ahora cuando llegué, al estar más grande y entender más las cosas, me hizo ese pedido”, confesó González en diálogo con Ovación y él cumplió.

Si bien tuvo dos o tres ofertas del medio local, fue la de Deportivo Maldonado la que más lo sedujo y hubo un motivo muy importante: la llamada directa del técnico Joaquín Boghossian para contar con él para la próxima temporada.

Foto: Deportivo Maldonado.

“Me gustan sus ideas y me dijo cómo piensa jugar y armar el equipo en este 2024 y eso me sedujo. También está el hecho de que Deportivo Maldonado viene haciendo las cosas bien hace varios años peleando por lugares de copas internacionales”, confesó quien abandonó Seoul para llegar a Punta del Este donde vive actualmente.

Desde el lunes pasado comenzaron los entrenamientos con el equipo fernandino y rápidamente se adaptó a un plantel que tuvo varias altas hasta el momento y muchas de renombre como Maximiliano Cantera, Hernán Menosse o Hernán Petryk y que cuenta con un técnico debutante en la Primera División.

“Los desafíos que tiene el club son muy importantes porque vamos a buscar volver a las copas internacionales y esas cosas siempre llaman la atención”, agregó el mediocampista ofensivo.

Jugar en Corea del Sur significó para Pablo González su primera experiencia en el exterior y lo cierto es que fue un curso intensivo porque se encontró en otro continente, frente a otro idioma y una idiosincrasia muy distinta. Lo que tuvo a favor fue que lo hizo en compañía, ya que fue junto a su pareja más allá de que los primeros meses los vivió solo.

“Fue una experiencia muy linda, obviamente que me sorprendió cuando me consultaron para ir a jugar allá, pero no dudé de jugar en el fútbol asiático y la verdad que fue una buena decisión porque fue una experiencia muy linda. Conocí lugares extraordinarios y la verdad que me llevo todas experiencias positivas”, manifestó.

El reglamento de la Segunda División del fútbol coreano, llamada K-League 2, permite a los clubes contratar apenas con cinco futbolistas extranjeros y en el Gimpo, González era uno junto al brasileño Juninho Rocha, de pasado reciente en el fútbol uruguayo por Central Español y Rentistas y también el ecuatoriano Luis Mina, quienes eran una bocanada de aire fresco al momento del idioma.

“Honestamente el idioma era complicado porque además no había arrancado a estudiar ni siquiera inglés y se me complicó un poco, pero por suerte en el club nos pusieron un traductor a disposición que hablaba perfecto español y eso ayudó”, agregó.

En lo estrictamente deportivo, disputó 21 partidos en los que marcó tres goles y dio cinco asistencias. De todas maneras, Gimpo quedó a un paso de lograr el objetivo del ascenso ya que finalizó tercero en la fase regular y eso lo habilitó a disputar la promoción frente a un equipo de Primera, pero perdió en dicha llave y se quedó en la división de ascenso.

“Me encontré un infraestructura muy buena y que está a otro nivel, tienen todo. El fútbol no es tan parecido al de acá porque ellos no lo viven tanto como nosotros, no lo juegan tan caliente como nosotros, ellos ganan o pierden y están siempre igual, no como nosotros que cuando perdemos hay caras largas y cuando ganamos estamos todos contentos. Después me gustó porque es un fútbol muy dinámico, muy rápido y al que me pude adaptar bien”, sentenció.

El 2024 tiene a Pablo González de nuevo en Uruguay, pero con una gran experiencia en sus hombros que sin dudas lo marcó.