Los ojitos verdes le brillaban. Miraba para un lado y para el otro y no lo podía creer. Lucas Villalba, cual niño en Disney, sacó su celular y empezó a sacar fotos y a grabar videos a su alrededor la primera vez que entró a la Ciudad Deportiva de Montevideo City Torque. Hoy, es el ídolo de los niños y al que todos miran y filman en Nacional. Pero todo cambió en apenas cinco meses.
“Nosotros jodemos con mi familia, pero si hace dos años me decían que iba a lograr todo lo que logré, no lo hubiésemos imaginado nunca. Tampoco es que sea mucho, pero es un cambio muy drástico”, decía un muy modesto Villalba a Ovación a fines del pasado diciembre, que reconoció que estuvo cerca de dejar el fútbol. ¿Qué dirá hoy?
Andreu Freixes, aunque no habló por él, es una voz más que autorizada dentro de Montevideo City Torque que vivió de buenas a primeras su evolución en cuestión de un año. El director deportivo lo tuvo en carpeta junto a sus scouts Bruno Gentile y Mauricio Fratta entre una lista de cuatro posibles jugadores para cubrir una necesidad que desde hace años es moneda corriente entre algunos clubes, como Torque y Nacional: la falta de extremos explosivos.
Se inclinaron por él y más temprano que tarde la apuesta les resultó. Villalba desniveló en el primer amistoso del 2024 contra Belgrano y eso llevó a que Pablo Marini, el entrenador en ese entonces, le levantara el pulgar al director deportivo del club. Trato hecho.
“Llegó corriendo a un promedio de 34,1 kilómetros por hora y se fue con un registro de 37,5. Montevideo City Torque le dio una plataforma para potenciarse y que hoy pueda ser un extremo convocable a la selección. Hubo un gran trabajo de Tomás Marini como preparador físico y mucho, mucho, trabajo de Lucas”, recordó Freixes a Ovación, que reconoció que lo adquirieron gratis luego de que quedara libre de Tacuarembó.
En un abrir y cerrar de ojos, la fórmula de tirarle pelotazos al espacio empezó a funcionar y, al igual que lo hicieron en un principio Martín Lasarte y Pablo Peirano, Marini entendía que era mejor darle la chance en los segundos tiempos para que agarrara cansados a los defensas. La estrategia duró poco y nada. Al cabo de un tiempo, se ganó la titularidad.
El trampolín de Lucas Villalba
Villalba despegó en el 2025 con su salto a Nacional luego de horas y horas de charla entre padre e hijo. Nicolás Perchman, con buen tino, le insistía a Flavio, su padre y actual vicepresidente de Nacional, para que lo analizara. Pero no había caso.
Hasta que un buen día Nicolás tuvo el premio a la insistencia y después de pedirle por última vez que lo mirara en video, su papá ni lo dudó y la negociación llegó a buen puerto al desembolsar US$ 800.000 por el 60% de la ficha.
Según pudo saber Ovación, Nacional buscará establecer una cláusula de rescisión en el contrato, que podría oscilar entre los US$ 15 y 20 millones e implica una mejora salarial para el jugador. Hay acuerdo dirigencial en que se quede.
Por el lado de City Torque, las impresiones son positivas, ya que conservaron una parte del pase (40%) y con su transferencia tuvieron la venta más importante de la historia de la segunda divisional. El caso más rimbonbante había sido el de Luciano Rodríguez a Liverpool por US$ 500.000 (el 80%).
Ahora, proyectan recibir entre US$ 3 y US$ 5 millones por una venta futura, que, de ser así, sería la más alta en los registros del club.