EN BELVEDERE

Una victoria separaba a Liverpool del título de campeón del Torneo Apertura y para lograrla deberá vencer a Fénix jugando como local en su reducto de Belvedere. El negriazul no falló, ganó 1-0 y se quedó con el primer certamen del Campeonato Uruguayo, que ahora será el próximo objetivo en La Cuchilla.

El equipo de Jorge Bava se quedó con la victoria gracias a un gol de Gonzalo Carneiro de penal tras una falta de Agustín Requena sobre Alan Medina en los últimos instantes de la primera mitad.

De esta manera, Liverpool, que dependía de sí mismo, no falló ensu cancha y ante su gente, y ahora celebra la obtención de un nuevo título de campeón.

Primera parte pareja en Belvedere. Fénix comenzó mejor, pero Liverpool cerró con el dominio de la pelota, aunque falto de llegada al área rival más allá de irse arriba en el marcador.

Precisamente el albivioleta generó las chances más claras en el inicio del encuentro y ambas perfectamente podrían haber sido la apertura del marcador.

Primero fue a los 10' con un cabezazo de Diego Casas que venció a Sebastián Lentinelly, pero no a Gonzalo Pérez que la despejó en la línea cuando era el 1-0 y dos minutos después cuando Lentinelly sí tuvo una gran reacción para sacar un remate de media distancia de Roberto Fernández que tenía destino de arco.

Tal vez nervios, tal vez la presión que ejercía Fénix, hicieron que Liverpool no inicie el juego de la mejor manera, pero que poco a poco se adueñara de la pelota y a partir de ahí no solo sufrir menos los albivioletas, también intentar lastimar en el arco de Requena.

Lo pudo hacer poco, es verdad. El juego se vivió con mucha intensidad y por momentos con mucha pierna fuerte que se tradujo en tres amarillas bien mostradas por el árbitro.

¿Cómo fue peligroso Liverpool? Por las bandas. Primero con un desborde de Rivero y luego de Martirena, pero sin encontrar compañeros dentro del área. Es por eso que la más clara fue del Chino con un remate a colocar que se fue apenas ancho.

Pero cuando el primer tiempo se iba, Alan Medina no se rindió y fue en busca de una pelota que parecía perdida, pero que ganó y que provocó la infracción dentro del área que el árbitro Esteban Ostojich sancionó con penal. Gonzalo Carneiro se hizo cargo, remató, anotó y así el negriazul se puso en ventaja antes del cierre de la primera parte.

Entre la paciencia para no festejar por adelantado y la tensión de que el objetivo estaba cerca: así se vivió el complemento en Belvedere.

Más allá de que Liverpool hacía su trabajo, más de un oído estaba puesto en Jardines para saber qué pasaba entre Danubio y Nacional, aunque los jugadores de Bava hicieron gala de la chance que tenían de depender de sí mismo.

Apenas 40 segundos iban del complemento cuando Gonzalo Carneiro dejó atrás a dos rivales con largas zancadas, se metió al área y tras enganchar remató, pero su disparo pegó en el palo y se fue.

Como si quisiera empezar a enfriar el partido, Liverpool se encargó más de tener la pelota que de generar chances en el arco rival, pero eso también habilitó a infracciones cerca del área albivioleta que pudieron lastimar el arco de Requena.

Uno de ellos pasó muy cerca y fue de Rodrigo Rivero que con su zurdazo generó que más de un hincha negriazul se tome la cabeza con sus las manos lamentando que no entró.

A Fénix le costó mucho generar peligro sobre el arco de Lentinelly y eso también cooperó para que el negriazul empezara a sentenciar la historia a su favor.

Los minutos pasaron y el grito de los hinchas empezó a sonar poco a poco más fuerte y se fue metiendo también en la cancha. El grito era de "dale campeón" y ese que Belvedere escuchó con fuerza porque el negriazul se quedó con el Torneo Apertura.