"La selección es asignatura pendiente, pero ya no duele"

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Sergio Markarian

Decidió ser entrenador de fútbol tras sufrir viendo jugar a Uruguay frente a Holanda en el Mundial del 74. Para serlo dejó un puesto de gerente que significaba mucho para él y para el cual se había preparado. "Hoy cuando doy una conferencia uno el fútbol con la organización de una empresa", dijo. Por estas horas aguarda una respuesta desde Dubai donde cree que el éxito deportivo lo puede llevar muy lejos. También espera cumplir uno de sus grandes sueños: dirigir en España.

SILVIA PÉREZ

-¿Se va a dirigir a Dubai?

-No sé. Visité a la ciudad invitado por los dirigentes de un club. Obvio que iniciamos una relación con vistas a un futuro contrato. Establecimos los términos. Acordamos hacer seis meses renovables por un año más y las cifras. El problema es que desde que accedieron al profesionalismo, hace un par de años, hay un concilio deportivo que administra la economía de todos los clubes de la ciudad. Y cuando un club se excede del presupuesto establecido tienen que hacer un nuevo pedido. Por lo tanto, ahora estamos esperando que ese consejo apruebe los gastos que significa mi presencia.

-¿Y ese proyecto lo sedujo?

-Me sedujo trabajar en un lugar tan hermoso y conocer otra cultura. E intentar allí el éxito deportivo que no va a ser fácil por el choque cultural. Pero si algo bueno tengo es mi capacidad de adaptación. He logrado adaptarme rápidamente a distintas culturas y diferentes idiomas. Y esta es una prueba durísima, pero linda. Además, nosotros trabajamos por dinero y por prestigio. Y el dinero es muy importante.

-Pero en ese lugar es más por dinero que por prestigio.

-Sí. De todas maneras, uno no sabe lo que puede venir detrás de eso. No sé a dónde te puede llevar el éxito deportivo en un lugar de esos. El mundo estuvo mirando hace 15 días para ahí. La FIFA le ha dado a los países árabes una cantidad de eventos: el Mundial de Clubes y el Mundial de Fútbol Playa. Están sucediendo cosas que demuestran que el fútbol está buscando otros mercados y este es un mercado de locos. Dubai parece el siglo XXII. Los arquitectos hicieron allí todos sus caprichos porque no han escatimado en gastos.

-¿O sea que está esperando que suene el teléfono?

-Sí, pero mientras pasan cosas. Como lo de Peñarol. Me habló Osvaldo (Giménez) y me veo a diario con Welker en la rambla. No llegó a haber una oferta concreta, pero me hicieron saber que habían pensado en mí. Y, además, hay cosas del exterior. Están cayendo cosas increíbles. De México, de España.

-Siempre quiso dirigir en España, ¿no es cierto?

-Sí. España siempre fue un objetivo profesional para mí. Porque a lo máximo que puede aspirar un entrenador latinoamericano es a trabajar en el primer mundo de su idioma. Yo trabajé en Grecia cuatro años y hubo un momento en que sentí que estaba listo para entrenar en España porque la dirigencia española y la prensa me habían mostrado su simpatía tras enfrentar al Real Madrid y al Barcelona. Pensé que la puerta se había abierto. Tuve reuniones en España con directores deportivos. Volví a Montevideo pensando que en cualquier momento se daba. Esperé, esperé, pero no salió nada. Agarré Cruz Azul y luego hice otra pausa y nada. Ahora estoy en otra pausa. Y esperé bastante, cinco meses y medio. Antes de dejar de trabajar espero darme el gusto de dirigir en España. Y en este tiempo he tenido seis o siete ofertas concretas, más diez consultas. Y no agarré.

-¿No le interesaron?

-Sí. ¿Cómo no me va a gustar Nacional? Y Racing de Argentina era un desafío precioso. Y hubo varias selecciones, de América y de Asia, pero quedaron de lado porque sigo pensando en otra cosa.

-Le hablaron de Nacional y de Peñarol, ¿cuándo va a dirigir en Uruguay?

-Algún día voy a trabajar, pero que tenga una oferta no significa que tenga que aceptarla. Yo tengo mis propios planes y trato de armar mi futuro. Estoy vigente y tengo muchas ofertas de trabajo.

-¿La selección es su gran asignatura pendiente?

-Sí, lo es. Pero no estoy desesperado por eso. Y no voy a sentir dolor si dejo de dirigir y no se dio. Quizás mi ansiedad me hizo sentir que estaba cerca de la selección desde hace 27 años. Soy candidato a dirigir la selección desde el año 1982 cuando agarró Borrás. Por suerte, con el tiempo he logrado controlar esa ansiedad y hace diez años que ya no me preocupa ni me duele. Además, tengo que reconocer que en este tiempo han accedido a la selección entrenadores de gran nivel.

Camina tres horas por día. "Me hace bien y cuando estoy trabajando lo extraño. Voy de Kibon a las Canteras y recojo a seis o siete amigos por el camino".

Equipo.

Vaya adonde vaya lo hará con Pablo Bengoechea, el profesor Gonzalo Barreiro y Óscar Aguirregaray. "Son unos muchachos geniales", afirmó.

Peñarol.

Se cruza a diario por la rambla con Edgar Welker y lo llamó Giménez. No le realizaron una oferta concreta, pero le hicieron saber que pensaron en él.

Dice que su carrera sigue en ascenso, pero eso no significa que no piense qué hacer cuando se retire. "No voy a esperar a mi decadencia para dejar de trabajar. Tengo otro proyecto de futuro. Por suerte, estoy encontrando en Uruguay intérpretes de algunas ideas que tengo hace mucho tiempo. Estamos elaborando un proyecto de una empresa de asesoramiento deportivo. Con mucho material, mucha información y un manejo científico de la misma. Con un especialista en el orden económico y conmigo que seré el especialista en lo deportivo. Y con recomendaciones en cuanto a qué política deportiva seguir. ¡Hay tantas instituciones en crisis que necesitan que alguien les haga un análisis de situación! De hecho, es algo que yo ya hago, pero gratis. Entonces, ¿por qué no hacerlo bien, de forma organizada y dando soluciones?", se preguntó. "También estamos haciendo una base de datos de jugadores de fútbol que creo que el mundo no tiene. Me está respaldando la gente de la empresa Kizanaro que es la que le hace la edición de videos a la selección uruguaya. Estoy llevando a cabo viejas ideas mías. El día que me retire me voy a dedicar a algo de eso. ¿Si no qué hago? ¿Periodismo o una gerencia deportiva? Me gusta más volcar mi experiencia".